(CA). Municipio de la Comarca de la Sierra de Cádiz, se sitúa entre los Parques Naturales de la Sierra de Grazalema y Los Alcornocales, incluyéndose dentro de la ruta de los llamados pueblos blancos. Cuenta con un término municipal de 71 km2, una población de 17.205 h. en 2006 y una altitud de 330 m. sobre el nivel del mar. El primer asentamiento del que se tienen noticias es prerromano y se sitúa en el llamado Salto de la Mora. En el mismo enclave, los romanos establecen la ciudad de Ocurri, un lugar que se integra dentro de la Ruta Arqueológica de los Pueblos Blancos y que cuenta con foro, termas, necrópolis y una calzada que enlaza con la costa y con Sevilla. Tras el asentamiento de los primeros colonos bereberes del norte de África, se inicia un periodo de prosperidad en la zona, gracias a la irrigación y explotación de numerosas huertas en el valle del río Majaceite. Es entonces cuando surge el actual núcleo de población. Se integraba en la cora de Sidona del Califato y, en el siglo XI, en la taifa de los Banu Jizrun de Arcos, primero, y en el extenso reino de los abbasíes sevillanos, después, para pasar en el XIII al reino almohade de Sevilla y más tarde se encuentra en la frontera del reino nazarita de Granada.
Los ejércitos castellanos al mando de Ponce de León conquistan la villa en 1485, permaneciendo parte de la población. En 1590 los Reyes Católicos la incluyen en el llamado señorío de las Siete Villas, que integran además Villaluenga, Archite, Benaocaz, Grazalema, Cardela y Garciago. Más tarde, pasa a depender del dominio de los duques de Arcos, produciéndose un penoso declive agrícola y social de la zona. En el siglo XVIII, sufre las consecuencias del terremoto de Lisboa y al principio del siglo siguiente participa en la Guerra contra los franceses. A mediados del XIX, según Madoz, había 4 tejedores de paños, 12 de jergas bastas y 4 tenerías de curtidos, "cuyas primeras materias se importan de varios puntos". Y precisamente la artesanía de la piel es una actividad que durante el siglo XX se convierte en el pilar económico del municipio. Durante esa centuria, igualmente, la población participa de los movimientos subversivos que se dan en todo el país, creándose juntas revolucionarias que serán duramente reprimidas. Éste es el origen de la fuerte tradición de los movimientos socialistas, comunista y anarquista en la localidad, que también son reprimidos de forma cruel durante la Guerra Civil. En los años sesenta del siglo XX Ubrique experimenta un despegue económico.
Sus monumentos más importantes son la iglesia de San Antonio, del siglo XVI y con una airosa espadaña que se convierte en símbolo de la localidad; el convento de capuchinos, del XVIII; la iglesia de San Juan Letrán, de la misma época, nunca terminada y utilizada como vivienda; la iglesia de San Pedro, iniciada en 1801, de estilo neoclásico y que se usa como biblioteca y taller de empleo; la iglesia de Jesús, del XVI; la parroquia de Nuestra Señora de la O, del XVIII; el Ayuntamiento, notable ejemplo de edificio civil neoclásico; y una casa solariega de 1925 con una bella azulejería de inspiración modernista en la fachada. En los alrededores, hay que destacar el castillo de Fátima y, sobre todo, la inconmensurable belleza de sus paisajes.
Junto a la agricultura y la ganadería, el principal sector económico, que da fama internacional a Ubrique, es la marroquinería. Existen una gran cantidad de empresas dedicadas a la elaboración de bolsos, monederos, zapatos y otros objetos de piel, que se comercializan al por menor en el pueblo o se exportan al por mayor, a través de grandes firmas. De forma reciente, se crea el Centro Tecnológico de la Piel de Ubrique, que pretende potenciar la tecnificación de esta actividad. Las fiestas más importantes de Ubrique son la cabalgata de los Reyes Magos, los Carnavales, la Semana Santa, el Día de los Gamones, la romería local, las fiestas patronales de los Remedios y las feria y las fiestas mayores.
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