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MARISTAS |
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Congregación religiosa masculina, fundada por
san Marcelino Champagnat, dedicada a la enseñanza. Los Hermanos Maristas
de la Enseñanza o Hermanitos de María forman parte de una sociedad
religiosa más amplia que es la Sociedad de María, integrada por las
siguientes ramas: Sociedad de María o Padres Maristas, fundados por
Juan Claudio Colín; los Hermanos Maristas, fundados por
Marcelino Champagnat; las Hermanas Maristas, fundadas por Juana
María Chavoin; las Hermanas Misioneras de la Sociedad de María; y las
Fraternidades Maristas, sucesoras de la tercera orden marista.
El proyecto de fundar una sociedad religiosa bajo la
protección de María nace en el seminario mayor de Lyon en torno a 1816.
En el curso de 1815, un nuevo seminarista proveniente del Puy, Juan
Claudio Courveille, comunica a algunos de sus compañeros su proyecto de
una sociedad de religiosos maristas. En 1816, junto con Colín,
Courveille, Vianney y otros cincuenta compañeros, Marcelino es ordenado
sacerdote. Al día siguiente, los doce signatarios de la promesa de
constituir la Sociedad de María suben al santuario de Nuestra Señora de
Fourvière y allí prometen solemnemente dedicarse a establecer dicha
congregación. Los Hermanitos de María no formaban parte del plan inicial
del padre Corveille, iniciador de la Sociedad de María. Sin embargo,
Marcelino Champagnat insistiría en repetidas ocasiones sobre la necesidad
de formar hermanos para el catecismo, que ayudaran a los misioneros y
dirigieran escuelas. Marcelino conocía bien la realidad de la educación
rural en Francia: maestros incompetentes, bohemios, maltratadores de
niños y enemigos de la religión católica.
La fundación de los Maristas por obra de Champagnat
tiene lugar en el pequeño pueblo de La Valla-en-Gier, en el Macizo
Central francés, tomando la decisión el 28 de octubre de 1816, al visitar
a un joven en el lecho de muerte que nunca había oído hablar de Dios. El
2 de enero de 1817 es la fecha del nacimiento de la congregación de los
Hermanos Maristas. En noviembre del mismo año funda la primera escuela,
en Marlhes, su pueblo natal, y al año siguiente en su parroquia, La
Valla. A su muerte quedan fundadas 48 escuelas, donde se educaban unos
7.000 alumnos, con 280 hermanos y 49 que ya habían fallecido. El nombre
original Petits Frères de Marie, al ser aprobado como Instituto de
Derecho pontificio por Pío IX, en 1863, es sustituido por el de Fratres
Maristae a Scholis (FMS).
La llegada de los primeros hermanos a España se debe
a una circunstancia providencial. Los padres lazaristas de Buenos Aires
(Argentina) ofrecen al hermano superior general la posibilidad de fundar
un colegio. El hermano teófano acepta y encarga el proyecto a su
asistente general, el hermano Bérillus, quien envía a cuatro hermanos a
España para que aprendan la lengua castellana. Ante las dificultades que
se presentan para fundar en Argentina y el ofrecimiento del obispo de
Gerona para fundar una pequeña escuela, ordena que los hermanos quedaran
en España, lo cual ocurre en 1866. Perseguida la enseñanza religiosa en
Francia y contando con el apoyo de la reina de España, María Cristina, se
posibilita el trasvase de hermanos desde la nación vecina. En 1888 se
aprueba la instalación de la Congregación Marista en España. Continúan
las fundaciones de nuevas escuelas en Cataluña, al tiempo que se
organizaban las primeras casas de formación en Valldemía y Canet de Mar.
En el mismo año, 1890, se inician las tareas de la editorial FTD.
La segunda llegada de hermanos de Francia se produce
en 1903, cuando la República francesa ordena cerrar más de 3.000 escuelas
cristianas y se expulsa a unos 20.000 religiosos. Llegan primero a Oñate
y luego a Durango y Zalla, donde fundan colegios. El noviciado lo ubican
en Anzuola, constituyéndose así la Provincia Marista de Anzuola. La
tercera entrada tiene su origen en el mismo año y en similares
circunstancias, pero esta vez se hace, de nuevo, por Gerona,
concretamente con la adquisición de una finca en Pontós, para desde allí
extenderse por Galicia, a partir del primer colegio de Lugo.
De este modo, la España marista queda dividida en
tres zonas, a partir de las provincias de Anzuola, León y España. La
Guerra Civil de 1936 supone un cruel paréntesis en esta triunfante
expansión, pero que, al finalizar, se acomete con entusiasmo la tarea de
reconstrucción. En 1944 se funda la provincia Bética, al dividirse la
extensa provincia Norte-Sur. La llegada de los primeros hermanos a
Andalucía se da en 1906, siendo su primera fundación la del colegio de
Lucena (Córdoba). Luego se extienden por las demás provincias andaluzas,
preferentemente por las más necesitadas de colegios regentados por
religiosos. Hay colegios, además, en Cádiz, Córdoba, Granada, Huelva,
Jaén, Málaga y Sevilla. A la provincia Bética también pertenecen el
colegio de Badajoz, las misiones de Bolivia y antes el colegio de Larache
(Marruecos). En 2006 residen 150 hermanos en Andalucía. Existen 22
comunidades dedicadas a colegios, misiones, actividades pastorales, casas
de acogida, formación y residencia de hermanos mayores. Forman parte de
la provincia Mediterránea, integrada por las antiguas provincias Béticas,
a la que en el año 2000 se le agrega el distrito Líbano-Siria, Italia y
Levante. El consejo general les encomienda el apoyo de Liberia, Costa de
Marfil, Ghana, Camerún, Chad y Guinea Ecuatorial.
A principios del siglo XXI, hay 4.500 hermanos
maristas presentes en 65 países. Los maristas viven en comunidad y
comparten su espiritualidad y su labor apostólica con otros muchos
hombres y mujeres ilusionados por el reto de Marcelino Champagnat: la
educación cristiana de la juventud. La congregación tiene a María, la
Madre de Jesús, como su madre y modelo.
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