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MARCHENA, PEPE |
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(marchena, sevilla, 1903-sevilla, 1976).
Cantaor.Nombre artístico de José Tejada Martín, quien en sus
inicios adopta el apodo de Niño de Marchena. Es el principal protagonista
de la etapa de la "ópera flamenca", dado a los estilos afandangados. De
familia muy humilde, su padre cantaba bien por malagueñas y soleares en
reuniones familiares. A pesar de que no contaba con ningún precedente
artístico y debía desempeñar oficios campesinos "o tener que oficiar como
aprendiz de herrero y de tabernero", desde los siete años ya asombraba
aquel niño prodigio. A los doce o catorce años andaba por las ventas de
Marchena y otros pueblos de los alrededores cantando a cambio de un
donativo. Su debut profesional tiene lugar en Fuentes de Andalucía, donde
gana un concurso de aficionados. Poco tiempo después, recorre las
localidades cercanas a Marchena, y actúa en La Puebla de Cazalla, Morón
de la Frontera u Osuna. Dado a conocer en la provincia, es contratado,
cobrando cinco duros diarios, en el café Novedades de Sevilla.
Éxitos en Madrid.
Su primera salida de la provincia sevillana tiene
como destino Córdoba, donde alterna con Luisa Esteso y Amalia de Isaura,
en el cine Ramírez. En 1921, gracias a la recomendación del cantaor
Rafael Pareja, aparece ya anunciado en Madrid como figura del cante con
nuevos modos y en la que se presumía un gran porvenir. De este modo, pasa
por diversos escenarios de la capital de España, entre ellos La Bombilla
o el teatro La Latina. Su ascensión en los años veinte es vertiginosa, y
obtiene incluso el refrendo público de Manuel de Falla, quien llega a
afirmar: "En el Niño de Marchena, con pureza cristalina de manantial
serrano, se encuentra el encanto inagotable del verdadero cante andaluz,
sin las trabas que lo empequeñece al encerrarlo en cancioncillas". En
esta época graba su primer disco y toma parte en la comedia lírica
Málaga, ciudad bravía
, presentada en el teatro Martín, junto a Ramón
Montoya. En junio de 1921, con motivo de la visita oficial de los reyes
de Italia, canta ante ellos en el Palacio de Liria, en unión de las
figuras más importantes del flamenco: Antonio Chacón, Pastora Imperio,
Niña de los Peines y Manuel Escacena. Posteriormente, canta durante
varios días en el teatro Novedades de Madrid.
Otra actuación histórica de Pepe Marchena se produce
en Sevilla, en 1925, durante la inauguración del hotel Alfonso XIII, en
presencia de los infantes don Carlos y doña Luisa, en compañía de Chacón,
Ramón Montoya, Currito de la Jeroma, Luisa Requejo y otros destacados
artistas de la época. Al año siguiente forma parte de un elenco en el que
figuran Chacón, Escacena, Manolo Pavón, El Chato de Las Ventas, Centeno y
Perico el del Lunar, recorriendo diversas capitales y ciudades españolas
durante el verano. Marchena es ya, por entonces, un cantaor muy
solicitado en cartel:"el empresario Vedrines lo contrata para cantar en
septiembre de 1926, de nuevo, junto a Chacón, en el teatro Fuencarral de
Madrid. Con este espectáculo realiza una gira por la costa mediterránea,
debutando así en Valencia y Barcelona. Desde estas fechas hasta la Guerra
Civil, alterna sus participaciones en la "ópera flamenca" con otras
intervenciones teatrales "de flamenco escenificado", entre ellos
La copla andaluza
, en el teatro Pavón de Madrid, en 1929, y
El valle de la pena
, en el teatro Maravillas madrileño. Marchena se
convierte así en el primer cantaor-actor de la historia.
Un cantaor controvertido.
Además del fandango, estilo que explota en los
espectáculos de la "ópera flamenca", Pepe Marchena domina otros géneros,
como los aires venidos de América, los cantes malagueños y los
minero-levantinos. El falsete y las filigranas son característicos en su
cante preciosista. Lleva la creación personal a sus últimas
consecuencias, introduciendo los recitados en el cante e inventando
cruces estilísticos sin precedentes. Su interpretación aún tiene
seguidores, aunque no menos detractores. Prueba de su éxito es la amplia
discografía que deja y la intervención en varias películas, entre
ellas
Paloma de mis amores
(1935),
Martingala
(1939) y
La Dolores
(1940). Es, quizás, el cantaor más
controvertido de la historia del flamenco. Como ha dicho Manuel Barrios,
"para unos Pepe Marchena es la primera mentira del cante; para otros, su
última verdad".
El legado de Pepe Marchena se traduce en una
infinidad de espectáculos, en muchas ocasiones montados por él
mismo:
Cancionero
"sobre la obra de los hermanos Álvarez Quintero",
que se estrena meses antes de iniciarse la guerra, en 1936;
La encontré en la serranía
(1943);
La copla andaluza
(1944);
El alma de la copla
(1944);
Feria de Sevilla
, presentado en 1945, en el teatro Avenida de Buenos
Aires, en unión de Carmen Amaya; el romance escenificado
Siguiriya
(1946), que cuenta con la colaboración de Juan Varea
y Ramón Montoya;
Pasan las coplas
(1947);
Curro Lucena
(1948); o la comedia
Florecen las madroñeras
(1950). En 1951 emprende una gira por
Marruecos y Argelia, desde donde se traslada a París, para trabajar en la
sala Pleyel.
Homenajes y grabaciones.
En 1952 se le tributa uno de los primeros homenajes
celebrados en su localidad natal, y se le dedica una calle con su nombre.
Ya en el otoño de ese mismo año dicta conferencias sobre el arte flamenco
en diferentes puntos de España, incluyendo la Universidad de Sevilla.
Esta charla ilustrada con cantes es registrada en una grabación editada
en 2006. Aumenta más si cabe su popularidad con una demostración de todos
los estilos del cante en el programa radiofónico "Cabalgata Fin de
Semana", emitido en 1954. Al año siguiente reestrena su exitoso
espectáculo
Pasan las coplas
, con el que recorre toda España, y en 1956 monta
una de sus obras más recordadas,
Así canta Andalucía
. Entre los muchos reconocimientos que se le
tributan en estos años destaca la concesión del Laurel de Oro, en 1961,
año que es contratado por los Circuitos Saavedra como primera figura del
II Festival de la Canción Flamenca, celebrado en el circo Price
madrileño, con Canalejas de Puerto Real, Gracia de Triana y La Niña de
Antequera. Estos tres artistas también le acompañan en
Yo soy el cante
, espectáculo celebrado en el teatro Pradera de
Valladolid y en el Fuencarral de Madrid. Al finalizar 1961 viaja a
Karachi (Pakistán) para ilustrar cuatro conferencias del tratadista Aziz
Balouch. Continúa con el empresario Saavedra, presentando los
espectáculos
Pasan las estrellas
(1962),
Vivir el arte
y
Ronda de coplas
(1963), que lleva por toda la geografía española. En
1963 aparece su grabación
Memorias antológicas del cante flamenco
, compuesta por cuatro discos de larga duración,
reconocidos con el disco de oro.
El espectáculo
Alarde flamenco
, organizado por Carcellé en el circo Price, tiene a
Pepe Marchena como cabecera de cartel durante todo el año 1964,
recorriendo diversas ciudades españolas. Repite en el circo Price durante
1965, pero esta vez reestrenando
Así canta Andalucía
, espectáculo que, de nuevo, es acogido con
fervor por el público y le conduce, incluso, a Marruecos o
Francia.
Epílogo artístico.
A finales de los años sesenta, Pepe Marchena
restringe en gran medida sus actuaciones. Ocasionalmente participa en el
primer Festival de Cante Flamenco de Sevilla, organizado en 1970. Con
motivo de sus bodas de oro en el cante, en 1974, se celebra en Marchena
un festival en su homenaje, con la actuación especial de Juanito
Valderrama y Perlita de Huelva. En noviembre de 1976, ya gravemente
enfermo de cáncer, se le concede la Medalla de Oro de su ciudad natal, y
Juanito Valderrama, uno de sus grandes amigos, organiza en Madrid un
festival en su beneficio en el teatro Alcalá-Palace.
Pepe Marchena hace pública su despedida en este
acto, en el cual pide disculpas a quienes pudieron sentirse ofendidos por
su actitud a lo largo de su trayectoria artística. Una vez se agrava su
estado de salud, es trasladado a Sevilla, donde fallece el día 4 de
diciembre. "No mujer, no corras las cortinas, mira que me queda mucha
oscuridad que ver", cuentan que fueron sus últimas palabras. Antes y
después de su fallecimiento, Marchena destaca en la historia del flamenco
por reunir tantas críticas furiosas como elogios apasionados. Según sus
defensores ha sido uno de los grandes innovadores del flamenco, el
introductor del recitado y varios cruces estilísticos, y el creador de un
cante nuevo, la colombiana. En cambio, para sus detractores, su carrera
estropea el cante flamenco con el abuso de falsetes, filigranas y
gorgoritos, es decir, destierra lo jondo. Aun así, como reconocimiento a
su carrera, en 1986 se le erige un monumento en su tierra, obra de Rafael
Armenta.
En enero de 2004, el Taller de Musicos y la SGAE le
rinden homenaje en Barcelona, con motivo del centenario de su nacimiento
y con el cantaor José Manuel Cerro y Juan Antonio España recreando los
"aires marcheneros". Enrique Morente oficia como artista invitado y, con
el respaldo de José Luis Ortiz Nuevo, define a Marchena como "un Dalí del
flamenco, poderoso, tierno, excesivo, también algo disparate, surreal,
vehemente, sutil, creador".
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