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V |
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Vigésimotercera letra del abecedario español,
consonante de líneas rectas y simples, la V activa nuestros cinco
sentidos. Nuestro oído quiere a la V porque puede escuchar las viejas
historias de los visigodos, los textos de Fernando Villalón o de Juan
Valera o de Francisco Villaespesa entre muchos. El oído también nos deja
disfrutar de la voz de Juanito Valderrama o el flamenco de los Vargas así
como una de las tradiciones más antiguas, los villancicos. Amiga de la
historia, esta letra recuerda por qué América tiene ese nombre, el nombre
de Vespucio y cómo Viriato fue capaz de plantar cara a las legiones
romanas; no se olvida de recordar las vanguardias, cuando en 1936, el
valor de Federico García Lorca se desvanece cuando sus verdugos acababan
con su vida en el barranco de Víznar, en Granada. El olfato también tiene
especial aprensión por la V, los olores y fragancias que Andalucía
desprende, provienen de su vegetación, rica y hermosa, llena de tradición
e historia. Andalucía deja siempre un gusto suave, dulce, viejo y nuevo,
el vino representa uno de los sabores más auténticos, vino que se vendían
en las numerosas ventas de las tierras del sur de España. Más amargo,
pero igual merecedor de mención es el vinagre, la vid y la viticultura
son las grandes protagonistas en la gastronomía andaluza y mediterránea,
reconocidas mundialmente. Con el tacto sentimos los vastos terrenos
andaluces, poco uniformes: entre sus bajos valles y las alturas de picos
como El Veleta, se encuentran las villas andaluzas, las fértiles vegas
sureñas y las vertientes donde desembocan los ríos andaluces. En esta
variable orografía es donde podemos visitar grandes municipios como
Vélez-Málaga o pequeñas poblaciones como Valenzuela, en Córdoba. Los ojos
se muestran encantados al ver las formas creadas por los hermanos
Vandelvira, las faenas de los toreros Manolo y Pepe Luis Vázquez, las
imágenes de las vírgenes, pero sobretodo, se enorgullecen de admirar el
arte que nos dejó Diego Velázquez. Inevitablemente, todo lo que se puede
ver en Andalucía, tiene un tono verde, el de la hoja del olivo, el de su
bandera.[ a. j. r. c.]
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