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CISTERCIENSES |
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Orden monástica fundada en el siglo XI en Francia
por Roberto de Molestes, Alberico y Esteban Harding como contestación
interna y movimiento de reforma frente a los cluniacenses. Su objetivo
consiste en la búsqueda de una forma de vida eclesial y religiosa más
acorde con los principios evangélicos. Sus puntos de mira son el
Evangelio, los padres del desierto y la regla benedictina de San Benito
de Nursia. Con Bernardo de Claraval el Cister se expande por tierras de
Francia, Italia, Alemania, Suiza y España. La estructura organizativa del
monacato cisterciense se halla expuesta en la
Charta caritatis
. Los pilares doctrinales de la orden cisterciense
descansan en el
opus dei
(servicio/oficio divino), la
lectio divina
(lectura espiritual) y la
labor manuum
(trabajo manual) dentro del espíritu
benedictino. Sus líneas de piedad muestran una fuerte devoción a Cristo y
a la Virgen. Los cistercienses observan las prescripciones de la Regla
benedictina con una alimentación, con un carácter más rígido; el vestido,
más sencillo; el rechazo del impuesto eclesiástico y la pobreza radical.
Cada monasterio está regido por un abad que no tiene carácter vitalicio y
al que los monjes profesan total obediencia. Los monasterios son
autónomos entre sí y están sujetos a la jurisdicción del abad general,
elegido por el capítulo general, que ostenta los poderes legislativos y
judiciales supremos. Desde su primera expansión y posterior consolidación
la orden del Cister se instala en España empezando por la parte noreste,
siendo la primera fundación la de Moreruela en la provincia de Zamora. La
España reconquistada a los árabes se puebla con rapidez de monasterios
cistercienses. En Andalucía existen fundaciones cistercienses en Sevilla
(San Isidoro), Córdoba (San Acisclo) y Granada. La desamortización de
Mendizábal, que determina su exclaustración invocando el excesivo número
de monjes y de monasterios y su escasa utilidad social, suprime en el año
1835 todos los monasterios del Cister. En Andalucía hay un solo
monasterio de varones en la localidad cordobesa de Hornachuelos, dedicado
a Santa María de las Escalonias.
Los monasterios de monjas cistercienses son
numerosos en el pasado. El más célebre es el de Santa María de las
Huelgas Reales en Burgos, panteón de los reyes de Castilla. Fundado por
Alfonso VIII en 1187, su abadesa llega a ser prelada del monasterio y del
hospital del rey. Los monasterios femeninos también se ven afectadas por
los rigores de la exclaustración de Mendizábal, pero en menor medida que
el de los hombres. En la actualidad las monjas cistercienses en España se
dividen en dos federaciones, la Hispánica, unida a la Orden de Común
Observancia, perteneciendo a ella el monasterio de la Encarnación de
Málaga; y la Regular Observancia de San Bernardo, encabezada por el
monasterio de Las Huelgas, a la que pertenecen los de San Clemente de
Sevilla, de 1255, la Encarnación y el Cister de Córdoba y uno en
Granada.
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