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ALGECIRAS |
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(CA). Capital de la comarca del Campo de Gibraltar* . Dista 120 km. de Cádiz, cuenta con 107.000 h. y un término municipal de 85 Km2.
Situación. Su nombre árabe Al Gecira al Hadra (Al Gecira, Al Jazira, Al Yasira, Al Djezira o cualquier otra grafía más o menos aceptada) significa la Isla Verde, localización de la primera fortificación de la ciudad que se encontraba en una ensenada resguardada de cierta profundidad. Se trata de una situación portuaria clave, porque se halla en la Bahía, puerta del estrecho de Gibraltar* frente al Peñón. Punto de referencia marítimo y una de las dos míticas columnas (la otra es la de Ábyla en Ceuta) de Hércules, donde estaba el final del Mediterráneo y dónde comenzaba lo ignoto del Mar Tenebroso (Océano Atlántico) y la leyenda de Non Plus Ultra (no más allá). A esta situación geoestratégica, una de las más importantes del mundo, entre dos continentes, se une desde principios del siglo XVIII la presencia británica en el Peñón y las relaciones de tráfico y comercio con la colonia. El pasado, el presente y, probablemente, el futuro de Algeciras dependen de esa situación portuaria de reconocida posición estratégica.
Historia. Su carácter de puente con África explica el hallazgo de yacimientos prehistóricos en sus cercanías, tan antiguos como los del hombre de Neandertal, pinturas del Neolítico y dólmenes. En la época romana la colonia de Carteia* queda algo más al norte y por aquí se cita a la ciudad de Julia Transducta, patria del escritor bético Ponponio Mela. Pero es en la época islámica cuando nace la actual Algeciras, que alcanza un fuerte apogeo como puerto próximo a las costas de África. Desde los comienzos de 711, Algeciras ejerce una función primordial en la islamización de la antigua Bética y más concretamente en las derrotas a los ejércitos visigodos en la zona de la Janda, si es que esta batalla se produce. Hay fechas y acontecimientos señalados, como la destrucción por piratas normandos en 845 y 879; la defensa que hace en 773 el califa Abderramán de la urbe y la parte occidental de Andalucía ante los gobernadores abasíes del Magreb; la preparación en 999 por parte de Almanzor de una expedición más allá de al-Ándalus, que da lugar a importantes victorias ante las tropas de los reinos cristianos y, especialmente, contra nobles de Barcelona y Gerona. Algeciras es entonces capital de una kora o provincia del Califato de Córdoba que comprende algo más de la comarca actual, integrando parte de la Costa del Sol y, al oeste, Tarifa, Castellar y Jimena como núcleos importantes, además de la plaza de Gibraltar. Con la disgregación en Taifas, Algeciras forma parte unas veces del reino de Málaga y otras de Sevilla, uno de cuyos reyes recomienda en 1069 a su heredero Abu al Casen que asegure la plaza de Gibraltar como una de las llaves de al-Ándalus. En el siglo XII el geógrafo El Edrisí describe así a la Isla Verde: “Esta villa está bien poblada. Sus murallas son de piedra mezclada con cal. Tiene tres puertas y un arsenal situado en el interior de la villa. Algeciras está atravesada por un río llamado Arroyo de la Miel, cuyas aguas son dulces y buenas, y de ellas usan los habitantes. En las dos orillas de este arroyo hay huertos y jardines. Es un lugar donde se construyen navíos, y puertos de embarque y desembarque. El estrecho que la separa de Ceuta tiene 18 millas de ancho… Algeciras es la primera ciudad conquistada por los musulmanes en Andalucía durante los primeros tiempos; es decir, en el año 90 de la Hégira… Hay al lado de la puerta del mar una mezquita llamada de Banderas. Se cuenta que allí fue donde se reunieron los estandartes de las tribus cuando celebraron consejo”. Y Abulfeda escribe en el siglo XIV que “su puerto es el mejor de los puertos para el tránsito, y su suelo produce cereales y uvas blancas y gordas y sus habitantes se autodenominan isleños”. El comercio y la comunicación de todo tipo con el norte de África es una constante y los intentos de Castilla por controlar esa parte del Estrecho también podrían dar lugar a varias páginas. Así, Alfonso X la sitia en 1278 por tierra y mar, pero la defensa de los algecireños y los fuertes calores, a los que no están acostumbrados los castellanos, les llevan a levantar el cerco y huir. Algo similar ocurre en 1309 con las tropas de Fernando IV, que abandona el sitio tras innumerables deserciones y el recibo a cambio de 50.000 doblas de oro. En agosto de 1342 Alfonso XI de Castilla, al que se une Felipe III de Navarra y algunos nobles extranjeros, cerca la ciudad, que capitula en marzo de 1344. Pero la frontera con el Reino nazarí de Granada va más al oeste en muchas ocasiones, concretamente en la línea que señalan los topónimos de Morón, Arcos, Jerez y Chiclana. En la Guerra de Sucesión de 1704 debe quedar casi destruida, porque el viajero francés Juan Bautista Labat dice poco después que “no hay entero más que el castillo”. La cesión a Inglaterra de Gibraltar introduce un hito importante en la historia de Algeciras, que recibe una parte de la población refugiada; también en San Roque y Los Barrios, que forman tres concejos o Ayuntamientos distintos en 1755. Los intentos de tomar el Peñón o la guerra contra los franceses a principios del XIX son otros momentos en que se pone de manifiesto la importancia de la ciudad, que encabeza pronto el territorio. Según Madoz, se crea una comandancia denominada Campo de Gibraltar en 1728; en 1834 es capital de uno de los partidos judiciales instaurados y hoy es centro indiscutible de una de las comarcas más claras y aceptadas de Andalucía. Pero en este apartado de historia conviene detenerse en la información que proporciona el Diccionario de Madoz a mediados del XIX. Cuenta con 11.000 habitantes, cuyas casas se escalonan desde la colina al mar y se describen blancas y con artísticas rejas en un conjunto vistoso de calles empedradas limpias y alegres y tres plazas principales. La Alta, con fuente circular y arbolado; la Baja, cerca de la Marina y con un mercado público; y la de San Isidro, en la parte más elevada de la población. Se cita el arrabal de la Villa Vieja, varias instalaciones militares, cuarteles, hospitales, la iglesia de Santa María de la Palma y un teatro. Como algo curioso, aunque demuestra también la importancia urbana, había nueve serenos. La mayor parte de la descripción de Madoz se refiere al puerto (que “está precisamente en frente de la boca del río de la Miel”) y la actividad marítima, señalando la posesión de bandera mercante propia, de color amarillo y azul, y 661 marineros útiles. Hay “embarcaciones de todas clases, buques de mayor porte de primera y segunda, barcas pescadoras y para conducir comestibles y otros efectos a Gibraltar, y navegar en toda la bahía, con más las lanchas y botecillos pequeños, se cuentan 616 que miden un total de 2.788 toneladas”. En 1844 hay un registro de 69 buques entrados desde el extranjero, con un total de 3.625 toneladas y 532 tripulantes. La importancia de Gibraltar las revela las cifras anuales de cabotaje con 3.700.000 reales en importación y 5.600.000 en exportación, frente a 48.000 en total con el extranjero. Un dato significativo, quizás relacionado con Gibraltar: en esa valoración se incluyen 2.138.110 reales en dinero efectivo exportado. Por lo demás, la agricultura es poco importante en un término montuoso y forestal, debiéndose traer de fuera una parte del consumo. La industria se compone de cuatro fábricas de curtidos y algunas de tejidos, sombreros, alfarerías, corcho, además de molinos. Es importante citar que ya mediado el XIX se detectan dos problemas que aún no se han resuelto totalmente. Uno, la necesidad de construir un gran puerto, para aprovechar la inmejorable situación. Otro, la apertura y mejora de vías terrestres, sobre cuyas carencias se dice entre otras cosas: “La carretera de Cádiz por Tarifa está de tal modo intransitable, que aún las personas que tienen miedo al mar, se embarcan, porque consideran la navegación menos peligrosa que el exponerse a pasar por breñas y despeñaderos”. Mucho más podría escribirse de su historia en función de esa posición estratégica; recordemos, por ejemplo, que en 1808 el general Castaños instala allí su cuartel general y en 1906 se celebra una Conferencia internacional con representantes de varios países europeos para tratar sobre la situación de Marruecos.
Plano urbano y monumentos. La actual fachada marítima de Algeciras desborda con mucho el viejo puerto frente a la desembocadura del río de la Miel, que describiera Madoz a mediados del XIX. Y la Isla Verde (“a distancia como de una milla de la playa”) está hoy integrada en las dependencias marítimas, que, como se verá, constituyen uno de los puertos más importantes de Europa, con actividades pesquera, de mercancías, deportivas y, sobre todo, como transporte de viajeros, principalmente magrebíes y de otras nacionalidades, dando a la ciudad un aire cosmopolita. El puerto, antepuerto, dársenas y muelles (Isla Verde, Galera, Navío, Juan Carlos I…) cubren esa fachada en unos tres kilómetros, desde la punta del Rodeo al sur hasta frente la periferia urbana del norte, que es sin duda por donde más ha crecido la ciudad. Si bien, en realidad toda la Bahía es prácticamente una conurbación desde la Punta San García hasta Punta de Europa en el Peñón de Gibraltar, con Palmones, Guadarranque, Campamento y La Línea entre ambos cabos. Por el oeste el plano urbano llega hasta un claro límite, la N-340, salvo al suroeste, zona de la Piñera en que aún quedan espacios no urbanizados. La ciudad se divide claramente en dos partes por la línea del ferrocarril, que no es más que la continuación de una divisoria histórica mantenida por el río de la Miel entre el casco histórico al norte y el arrabal de Villa Vieja al sur. En la parte septentrional de ese límite se extienden multitud de barriadas (Perlita, Bajadilla, Rosario) y urbanizaciones (Bernabé, Las Colinas, Reconquista). Al sur la extensión es menor (Pescadores, Yesera, Pastores, Juliana, el Rodeo). Al norte de la ciudad, En el Rinconcillo, se hallan un acueducto romano y unos hornos. El pasado andalusí se nota en la Puerta del Mar o Patio del Coral, perteneciente a la antigua muralla, y en el casco antiguo, sobre todo en el barrio de San Isidro con sus callejas estrechas, retorcidas, callejones sin salida y placitas. La plaza Alta sigue siendo punto de referencia (como, por ejemplo, en el bullicioso Carnaval), pero mucha de su actividad de ocio y cultura se desplaza a la Plaza de Andalucía. También se aprecia la huella islámica en las numerosas torres vigías de las inmediaciones, construidas para defensa contra los vikingos; son la de Botafuegos a unos cinco kilómetros al norte, la de Almoraima en el Guadarranque y la de Cartagena, ya en el municipio de San Roque. Algeciras cuenta con buenas playas (Rinconcillo, Concha, Getares, Cala Arena) desde donde puede contemplarse la romería marítima del 15 de agosto, fiesta de Santa María de la Palma, cuya iglesia data de 1723.
Economía, población y área de influencia. Algeciras cuenta en la actualidad con 106.710 h. Así, de acuerdo con el ritmo de crecimiento de las principales ciudades andaluzas, de la importancia de la concentración de la población y de la magnitud de las actividades económicas, se le podría calificar como una ciudad de tercer nivel. Al mismo tiempo, cabría definirla como un área económica de formación reciente ya que a principios del siglo XX todavía era una ciudad de tipo medio; y es que a la hora de estudiar su expansión se deben diferenciar dos etapas: una que da comienzo en los años cuarenta, cuando se inicia una fuerte atracción inmigratoria que hizo duplicar su población en una década, y la otra que va ligada a la creación del polo de desarrollo. Efectivamente, la historia y la configuración de Algeciras y en general de todas las ciudades de la Bahía tienen que ver con las relaciones económicas y políticas que se establecen con Gibraltar. Así la reconstrucción de Algeciras en el extremo opuesto de donde se localiza la colonia inglesa y los emplazamientos de las otras ciudades de la Bahía constituyen la respuesta española a la presencia inglesa en Gibraltar desde 1704. De la misma manera, la evolución de la actividad económica de Algeciras y de las otras ciudades de la Bahía a lo largo del siglo XX se apoya principalmente en los vínculos establecidos con Gibraltar. En este sentido, cabe afirmar que hasta que el proceso de industrialización de la Bahía de Algeciras, iniciado en 1965, no se consolidó, la comarca del Campo de Gibraltar fue económicamente dependiente del contrabando de la colonia inglesa y, al mismo tiempo, suministradora de mano de obra barata. Pero la reivindicación española ante la ONU y la negativa inglesa de negociar con el Gobierno de Madrid dieron lugar al diseño de una serie de actuaciones públicas que desembocan en la puesta en marcha del Plan de Desarrollo Económico y Social del Campo de Gibraltar (1965), que supone a la postre la mejora de infraestructuras como el puerto, las cuales condujeron a Algeciras y, en general, a la Bahía a conformar una importante aglomeración urbana dentro del sistema andaluz. Hoy, el desarrollo de esta última va ligado a la expansión del puerto de Algeciras (el principal de la Comunidad Autónoma) y al proceso de industrialización iniciado a mediados de los sesenta del pasado siglo XX. El desarrollo de la industria significa el cambio de la base económica de la ciudad y de la aglomeración urbana de la Bahía, permitiendo a esta zona dejar atrás la dependencia económica respecto de Gibraltar. En la actualidad, Algeciras concentra las principales industrias básicas (Acerinox o CEPSA) existentes en Andalucía y aquellas actividades relacionadas con el sector transporte, que se desarrolla aprovechando sus ventajas como recinto portuario-industrial bien comunicado con el exterior marítimo. Por otra parte, la organización espacial de todo este conjunto de actividades económicas de la Bahía está generando una compleja red de relaciones funcionales que es precisamente lo que da lugar a la aglomeración urbana, superando así su carácter de enclave industrial y dando lugar a una renta per capita que oscila entre 7.300 y 8.225 euros, calificable en torno a la media andaluza. Precisamente, la juventud de la conformación de la aglomeración urbana, las características estructurales del tejido industrial, los rasgos del proceso de industrialización (creación de un polo de desarrollo planificado) y la dependencia económica de Gibraltar reflejan en la evolución demográfica una serie de hechos: Primero, Algeciras durante décadas ha sido un área de atracción inmigratoria lo que ha permitido mantener una estructura demográfica joven. En la actualidad, el 25,4% de la población es menor de 20 años y el porcentaje de mayores de 65 años se sitúa en el 12,3%. Segundo, el bajo nivel de instrucción, su alejamiento de la media andaluza y el porcentaje reducido de población con niveles superiores de estudios ponen de manifiesto que el proceso de consolidación del desarrollo industrial es reciente y no ha tenido un carácter endógeno. El puerto de Algeciras, comercial por excelencia, desempeña una función clave en el tráfico intercontinental de mercancías en contenedores y pasajeros. Esta función se está viendo reforzada por la actual tendencia al incremento de las relaciones comerciales de Europa con los países del norte de África, por los masivos flujos de viajeros y mercancías generados a través del Estrecho y por la reciente entrada en funcionamiento del transporte internacional de productos energéticos (gaseoducto Magreb-Europa y red eléctrica). A estas funciones se le suma el que Algeciras se ha constituido en un punto trascendental del tráfico intercontinental de mercancías y de viajeros consiguiendo una elevada fidelización por parte de las empresas clientes. El Puerto de Algeciras sobrepasa los 55 millones de toneladas de tráfico total y ha superado el umbral de 2.229.000 TEU’s, con un incremento de 7% sobre el año anterior (datos de 2002). De esta forma, cabe afirmar que este puerto se ha consolidado como el sexto de Europa y el vigésimo sexto del mundo, a lo que cabe añadir el que recientemente se ponga en marcha una zona de actividades logísticas que le pueden convertir en la plataforma del sur de Europa. Así pues, su estratégica posición en el estrecho de Gibraltar, las características e infraestructuras con que está dotado y su multifuncionalidad (trafico de contenedores, de graneles sólidos y líquidos y de pasajeros) hacen del puerto de Algeciras (en cuyo entorno se localiza uno de los principales concentraciones industriales de Andalucía) una pieza clave en el sistema intermodal de transporte. Sin embargo, el puerto de Algeciras, a pesar de que también se ha convertido en un elemento estratégico para el conjunto de la economía de esta Comunidad Autónoma, presenta aún una débil articulación con las redes viaria y ferroviaria de la bahía de Algeciras. Con el interior de Andalucía y con la península las dificultades de interrelación se han corregido a través de la puesta en marcha de la autovía Jerez-Los Barrios. Con todo, todavía falta mejorar las comunicaciones aéreas, puesto que no se dispone de aeropuerto, debiendo utilizar los situados en las proximidades (Jerez y Gibraltar ). Algeciras es el centro indiscutible de la no menos definida comarca del Campo de Gibraltar, de las más admitidas y consolidadas de Andalucía, próxima al cuarto de millón de habitantes. La antigua Al Yasira ocupa el lugar décimo andaluz (tras las ocho capitales y Jerez ) en atracción de habitantes por la oferta de bienes y servicios de todo tipo (comercio, administración, sanidad, educación), organizando un área funcional intensa en la que se integran los municipios de Jimena, Castellar, San Roque, La Línea, Los Barrios y Tarifa. [ Gabriel Cano / Rosa Jordá Borrell ]
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