|
BAMBINO |
VOLVER |
|
(utrera, sevilla, 1943-1999). Cantaor, de nombre Miguel Vargas Jiménez. Hijo de Manuel Vargas Torres "Chamona" y de la cantaora y bailaora Francisca Jiménez Ramírez "Frasquita". Debe su nombre artístico a una canción, "Bambino piccolino", inspirada en uno de los temas de Renato Carosone, que ya había sonado en una versión de Gloria Lasso, pero que él adapta a claves flamencas. Se dice que la primera vez que usa dicho sobrenombre es en uno de los primeros Potajes flamencos de su ciudad natal. Estudia en las Escuelas Salesianas y se le pasa por la cabeza ingresar en el seminario. En su juventud entrena para dedicarse al fútbol y, en la barbería de su padre, desempeña el oficio de peluquero, que abandona en 1961 para dedicarse a cantar en la popular Venta Real de Antequera, de la mano de Gitanillo de Triana. Con posterioridad se trasladará a Madrid, donde se incorpora al cuadro del tablao El Duende, para pasar luego a Las Cuevas de Nerja, Los Canasteros "el establecimiento que regenta Manolo Caracol" y Torres Bermejas. "En Utrera se dice que Gitanillo de Triana fue, en gran medida responsable de la fórmula que tanto éxito le dio a Bambino... "observa Estela Zatania", pero todo apunta a que la personalidad del artista fue creación propia. Su forma de jugar con las canciones por bulería y por rumba, así como su manera de alargar los tercios en los momentos más dramáticos mientras paseaba por el escenario como un rey benévolo contemplando sus súbditos, fue copiado en todos los tablaos de Madrid, haciendo la competencia a la marchosa rumba catalana del Pescaílla que hasta entonces había dominado". Gitano heterodoxo, maldito, a pesar suyo, nunca llega a ser un artista de multitudes, aunque arrasa en Madrid y graba con frecuencia. Su prestigio queda inicialmente reducido a los tablaos y, ocasionalmente, salas de fiesta o pequeños teatros, o salas de fiesta de tronío, como Pasapoga. Reside en la Pensión El Carmen y llega a cobrar 500 pesetas diarias, toda una suma. Tiene un momento de gloria, a finales de los años sesenta, cuando cobra cachés altísimos, alcanza los 200 bolos al año y viaja constantemente al extranjero. Graba más de 500 canciones entre 1967 y 1996, cuando aparece su último disco, Resucité . A lo largo de su carrera artística lleva al flamenco numerosas coplas y boleros, desde clásicos como "Adoro", "La pared", "La última noche" o "Bebí de tus labios" a composiciones coetáneas como "Procuro olvidarte", de Manuel Alejandro, temas de Alfonso Santisteban o letras que Salvador Távora le entrega. Pero también lleva hasta su repertorio tangos de Gardel, boleros de Machón, rancheras y coplas de Quintero, León y Quiroga, o Solano. Comparte escenario, desde muy pronto, con artistas de la talla de La Paquera de Jerez o Faíco, al tiempo que mete por bulerías canciones que luego popularizarán por ese mismo palo sus paisanas Fernanda y Bernarda: "No ha de deducirse, sin embargo, que el cante de Bambino se reduzca a los ritmos festeros "avisa Manuel López Rodríguez". Cuando está en vena, sabe demostrar que es un cantaor excepcional de los estilos más jondos del arte flamenco". Precursor del boom de la rumba que supondrían Los Chunguitos, Los Chichos o Las Grecas, se hace acompañar por guitarristas de la talla de Paco Cepero, Paco de Antequera, Habichuela, Paco el del Gastor e incluso Paco de Lucía, en sus primeros pasos artísticos. Su repertorio, desgarrado y poco convencional para la España de su época, abunda en amores prohibidos y en ambientes canallas, por lo que no goza de respaldo oficial y tiene problemas con la censura. Y si no llega al gran público, se convierte en un intérprete de culto, reivindicado por artistas como Enrique Bunbury y Joaquín Sabina, sobre una memoria sentimental que incluye su versión de "El poeta lloró", "Te estoy queriendo tanto", "Payaso", o su "Encuentro" por bulerías. Ambos artistas se incorporan en el año 2004 a un disco dedicado a su memoria, Por ti y por nosotros , en el que también figuran Antonio Orozco, José El Francés, María Jiménez, Bebo & Cigala, Elefantes, Las Niñas, Daniel, Arturo Pareja Obregón, Los Planetas, Poncho K y Nacho Vega. En Utrera, la ciudad donde nace a 12 de febrero de 1943, se le tributa un homenaje en 1975, dedicándosele El Potaje Gitano de aquel año. Allí, prácticamente olvidado del resto del mundo, muere poco después, un 5 de mayo de 1999, cuando todavía no había cumplido los 57 años y un cáncer de laringe le había dejado sin voz. Manuel Peña Narváez define los puntos cardinales de su historia y de su leyenda con una impecable sentencia: "Armonía en puro ambiente de locura". [ Juan José Téllez ].
|
|