|
ABONO |
VOLVER |
|
m.Substancia orgánica o inorgánica que se suministra a la tierra para mejorar su fertilidad y neutralizar su empobrecimiento. || 2. Acción y efecto de abonar. El abono de los terrenos cultivados está presente en tempranas civilizaciones y ya los egipcios aprovechan las periódicas inundaciones del Nilo para fertilizar sus campos, prácticas que desarrollan mediante abonos orgánicos griegos y romanos y se mantienen durante milenios. Desde principios del siglo XIX los investigadores ponen de relieve el papel de la fertilización mineral, al subrayar la importancia del nitrógeno, potasio y fósforo, principalmente, para las plantas. Se impone así la combinación de los clásicos abonos orgánicos con los químicos, favorecidos éstos por el avance de la bioquímica, la fisicoquímica y la microbiología. Los abonos se clasifican por ello en orgánicos, como el estiércol, e inorgánicos, entre los que destacan los nitrogenados, los fosfatados y los potásicos. Abonos compuestos son los logrados por mezcla de abonos simples, en tanto la combinación químicada paso a los abonos complejos. El consumo de abonos químicos crece conforme se desarrolla la agricultura, aunque su uso es muy desigual en función de las producciones dominantes. En los primeros años del siglo XXI Andalucía consume por encima del millón anual de abonos o fertilizantes * , cifra que triplica la de apenas dos décadas antes, distribuidas entre una veintena de productos. Los más demandados son los nitrogenados, como la urea, que además moderan sus precios, y es creciente la demanda de los compuestos, en tanto se considera insuficiente el consumo de potasas, que se encarecen notablemente desde finales de los años ochenta. Las máximas consumidoras son las provincias del Valle del Guadalquivir, en especial Sevilla "que en alguna coyuntura supone el 40% del total", Córdoba, Granada y Jaén. Huelva, la gran productora, es, sin embargo, la menor consumidora. Las primeras fábricas de abonos químicos "que sustituyen a los viejos abonos naturales como el clásico Nitrato de Chile" se levantan en España en los años veinte del pasado siglo. Andalucía cuenta pronto con empresas pioneras como Carrillo * , en Atarfe, que se mantiene en nuestros días. El impulso llega en los años sesenta del siglo XX, cuando comienza a configurarse grandes empresas en el sector, primero con fuerte presencia de capital exterior, norteamericano sobre todo, luego vía fuertes grupos nacionales, muchos de los cuales crean plantas en Andalucía, como Cros "Málaga y Sevilla" o ERT "Huelva y Sevilla". El Gobierno subvenciona a las empresas del sector para rebajar los precios a los agricultores, precios que pasan a estar controlados, con la oposición de los empresarios. Sobreviene una importante crisis y España pasa de ser exportadora a ser país importador de abonos desde mediados de los años ochenta del siglo pasado. Se destaca por entonces el Polo Industrial de Huelva, por su proximidad a la pirita sulfurosa y al fosfato de Marruecos y Sahara, en el que se realizan fuertes inversiones. A principios de los ochenta las plantas de abonos andaluzas suponen el primer grupo español en fertilizantes, con capacidad productiva muy superior a la demanda regional (30% de la producción española de abonos nitrogenados, 50% de fosfatados y 30% de abonos complejos). A partir de 1983 se desarrolla un acusado proceso de concentración empresarial, dentro de una profunda reorganización del sector, concentración que lleva a que Huelva se convierta decididamente en eje del sector, con alrededor del 70% de la producción andaluza, quedan no obstante algunas pequeñas empresas agroquímicas en diversas provincias. La balanza comercial "al contrario que a escala estatal" es favorable a la comunidad, que vende de promedio un tercio más de lo que compra en fertilizantes.[ Antonio Checa Godoy ]
|
|