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ABéN HUMEYA |
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(válor, granada, 1520-lanjarón, granada,
1569).
Sobrenombre tomado por el granadino Fernando de
Córdoba y Válor (1520-1569), dirigente de la revuelta de las
Alpujarras
*
de 1568, haciendo referencia a una supuesta
pertenencia al linaje de los omeyas, la familia gobernante en la
Andalucía árabe entre los siglos VIII y XI, durante el Califato de
Córdoba. Esta revuelta tiene su origen en el cerco que la monarquía
castellana va poniendo a los moriscos granadinos en contra de las
disposiciones adoptadas en las Capitulaciones firmadas por Boabdil
*
y los Reyes Católicos. En el año 1525 Carlos I
dispone una serie de normas destinadas a la conversión al cristianismo y
a acabar con rasgos culturales propios del último resto del Islam andaluz
en la Península Ibérica. Suspendidas de hecho estas disposiciones se
aplicarán a partir de 1566, ya en tiempos de Felipe II. Por ellas se
prohíbe a los moriscos el uso de la lengua árabe y de sus trajes, baños y
ceremonias musulmanas. Elhecho trae como consecuencia la sublevación de los
moriscos en las Alpujarras o la del Albaicín de 1568. Al frente de ella
se encuentra Abén Humeya y, más tarde, Abén Abó
*
. Abén Humeya es miembro de una destacada familia de
Granada capital, en cuyo gobierno como ciudad cristiana llega a
participar. El 24 de Diciembre de 1568 Abén Humeya es proclamado por
sus partidarios como rey de Córdoba y Granada, "el rey don Fernando
Muley Abén Humeya" le llaman, abjurando del cristianismo al que se
adhieren sus antepasados. Bajo un olivo, vestido de púrpura, le
prestaron sumisión. De inmediato nombra a Farx Abén Farax
*
su lugarteniente. Las tropas castellanas, con el
marqués de Mondéjar al frente y luego mandadas por Don Juan de Austria,
acabarán con la revuelta. Abén Humeya muere asesinado por los suyos tras
las fuertes recompensas por su captura que hacen los generales de
Castilla. El siguiente episodio será ya la expulsión de los moriscos de
todos los territorios de la monarquía española en 1609. La figura de Abén
Humeya da lugar a diferentes obras de la literatura española, lo que
contribuye a aumentar los tonos legendarios del personaje. Entre estas
obras destaca la tragedia en prosa
Abén Humeya
(1830) del granadino Francisco Martínez de la
Rosa
*
(1787-1862).
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