(CO). Ciudad con algo más de 20.000 h., cabecera de la comarca cordobesa Campiña Este * y con 363 km 2 de término municipal, a 62 km. de Córdoba.
Situación. Al pie del Subbético * , a unos 400 m. de altitud, domina una amplia campiña de buenos suelos, recorrida por el río Guadajoz y sus afluentes (Marbella, Víbora, Carchena), productora tradicional de copiosas cosechas de cereales y aceite, hoy con denominación de origen. Bien ubicada en el cruce de la carretera Córdoba-Jaén con la de Lucena-Lopera.
Historia. Cerca de la ciudad se encuentran las ruinas de lo que parece ser la Iponuba citada por Plinio, donde se halla una estatua turdetana del siglo III a.C, El León de Baena , que sirve para atraer público al Museo Arqueológico de Madrid, al igual que la Cruz de Baena , de época visigoda. La fundación de la actual población data del siglo I d.C., de cuya etapa romana hay también algunas piezas arqueológicas, y se sabe que Julio César le otorga el nombre de Julia Regia.
Pero es en época andalusí cuando Bayana alcanza auge, con una importante población, la Almedina, y un castillo con tres recintos y 59 torres. Durante el Califato pertenece a la cora "con una economía dependiente casi en exclusiva del olivar" de Cabra, aunque en algunos momentos Baena es capital de la misma. En el siglo XII el geógrafo al-Idrisi la describe como "castillo fuerte, construido sobre una eminencia, rodeada de huertos, olivos y campos sembrados". Y poco después al-Himyari insiste en su suelo fértil y bien regado por aguas corrientes, sus numerosos vergeles de viñedos y olivos, beneficiados por el río Marbella, su castillo y una gran mezquita aljama.
En 1228 el ejército castellano tala y saquea su campo, pero hasta 1240 no es conquistada por Fernando III, quien la cede a su hermano Rodrigo Alonso. Después muchos nobles pretenden el señorío de la ciudad, que consigue en 1427 el mariscal de Castilla, Diego Fernández de Córdoba, aunque queda sin efecto y el pleito dura hasta 1448. La población autóctona, como en el resto de Andalucía, pervive en parte y, según el historiador Lapeyre, a principios del siglo XVII existe en Baena una morería considerable y también es numerosa la población judeo-conversa. No consta como núcleo importante en mapas de la Edad Moderna y se nota un retroceso olivarero en beneficio del cereal. El viajero francés Jouvin, por ejemplo, destaca en 1672 la existencia de varios cortijos y buenas cosechas de trigo. No sobresale en el Censo de Floridablanca de 1785, si bien se constituye en cabecera de partido judicial en 1834.
En el Diccionario de Madoz, de mediados del siglo XIX, se registra una población de 13.000 h. y se destacan la plaza Vieja y de la Constitución, o del Coso, además de varias iglesias y conventos. La economía era fundamentalmente agraria con cosechas anuales de 90.000 fanegas de trigo, la mitad de cebada y un tercio de habas, más 70.000 arrobas de aceite y otras tantas de vino; es decir, la trilogía mediterránea, que propicia una pequeña industria, aparte de una cierta fama en telas y bordados más la cría caballar.
Plano urbano y monumentos. Baena es una reconocida ciudad media o agrociudad andaluza con dos partes bien diferenciadas: la alta de caserío blanco, con el trazado callejero andalusí de la Medina, restos del castillo, del siglo XI, y de la muralla "con dos puertas almohades, el arco de Santa Bárbara y el arco Oscuro", que delimita el Barrio Viejo. Sobre la antigua mezquita se edifica la iglesia de Santa María la Mayor, de estilo gótico y tres portadas platerescas. En la parte antigua atrae la atención la Plaza del Coso, el Pósito, hoy Casa de la Cultura, el palacio de los duques de Sessa "título de los señores de Baena desde 1520", el convento de las dominicas y las iglesias de San Francisco y San Bartolomé. En la parte baja se extiende la ciudad moderna con trazado y edificaciones distintos a la abigarrada Almedina.
La historia da lugar también a personajes ilustres, como el sabio Casim Ben Asgab; Juan de Baena, del siglo XV, autor de cancioneros con estrofas de zéjel; Manuel Trujillo, obispo de Albarracín; el escultor José María de los Ríos; o el escritor e historiador Amador de los Ríos, descubridor del arte mudéjar. También la historia se refleja en la gastronomía, de gran influencia morisca, como la sopa de pescado con naranjas amargas o distintos dulces. Tampoco queda exenta de influencias históricas la famosa Semana Santa baenera, una de las más interesantes de Andalucía, con las dos conocidas cofradías de judíos, "coliblancos" y "colinegros", según el color de crines de los cascos.
Economía, población y área de influencia. Baena es capital de la Campiña Este con una oferta de comercio y servicios de tipo medio para su población y las de su entorno (Valenzuela, Castro del Río, Espejo y Nueva Carteya). Controla las vías de penetración que comunican la capital con el Valle del Guadalquivir, Málaga y Granada desde su antiguo emplazamiento defensivo en un cerro testigo sobre el río Marbella en la periferia oligocena. Por otra parte, su término municipal se caracteriza por el predominio de un paisaje agrario, totalmente campiñés, donde más del 85% de la población se concentra en el núcleo urbano principal y el resto vive en la aldea de Albendín * o disperso.
Como cualquier agrociudad, la población del municipio experimenta un retroceso notable desde mediados del siglo XX hasta comienzos de los ochenta, consecuencia de la crisis agraria existente durante las décadas sesenta y setenta, pasando de 22.551 h. en 1960 a 17.010 h. en 1981. En la actualidad, cuenta con 19.716 h., observándose de nuevo, en estos últimos años, una tendencia a la pérdida de efectivos. El crecimiento vegetativo es ligeramente positivo en 2002, pero, debido al comportamiento del movimiento migratorio y a la evolución de la población total en las últimas décadas del siglo XX, la estructura por edades se caracteriza por presentar rasgos típicos de una población envejecida (16,34% población mayor de 65 años).
La tasa de actividad es elevada, si bien conviene advertir que en Baena existe una importante masa de población que trabaja de forma eventual. A lo que se debe sumar que los recursos humanos del municipio se caracterizan por una cualificación y una especialización deficitaria a causa de su escasa formación y de los pobres alicientes que despiertan las ofertas de trabajo del término. Todos estos hechos, unidos a los rasgos de la estructura sectorial "basada en la agricultura", indican que el mercado laboral es estrecho y presenta una débil capacidad para mejorar su situación a medio plazo.
Efectivamente, esa estructura es fuertemente dependiente del sector agrario, con predominio de los cultivos de secano (cereal y olivar), destacando sobre todo las actividades derivadas del olivar, debido a que se le dedican 49.702 ha de superficie "tanto secano como regadío". No en vano, Baena consigue una denominación de origen en relación con el aceite para proteger su calidad, encuadrando no sólo a las cooperativas y productores de Baena, sino también a las de Luque, Zuheros y Doña Mencía. Por todo ello, este municipio recibe un volumen importante de subvenciones de la Unión Europea, que permiten obtener una renta familiar por encima de la media andaluza, oscilando entre 7.300 y 8.225 euros.
La actividad terciaria está ligada a su condición de lugar central, aunque dispone de un área de influencia no demasiado extensa (Doña Mencía, Luque, Sueros, Albendín), sobresaliendo la actividad comercial con 492 establecimientos (2003) y el desarrollo de servicios públicos (centro de salud, partido judicial, centros de enseñanza, registro de la propiedad). El agroturismo todavía se encuentra en unos niveles bajos de desarrollo.
Sin embargo, la ciudad carece hasta ahora de un proceso de industrialización, cuyas causas hay que buscarlas fundamentalmente en la evolución de la agricultura campiñesa, de sobra conocidas. Así, por ejemplo, en las últimas décadas del siglo XX, la capacidad de atracción que ejercen las ayudas de la Unión Europea en la agricultura, la escasa tradición industrial, la falta de iniciativa y de espíritu emprendedor, llevan a la reinversión de los propios excedentes del capital agrario en el mismo sector. El conjunto de todos estos hechos a lo largo del tiempo genera un desarrollo manufacturero deficiente (135 establecimientos, según datos de 2003), que se manifiesta en el escaso número de empresas existentes (135 establecimientos en 2003) en su tamaño reducido (el 80% son establecimientos de uno a cinco empleados), en la formación del empresario y en el nivel innovador de tipo precario.
No obstante, la disponibilidad de nuevos suelos industriales "existen en la actualidad tres polígonos", el mayor dinamismo empresarial y el establecimiento de medidas por parte del Ayuntamiento para la atracción de inversiones hace vislumbrar ciertos cambios en la estructura económica a largo plazo; dado que la Administración municipal pone en marcha una unidad de desarrollo local que tiene como metas incrementar el agroturismo, diversificar la economía agraria e industrial e introducir mejoras tecnológicas. Estos factores, unidos a la localización estratégica que posee Baena, en el eje de la carretera CN-432, junto al cruce de la nueva conexión del eje Madrid-Málaga y equidistante de las principales capitales andaluzas, le convierten en un lugar privilegiado para atraer nuevas inversiones industriales y turísticas. [ Gabriel Cano / Rosa Jordá Borrell ].
Para más información, visite Wikanda: http://www.wikanda.es/wiki/Baena
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