(montemor-o-novo, portugal, 1495-granada ,1550). Fundador de la Orden Hospitalaria. Juan Ciudad tiene su patria en Portugal, donde nace el año 1495, en la villa de Montemor-o-Novo, del obispado de Évora. Poco se sabe de sus padres y del periodo de su infancia. Hoy las pesquisas tienden a sospechar que descienden de cristianos nuevos, lo que debe motivar su extraña desaparición del hogar paterno a la corta edad de ocho años. Trasladado a España, llega a la villa de Oropesa (Toledo), donde vive en la casa de Francisco Mayoral, hombre de confianza del tercer Conde de Oropesa. Ocupado en el oficio de pastor, allí permanece hasta los 28 años, edad a la que inicia su aventura militar, acudiendo a la defensa de Fuenterrabía (Guipúzcoa) ante el acoso francés, a las órdenes del propio Conde, su señor. De regreso a Oropesa, recupera de nuevo su ocupación de pastor, hasta enrolarse otra vez en el ejército del emperador Carlos V. Esta vez, su sed de aventura le lleva bastante más lejos, a la liberación de Viena del poder turco de Solimán. En ambos episodios castrenses, su fracaso humano y la providencial intervención celestial contribuyen a su desengaño y al encauzamiento hacia el sendero definitivo.
Pero aún tentaría de nuevo al destino. De regreso a España, su rumbo le lleva ahora hasta La Coruña, vía marítima y, tras visitar la tumba del apóstol Santiago, inicia un periplo a través de su villa natal y Oropesa, llegando hasta Sevilla, donde se ocupa, de nuevo, en su primer oficio de pastor. La piedad y, otra vez, la aventura, le llevan hasta Ceuta, donde trabaja como peón en la construcción de la muralla de dicha plaza africana, entonces dominio portugués. El peligro y el desengaño le hacen volver a la península, no sin antes sufrir un percance en su travesía hacia Gibraltar. Allí emprende una nueva ocupación, la de vendedor ambulante de libros, cartillas y estampas. En uno de sus desplazamientos, llega hasta Gaucín (Málaga), hito fundamental en su andadura vital, ya que, junto a la fuente de la Adelfilla, el propio Niño Dios le marca su destino, con las premonitorias palabras: "Juan de Dios, Granada será tu cruz".
Vida religiosa. Con el mismo oficio llega a Granada en 1538, instalando una pequeña librería junto a la Puerta de Elvira. En el transcurso de un sermón de San Juan de Ávila, el 20 de enero de 1539, festividad de San Sebastián, se produce su conversión, con tal fuerza que la gente llega a tomarlo por loco. Por ello es internado en el Hospital Real, donde sufre los mismos malos tratos que los dementes allí alojados. A mediados de mayo del mismo año sale del Hospital Real, iniciando un largo recorrido, a pie, por Montilla, Fuenteovejuna, Guadalupe y Baeza, donde reside su director espiritual, el maestro Juan de Ávila, regresando a Granada en otoño de 1539. Entonces comienza a acarrear leña y a compartir las ganancias y el sustento con los pobres y enfermos que encuentra por las calles y plazas granadinas. Ante la insuficiencia de sus exiguos beneficios, se decide a pedir limosna a los poderosos y la primera casa importante que frecuenta es la de los Venegas. En el zaguán o en el patio comienza a pasar las noches, a donde también lleva a los mendigos y enfermos que recoge por las calles y plazas.
Con la ayuda de los propios Venegas y de otros benefactores, Juan de Dios alquila, en el barrio de la Pescadería, una casa en la calle de Lucena, que sería su primer Hospital, para dar acogida a toda clase de menesterosos. Gritando "hermanos, haced bien para vosotros mismos", pide limosna por las calles y plazas de Granada, lema que aún hoy podemos ver inscrito en la portada de su Hospital, y del que deriva la denominación de su Orden en Italia. Su actividad hospitalaria es incansable: atiende a los enfermos de su Hospital, realiza las tareas domésticas del mismo, busca comida y ayuda económica, da cristiana sepultura a los muertos y abandonados y, los viernes, en recuerdo de la Pasión de Cristo, visita los prostíbulos para tratar de rescatar a las meretrices de su vida de pecado, ofreciéndoles vida digna y, llegado el momento, procurándoles matrimonio, a fin de normalizar su situación. En una de estas visitas conoce a Antón Martín, quien llegaría a ser su primer colaborador y el verdadero propulsor de la Orden Hospitalaria. Un pleito con Pedro Velasco, asesino del hermano de Antón Martín, es la causa del perdón y la entrada de ambos en la naciente institución. Luego se le sumarían Simón de Ávila, Juan García y Domingo Piola. Los cinco primeros colaboradores del santo hospitalario tienen en común un pasado más o menos turbulento, encontrando en el ejercicio de la caridad el crisol purificador de sus vidas.
Traslado a la Cuesta de Gomérez. El incremento de los pobres y enfermos, socorridos por estos héroes del amor al prójimo, hace insuficiente su primer Hospital, por lo que se ven obligados a buscar un nuevo local. Éste lo encuentran en la cuesta de Gomérez, efectuando su traslado en enero de 1547. Antes de su muerte, San Juan de Dios realiza un viaje por Castilla, a fin de recaudar fondos para su nuevo Hospital, llegando a entrevistarse con el príncipe de España, el futuro Felipe II. De regreso a Granada, interviene en el heroico salvamento de los enfermos, con motivo del incendio del Hospital Real, ocurrido en julio de 1549. Asimismo, su solícita caridad le impulsa a arrojarse a las frías aguas del Genil para salvar a un muchacho, a punto de ahogarse. Esta acción debilita seriamente su salud, sobreviniéndole la muerte el día 8 de marzo de 1550, en un humilde aposento del palacio del señor García de Pisa, a donde es conducido por la solicitud de su esposa, doña Ana Osorio. El día 1 de septiembre de 1630 es beatificado por el papa Urbano VIII y, el 16 de octubre de 1690, canonizado por el Sumo Pontífice Alejandro VIII. Otros pontífices sucesores le otorgan los títulos de patrono universal de los enfermos y enfermeros, del cuerpo de bomberos de España, así como copatrono de la ciudad de Granada. [ Juan Miguel Larios Larios ].
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