La inclusión de esta ciudad (de 74.931 h. en 2003 y sólo 20 km 2 de territorio) se justifica por las intensas relaciones históricas y actuales con Andalucía, aunque físicamente se halle separada de ella unos kilómetros.
Situación y emplazamiento. Efectivamente se localiza en principio en un istmo entre el monte Hacho (casi 200 m.) y el pie del Marabut, en el continente africano, sobre un abrigado fondeadero de buen calado, que sustenta un puerto, base de su desarrollo y su historia. Esas condiciones naturales se insertan nada menos que en el Estrecho de Gibraltar, a unos 17 km. de la costa andaluza, formando con el Peñón y la Bahía de Algeciras la parte angosta que separa el Mediterráneo del Atlántico, en una posición geoestratégica que marca el pasado y la actualidad.
El territorio pertenece al paleozoico del Rif, con gneis, pizarras, calizas y micasquistos, escasos suelos y clima mediterráneo (18º C de temperatura media anual, veranos calurosos y secos, inviernos suaves), con influencia atlántica reflejada en humedad relativa y cielos cubiertos. Sin embargo, los montes occidentales, el Yebel Musa sobre todo, ejercen de pantalla a los vientos oceánicos, mientras la ciudad se abre al Levante, menos húmedo, pero productor de lluvias torrenciales. El sistema hídrico es escaso y tradicionalmente el suministro de agua se hace mediante pozos y aljibes, existiendo un pequeño embalse, el del Renegado. Quedan restos de vegetación mediterránea, algunos pinsapos (especie propia de la Sierra de Cádiz y del Rif) y pequeñas repoblaciones de pinos.
Historia. Dada su situación geoestratégica, los orígenes enlazan con el mito de los trabajos de Hércules, que "construyó" dos columnas, promontorios de Abyla y Calpe (montes Hacho y Gibraltar), puerta y final del mundo antiguo conocido; el no más allá o "Non plus ultra". Pocas referencias litorales son tan nombradas como estos límites; más transversales que longitudinales, porque la comunicación y continuidad norte-sur está siempre presente. Así, y obviando otras etapas (griegos, cartagineses), la ocupación de Roma no se queda en la Bética, precedente de Andalucía, sino que constituye una provincia norteafricana, la Mauritania Tingitana, con capital precisamente en Septa "nombre probablemente derivado de las siete colinas escalonadas en la península de Punta Almina"; incluso en algún momento está agregada al convento bético de Gades. Más tarde es invadida, como el territorio andaluz, por pueblos bárbaros y luego forma parte del imperio bizantino.
La realidad o leyenda del Conde don Julián sobre la petición de ayuda a bereberes islamizados (709) contra el rey visigodo don Rodrigo en 711 queda en la nebulosa de la historia. Si bien, parece que más allá de cuestiones de honor (agravio del monarca a Florinda, hija del conde) hay razones de decadencia goda, batallas dinásticas, luchas religiosas entre cristianos, impulso de otra creencia monoteísta, el Islam, etc. En cualquier caso, desde Sebta pasarían Tarik y Muza a Gibratar y Tarifa, y en pocos meses la Bética da lugar a un nuevo estado, al-Ándalus, al que pertenece Ceuta, no sin interrupciones debidas a los acosos procedentes de Damasco.
En 931 Abderrahmán III la incorpora al Califato de Córdoba y luego sigue las peripecias de otras ciudades andaluzas: creación de una Taifa independiente (1061-1084), pertenencia al imperio almorávide (corte de Yusuf, nacimiento del geógrafo El Idrisi) y época almohade, con capital en Sevilla, cuando Medina Sebta alcanza un destacado desarrollo económico y social, y conviven las tres culturas de al-Ándalus, abundando los mercaderes en relación al puerto y su situación estratégica. Hacia mediados del siglo XIII gobiernan los azafíes, que se alían unas veces con benimerines y otras con los nazaríes del reino de Granada.
En agosto de 1415 una armada portuguesa se apodera de la ciudad, justificada en algunas crónicas por motivos religiosos, pero en realidad responde más bien a la expansión lusa por África y el deseo de controlar las rutas de especias, oro y marfil, constituyéndose el núcleo, fuertemente fortificado entonces, en cabeza de puente. Cuando, tras la muerte del rey Don Sebastián en Alcazarquivir, Felipe II incorpora Portugal, Ceuta pasa a depender de la corona de Castilla. Y muchos de los moriscos andaluces expulsados recalan en esta ciudad, desde donde retornan a sus pueblos o a otros confundiéndose entre la población.
Cuando en 1640 el reino portugués recobra su independencia con el duque de Braganza como Juan IV, Ceuta continúa en la corona de los Austrias con sus fueros y prerrogativas, que son reconocidos por ambos países en el tratado de Paz y Amistad de 1668. No obstante, reaparecen antiguos intentos, como los del rey Muley Ismael en 1694, y otros posteriores (1727, 1790 o 1837), según relata Madoz; si bien en 1767 se firma en Madrid un tratado de paz con Muley Mohamed. A principios del siglo XVIII la guerra de Sucesión y la pérdida de Gibraltar supondrán mayores relaciones con Algeciras como nuevo punto de apoyo al otro lado del Estrecho, militarizándose cada vez más la vida ceutí, con la construcción de nuevas fortificaciones, y realizándose obras públicas, edificios, urbanizaciones de calles y jardines, etc. En 1708 son expulsados los judíos, que reaparecen un siglo más tarde, y en 1792 se instala un conjunto de soldados islámicos, fieles a la Corona en la guarnición de Orán, que formarían la compañía de Moros Mogataces. A principios del XIX la presencia napoleónica en Andalucía lleva a refugiarse en Ceuta a algunas instituciones y personajes (incluso las Cortes de Cádiz, si hubiera sido necesario), así como algunos presos políticos americanos contrarios al centralismo borbónico.
Para mediados del XIX se dispone de una excelente fuente, cual es el Diccionario de Madoz, que presenta a Ceuta (partido judicial de Algeciras y provincia de Cádiz) como una plaza fortificada y un presidio. De manera que la población civil es sólo de 2.210 h., de los que "la mayor parte pertenecen a la marinería, y se ocupan en la pesca o en tripular los barcos de cabotaje que se dedican a conducir los víveres y demás efectos de primera necesidad para la plaza". Porque el escaso terreno "cuyo último trazado se realiza en 1837 entre el cónsul español en Tánger y el representante del emperador de Marruecos" es seco y montuoso con higueras y chumberas, más algunas verduras y frutas en huertas de la ciudad, que dispone de cuatro fuentes de agua potable. Así que se depende del erario, "por cuya razón se dice vulgarmente que no hay allí otro modo de vivir sino con las 12 cosechas, que son las 12 pagas; y consistiendo la población poco menos que totalmente en los individuos y familias de los diferentes cuerpos fijos, creados en varias épocas para atender a su defensa".
Destaca Madoz, sin embargo, la existencia de una importante almadraba ""cuyas utilidades ceden en beneficio del gremio de mareantes de Algeciras"", localizada en la ensenada de San Amaro, con capturas desde junio a septiembre u octubre "y hace años "solía hacerse otra en primavera"", recogiéndose algunos días hasta 10 o 12.000 bonitos (sic), que se exportan curados para Cataluña y Valencia. Y curiosamente se señala en este Diccionario que podría ser muy lucrativa la pesquería del coral, "que se cría en sus mares con abundancia y de calidad escelente"
Por lo demás, las casas suelen tener su jardín y las calles están empedradas y muy limpias, contando con dos paseos, el de la Reina y el de San Amaro, tres plazas, aparte de algunas plazuelas: la de África, donde está la catedral, la de Cuarteles y la de los Reyes, con la estatua de Carlos IV. Había tres hospitales, escuelas y academias.
Pero, como ya se ha mencionado, lo que atrae la atención del redactor de esta parte del Diccionario de 1850 son las fortificaciones y el presidio. En los primeros se señalan tres: el más interior en el monte Hacho ("entre cuyo extremo mas saliente hacia la mar, conocido por el nombre de Punta de la Almina y la Punta de Europa de Gibraltar, suele concebirse tirada la línea imaginaria que forma el término oriental del Estrecho"), despoblado, con la ermita de San Antonio, algunas estancias de gobernadores y la ciudadela en la parte alta donde se alternan vigías. El segundo recinto ocupa la zona más espaciosa del istmo, desde las faldas del Hacho al foso de la Almina. El tercero es una pequeña superficie ("un trapezoide de 540 varas de longitud y 230 de latitud media") en la parte más angosta del istmo "al desembocar en el continente", llamada la Ciudad, a la que antes se reduce la población. La descripción de muros, fosos, armamentos y municiones ocupa algunos párrafos de la publicación.
El presidio es el segundo objeto de atención, cuyo "establecimiento trae origen del tiempo de la conquista, pues según el padre Almeida, las primeras defensas de la plaza se hicieron por gente forzada, y desde que quedó agregada a la corona de Castilla, siempre ha habido un número considerable de penados con destino a las obras públicas y de fortificación". Constituye el presidio mayor de la Corona, del que dependen los de Melilla y Vélez de la Gomera. En 1845 hay 2.131 penados, casi el 40% por homicidio y la mitad "simples braceros", constando una estadística de los diversos oficios, así como de la procedencia (el 13% de los homicidas son valencianos, el 12% andaluces y el 9% castellanos).
La guerra de África de 1859-1860 pone de manifiesto una serie de carencias infraestructurales, sobre todo portuarias, por lo que en 1860 se acomete un proyecto para modificar los dos pequeños fondeaderos. Y, aunque las obras se realizan lentamente, se declara puerto franco y se comunica regularmente por vapores-correo con Algeciras, lo que potencia las relaciones con Andalucía y las actuaciones de la burguesía gaditana. Se produce a la vez al final del siglo traslados de hindúes desde Gibraltar, hebreos desde Tetuán, musulmanes procedentes del entorno y una inmigración andaluza, principalmente de Cádiz y Málaga, de manera que en 1860 la ciudad cuenta ya con 10.000 h. Aumenta la vinculación con la cultura andaluza (vía Cádiz, sobre todo con los carnavales, pero también la Semana Santa o los Toros) y el destronamiento de Isabel II liberaliza las costumbres y aparecen casinos y teatros.
Desde principios de siglo, organizada la Junta del Puerto en 1904 y suprimido ya el penal en 1911, se acometen diferentes obras urbanas (desaparición de puertas, ensanche de caminos, embellecimiento de la ciudad") y se impulsa la construcción del puerto, que no se termina hasta 1943, instalaciones, de las que, como se comprobará, depende bastante la economía. Pero antes hay otros hechos históricos importantes: en 1912 se instaura el Protectorado de Marruecos con capital en Tetuán y desde entonces Ceuta se integra en la vida política y económica de esa parte del norte de África. Se incrementa la atracción de población, tanto andaluza como marroquí, por la realización de obras públicas y el aumento de la guarnición militar, especialmente por la creación del cuerpo de Regulares y de la Legión. Así entre 1900 y 1930 se pasa de 13.000 a 50.000 h.
Tras el desastre de Annual de 1921, se produce el golpe de Estado y el comienzo de la Dictadura de Primo de Rivera con la supresión del Ayuntamiento y planteamientos de canjear Ceuta por Gibraltar. Tras la proclamación de la II República hay un movimiento para que Ceuta sea capital del Protectorado, potenciándola frente a Tánger, se recupera el Ayuntamiento, se terminan las obras del puerto, del ferrocarril con Tetuán y diversas mejoras urbanas. En 1936 es ocupada por las tropas de Franco y después de la guerra se vive política y económicamente la rivalidad con Tetuán hasta el final del Protectorado en 1956.
Entonces el ejército se va retirando y Ceuta se llena de altos mandos hasta 1966, cuando terminan los nombramientos de Tenientes Generales para un territorio ya no ocupado. El comercio, basado en franquicias y ventajas fiscales, tiene su apogeo coincidiendo con el desarrollo económico en la Península y la demanda de productos extranjeros y novedosos, incrementándose las comunicaciones con Algeciras. En cambio, la pesca disminuye, así como la industria derivada y el puerto no se moderniza al compás de otros próximos. Con la apertura de la verja con Gibraltar, la liberalización comercial y la entrada en la Unión Europea, Ceuta pierde esas ventajas comerciales y se orienta hacia el turismo y la instalación de piscifactorías. Desde Europa llegan algunos fondos que promocionan la economía local y desarrollan el urbanismo, a la vez que sus 7 km. de límite con Marruecos, que la convierten en la frontera sur de Europa, determinan su tarea de una acogida controlada de inmigración, especialmente marroquí, argelina y subsahariana. Desde mediados de siglo la población crece menos, pasando de 65.500 en 1955 a 70.864 en 1981 y sólo 4.000 más en la actualidad.
El Estatuto de Autonomía. La recuperación en 1975 de la democracia lleva consigo también la instauración de un Estado autonómico, que tiene precedentes políticos en las dos Repúblicas anteriores y asienta sus bases en una serie de hechos geográficos, históricos, económicos, culturales, etc. Y en el caso de Ceuta, al igual que Melilla, radica en su especial situación en el continente africano. Tras una cierta indeterminación, se aprueba en 1995 un Estatuto de Autonomía, que aleja a esta urbe de aquella antigua consideración de Presidio o Plaza de soberanía para convertirla en Ciudad Autónoma con un régimen político administrativo propio. Cuenta con una Asamblea de 25 diputados "con posibilidad de dictar reglamentos y proponer iniciativas legislativas" de entre los que se elige un Presidente, que forma un Consejo de Gobierno.
El Estatuto atribuye bastantes competencias "como poco las correspondientes a Ayuntamientos y Diputaciones, artículo 25", sobre todo en ordenación del territorio, urbanismo, vivienda y obras públicas, y su vinculación con Andalucía viene recogida en la Disposición adicional quinta: "La ciudad de Ceuta podrá establecer con la Comunidad Autónoma de Andalucía y con la ciudad de Melilla relaciones de especial colaboración".
En lo religioso forma parte de la Diócesis de Cádiz, la administración del Estado está representada, como en todas las Autonomías, por un Delegado del Gobierno central y en el aspecto judicial existe una Sala de Audiencia Provincial y varios juzgados. La función militar ceutí sigue siendo importante, constituyendo una Comandancia General con unidades de Infantería, Artillería, Ingenieros y Logística (Batallón de Transmisiones VII), más la Legión.
Economía. Es decir que, lejos desde luego de las 12 pagas de mediados del siglo XIX, la economía ceutí depende bastante de los presupuestos del Estado mediante los gastos de defensa, y el otrora floreciente comercio apuntado antes se reduce bastante. El turismo y la actividad portuaria sustentan la economía ceutí, que basa su empleo (con tasas de paro superiores a la media estatal) en los servicios (92%, España el 64%), con un tercio al menos del sector público, mientras que la agricultura apenas cubre el 1%, la industria el 2% y la construcción poco más del 5%.
De las empresas existentes (prácticamente todas PYMES), un 10% aproximadamente lo ocupan la industria (con falta de materias primas y escasez de agua) y la construcción, quedando el resto, casi a partes iguales, entre un potente comercio (muy por encima de la media estatal y principalmente al por menor, especializado en alimentación y afines) y servicios (hostelería, inmobiliarias, transportes). Ceuta se beneficia de importantes especificidades fiscales (deducciones en el IRPF, sustitución del IVA por otros impuestos, consideración de territorio franco con libre importación desde 1860") y recibe incentivos europeos como zona 1, por densidad, y situación fronteriza y extrapeninsular.
Sus avances en el índice PIB han sido muy considerables, pues se ubica en el 51,7 de la media estatal en 1959 y entre 1975 y 2002 ha pasado del 70,4 al 79,7. Y en esas tres mismas fechas el índice respecto a la media europea de los 15 ha sido respectivamente de 30,2, 57,3 y 67,0. No obstante, la base estadística ceutí presenta algunas dificultades, aunque se han realizado esfuerzos por homogenizar series que puedan compararse a nivel provincial.
El Puerto y las comunicaciones. El puerto y las actividades derivadas desempeñan una función importante en la economía de Ceuta, fundamentalmente como comercio; y, recientemente, la pesca se sustituye por el turismo. Se ha aludido a la evolución de las instalaciones portuarias desde 1860 a 1942, y, más tarde, la desaparición del Protectorado y la apertura del canal de Suez dan un fuerte impulso a las instalaciones, habiéndose realizado recientemente algunas ampliaciones y mejoras, como el Puerto Deportivo y el Parque Marítimo del Mediterráneo, con terrenos ganados al mar.
El puerto ocupa una amplia bahía con dos diques externos: el occidental, anclado en la Punta Negra del Campo Exterior, y el oriental, que forma el muelle de Alfau. La bocana entre ambos deja 300 m., existiendo instalaciones de carga y descarga, avituallamiento de petróleo, zona de pasajeros y mercancías, y también áreas pesqueras y turísticas. La situación en el norte de África, en el Estrecho de Gibraltar y su peculiaridad de insularidad real explican un movimiento de pasajeros y vehículos en equipaje muy alto, en parte residentes, turistas y, sobre todo, el paso durante las vacaciones de magrebíes trabajadores en Europa, a pesar de la competencia de Tánger, más distante de Algeciras. Así, entre 1996 y 2001, el tráfico de viajeros pasa de dos millones a 2,5 y el número de vehículos asciende de 300.000 a 450.000. También se incrementan las toneladas de mercancías (de medio millón a más de 800.000) y el número de contenedores (de apenas 5.000 a 14.000). El avituallamiento de buques que pasan el Estrecho es otra de las funciones, aparte la turística, ya que dispone de dos terminales de cruceros.
Existe un servicio de líneas regulares con Algeciras varias veces al día por medio de tres compañías y también con Málaga; y dos al mes con Alemania. Hay, asimismo, una línea con la ciudad costasoleña de distintos vuelos diarios mediante helicópteros. Ceuta opera como base de entrada turística a Marruecos con amplia oferta de guías, ya que se halla a media hora de Tetuán y a una de Tánger, con las que conecta por carretera (la primera continúa hasta Melilla por Xauén, Alhucemas y Nador). Mientras, el ferrocarril de 41 km. con Tetuán está abandonado.
Paisaje urbano, monumentos y fiestas. De manera que el turismo supone un fuerte componente de la actividad económica y social de Ceuta, explicada por su situación y proximidad a otras ciudades andaluzas y marroquíes incluidas en las ofertas y preferencias de viajeros. Ella misma presenta un paisaje urbano andaluz un tanto retrospectivo por los barrios musulmanes y las mezquitas, de entre las que destaca la de Sidi Embarek. Cuenta con otros monumentos, como la catedral (de fachada neoclásica de mármol), las iglesias de San Francisco y Los Remedios y la ermita de San Antonio, del XVI, en el monte Hacho. También edificios civiles, Ayuntamiento, y militares, Parque de Artillería del siglo XVIII, más algunas murallas y fosos. El Parque marítimo del Mediterráneo, en pleno centro, alberga jardines, lagos, solarium, casino, sala de fiestas, restaurantes"
El plano urbano presenta tres partes bien diferenciadas en el tiempo y el espacio. La más antigua se ubica en el istmo entre el muelle primero y las playas de la Ribera y la Peña. Ahí se sitúan los principales monumentos y la ciudadela con un remozamiento urbano reciente y actuaciones como el mencionado Parque Marítimo. La segunda parte se localiza en el Hacho, con las playas de San Amaro y Sarchal, coronado por la fortaleza, un castillo y una ermita y, en las laderas occidentales, viviendas que comienzan a finales del XVII, formando el arrabal de la Almina, separado al principio por un foso, cegado después. La tercera parte, más extensa, es el área continental de occidente, el llamado Campo Exterior, cuya ocupación comienza a finales del siglo XIX y se expande durante el XX, formando las barriadas de Jadú, Villa Jovita, Benítez, Morro, Terrones, Almadraba" y los poblados exteriores de Benzú y Príncipe Alfonso. Toda esta zona cuenta con las playas de Benítez y Calamocarro al norte y las de Chorrillo (en la ensenada de la Almadraba) y Tarajal, al sur.
Las fiestas y celebraciones no difieren de las existentes en Andalucía. Cádiz está muy presente en el Carnaval ceutí con chirigotas, comparsas y cuartetos, y la Semana Santa con 13 cofradías y 25 pasos que se asemejan a las andaluzas. También las Cruces de Mayo, las Hogueras de San Juan, el Corpus, el Carmen, las fiestas patronales de la Virgen de África y la feria, netamente andaluza, con casetas, sevillanas y vino de Jerez. El flamenco tiene gran arraigo con un Festival anual y, claro, el mes sagrado musulmán, el Ramadán, es seguido por una parte de la población ceutí.
Población. Esta ciudad, como Melilla, tiene una población islámica considerable, casi la mitad, que da lugar a unas características socioeconómicas peculiares y también demográficas con crecimiento continuo, tanto por inmigración como por una mayor natalidad. El total de efectivos ceutíes en 2003 es de 74.931, con un ligero incremento desde 2001 (75.694) y el crecimiento natural bastante más alto que la media estatal, precisamente por la mayor natalidad de la población musulmana. Los datos de 2002 arrojan para esta ciudad una tasa de 14,6 por mil de nacimientos y 6,7 de defunciones (y, por lo tanto, un crecimiento vegetativo de 7,9, Andalucía casi tres y España poco más de uno), mientras que la media estatal es de 10,1 y 8,9. Eso explica el mayor número de hijos por mujer ( Ceuta, 1,81, Andalucía, 1,36 y España 1,26 en 2002 ) y también más porcentaje de población joven: los menores de 15 años suponen el 21% del total y los mayores de 64, el 10,7 (la media estatal es de 14 y 12,5, respectivamente). Las semejanzas del comportamiento demográfico con Andalucía se refuerzan con la emigración actual; así en 2002 Ceuta recibe 1.115 andaluces (486 de Cádiz y 256 de Málaga) y menos de 700 del resto de las Comunidades.
Como se señala anteriormente, la población musulmana genera una dinámica natural más positiva, pero también explica índices medios menos favorables. Eso ocurre con la esperanza de vida en 2000: 74,7 y 81,3 para hombres y mujeres en Ceuta y Melilla, frente a la media española de 76,1 y 82,8. También se acusa en el número de miembros por hogar (con más de cuatro, el 29 y 12%) o la edad de las viviendas (antes de 1980, 79 y 68%, Ceuta y España respectivamente). El paro es mayor y la escolarización menor en la población musulmana, que, en general, presenta características socioeconómicas peores. Es evidente que desde la instauración de la democracia la situación mejora, al recibir la nacionalidad española y tener en principio los mismos derechos, e incluso se calcula que la cuarta parte del ejército profesional de Ceuta es musulmán. No obstante, existen algunos problemas de integración y últimamente se plantea el asunto de la presencia oficial, sobre todo en la enseñanza, del árabe (o el tamazig, idioma bereber). La población hebrea e hindú (muy visible en el comercio) alcanza en conjunto casi el 4%, si bien la importancia económica y social es superior. [ Gabriel Cano / Rosa Jordá Borrell ].
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