Movimiento obrero de orientación católica. El 4 de mayo de 1946 la Junta de Metropolitanos, a instancias del papa Pío XII, que se encontraba preocupado por el alejamiento de los trabajadores de la Iglesia, acuerda por mayoría la fundación de la HOAC como movimiento especializado para los obreros adultos. La HOAC es desde sus manifestaciones iniciales un auténtico signo de cambio en la Iglesia española, pues con ella el mundo obrero "sin renunciar a sus señas de identidad y conservando una visión colectiva de su propia realidad y de sus aspiraciones" entra por vez primera en la estructura eclesial. Se produce así una ruptura total con el anterior modelo de relaciones entre la Iglesia y el mundo obrero, de organizaciones asistenciales y paternalistas que conectaban exclusivamente con el trabajador individual, permaneciendo externas totalmente a las realidades y actitudes generales de la clase obrera. El seglar catalán Guillermo Rovirosa será el verdadero artífice, cerebro y promotor de la HOAC junto al sacerdote Tomás Malagón. La intervención de militantes hoacistas en los conflictos laborales (Cataluña, País Vasco y Asturias, sobre todo) y su participación en la creación de organizaciones sindicales clandestinas (USO, CC OO, FST), como parte del llamado "compromiso temporal", no sólo acarrea persecución, detención y cárcel para algunos militantes de este movimiento "y de otros como la JOC" sino también la incomprensión de la jerarquía eclesiástica y de una parte de la Junta de Acción Católica, que desemboca en la crisis de AC en la década de los sesenta, saldada con el abandono de un elevado número de militantes, la secularización de muchos consiliarios y la dimisión de destacados dirigentes.
La HOAC, como el resto de los movimientos especializados de AC, vivirá a partir de este momento una grave crisis, en cuya resolución tiene un papel muy importante la incipiente Zona de Andalucía, auténtica referente del resurgimiento de este movimiento que se implanta en Málaga y Córdoba el mismo año de su nacimiento, un año después en Cádiz y en 1948 en Granada y Jaén. Sevilla tiene que esperar a 1952 para tímidamente iniciar su andadura debido a la actitud del cardenal Segura. En este año, en un Pleno Extraordinario, se crean seis zonas en España, entre ellas la Zona Sur. En 1967, a petición de la Comisión Nacional, un grupo de siete militantes, en su mayoría emigrantes andaluces, con cinco niños, abandonan el País Vasco, donde habían participado activamente en la huelga de Bandas , y se instalan en Granada con el propósito de reconstruir la HOAC en Andalucía. Juan Fernández (que en 1972 sería elegido presidente nacional), su esposa Rosa y los compañeros que le acompañan desde Bilbao darán un impulso definitivo al movimiento.
Asambleas regionales. En la Semana Santa de 1970 se celebra en Granada la I Asamblea de la HOAC de Andalucía y Murcia. Se elige la primera Comisión de Zona y se nombra presidente a Juan Fernández, que de hecho ya lo venía siendo. Entre 1970 y 1972 se incorporan Málaga, Jaén, Córdoba y Sevilla. Los militantes hoacistas están presentes en los conflictos y luchas obreras que tienen lugar en Andalucía en esos años. Así, en la huelga de la construcción de Granada en 1970, en la que desgraciadamente mueren tres albañiles, son varios los detenidos, entre ellos el consiliario (Antonio Quitián). Lo mismo ocurre en Málaga y en Cádiz. El reconocimiento del papel que estaban desempeñando los cristianos en la lucha por la democracia lleva en 1973 a que un militante de la HOAC, en representación de éstos, entre a formar parte de la Junta Democrática de Andalucía.
En la Semana Santa de 1977, recién legalizados los partidos políticos, se celebra en Córdoba la IV Asamblea de la HOAC de Andalucía. En esta asamblea se constata una vivencia profunda de los valores evangélicos, una profundización en el ser eclesial, una realización clara de la misión de evangelizar a los más alejados del mundo obrero, encarnándose y comprometiéndose en las distintas realidades. En junio de 1982 se celebra en Sevilla la V Asamblea de la HOAC de Andalucía, en la que se profundiza en la identidad cristiana. Ésta es la última Asamblea regional porque cambian las normas de funcionamiento interno a nivel general. Uno de los puntos clave de esta Asamblea queda explicitado en el siguiente texto: "Nuestro compromiso realizado desde cualquier organización o asociación debe insistir en la búsqueda de salidas a los problemas de los más pobres de Andalucía; especial atención hemos de prestar para que las organizaciones populares ofrezcan soluciones al problema del paro en general, del campesinado y de los sectores más deprimidos; del mismo modo, nuestro compromiso, en cualquier situación, debe tener en cuenta la dignidad de la persona, anteponiendo sus derechos y libertades a cualquier interés por muy coyuntural que aparezca. En consecuencia, hemos de potenciar en las organizaciones populares la atención preferente a la formación de la conciencia cívica-política para que el pueblo sea cada día más responsable ante la situación, más consciente de la problemática y más protagonista de su lucha".
En el Encuentro (Málaga, 1979) de la HOAC de Andalucía se destacan, entre otras cosas, las dificultades que encuentra la organización para realizar su misión al no contar con los medios técnicos y pastorales que la Iglesia como institución le podía facilitar, por lo que la HOAC tiene que potenciar con sus militantes otras realidades eclesiales y otras actividades o tareas parroquiales o diocesanas, produciéndose un detrimento de la presencia pública de la HOAC y de su crecimiento como organización. En los últimos años, la HOAC pretende avanzar en los siguientes objetivos: ser un instrumento adecuado para la misión evangelizadora, articular una presencia comunitaria más significativa, vivir esa presencia comunitaria encarnada en la pobreza y debilidad del mundo obrero, generar una dinámica de vida y acción en la realidad obrera, y desarrollar una dinámica comunitaria que implique al conjunto de la Iglesia en la evangelización del mundo obrero.
Presidentes andaluces. La importancia de la HOAC andaluza en la reconstrucción y redefinición del movimiento se muestra en el hecho de que desde 1972 todos los presidentes nacionales o generales han sido andaluces: Juan Fernández Domínguez (Antequera, 1935), emigra a los 18 años a Bilbao, ingresa en la HOAC en 1956 tras su paso por la JOC y las Juventudes Comunistas, es miembro de la Comisión Diocesana de Bilbao como responsable de Formación al tiempo que milita en el Consejo General de Trabajadores, germen de las CC OO del País Vasco, responsable de la gestión económica de la huelga de Bandas en 1966, presidente desde 1972 a 1977; Alfonso Alcaide Maestre (Pozoblanco, 1948), de la diócesis de Sevilla, militante desde 1972, delegado sindical en su empresa, presidente de 1977 a 1981, licenciado en Sociología por la Uned, miembro del Consejo de Pastoral diocesano; Rafael Serrano Castro (Baena, 1948), trabajador de la construcción y delegado sindical, presidente desde 1981 a 1989, presidente de la Junta Nacional de Acción Católica Española (1992-1995) y secretario general de Manos Unidas desde 2002; José Jiménez García (Barbate, 1953), electricista, presidente de 1989 a 1993, miembro actual de la Comisión Diocesana de Cádiz donde es secretario de Formación y Organización; Anselmo Ruiz Palomo (Tarragona, 1952), nacido en Cataluña por estar destinado allí su padre, a los dos meses se traslada a Málaga, ingresa en la HOAC en 1970, mecánico, detenido con motivo del 1 de mayo de 1976 pasa un mes en la cárcel, presidente diocesano y más tarde nacional (1993-1997), presidente del comité de empresa de Epco (antigua Siemens), es director de Cáritas de Málaga; Diego Márquez Muñiz (Sevilla, 1961), cartero, delegado sindical de CC OO en Correos y Telégrafos, presidente de 1997 a 2001; Manuel Díaz Sánchez (Rute, 1949), dependiente de comercio, delegado sindical, presidente diocesano, regional y general (2001 a 2005); Francisco Güeto Moreno (Cabra), de la diócesis de Cádiz, trabajador de Telefónica, presidente desde julio de 2005. [ José Hurtado Sánchez ].
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