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CRISTIANISMO |
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Religión fundada por Jesús de Nazaret basada
en su vida, su obra y su mensaje. Jesús desempeña su misión durante cerca
de tres años en Palestina reuniendo y enseñando a un pequeño grupo de
discípulos. La oposición de los dirigentes judíos da lugar a su muerte en
la cruz bajo el mandato de Poncio Pilato hacia el año 30. Después de su
resurrección, manda a sus discípulos a predicar el Evangelio por todo el
mundo. A los seguidores de Jesús, el Cristo, se les da por primera vez el
nombre de cristianos en Antioquía de Siria. A finales del siglo III el
cristianismo se había extendido por todos los territorios del Imperio
Romano, penetrando en Asia, Persia y Arabia. Histórica y
sociológicamente, el cristianismo representa la incorporación del ideal
cristiano a la vida y a la cultura de muchos pueblos.
Orígenes en Andalucía.
El cristianismo va llegando con rapidez a aquellas
regiones del Imperio fuertemente romanizadas. Tal es el caso de las
provincias hispanas, donde el cristianismo llega en el siglo I de nuestra
era. Debido a su emplazamiento, nuestra tierra está abierta a las grandes
corrientes religiosas y culturales orientales. Se conocen los deseos de
San Pablo de venir a España, donde aún no se había pronunciado el nombre
del Mesías. Escribiendo a los cristianos de Roma les dice: "Y como hace
muchos años que siento ganas de haceros una visita, saldré para España"
(Rom 10,18). Es posible que hacia los años 62-63 de nuestra era tuviera
ocasión de venir a nuestra tierra. De hecho, existe una tradición según
la cual habría llegado hasta el extremo de Occidente, frase que puede
situarlo en Andalucía Occidental. De aquí debe arrancar la tradición
según la cual San Pablo habría predicado en Astigi, la actual Écija. Sea
como fuere, lo que sí podemos afirmar es que el cristianismo penetra por
medio de los colonos, viajeros, soldados y mercaderes, fundándose así las
primeras comunidades cristianas en las principales ciudades de Andalucía.
Esto sí es cierto frente a piadosas tradiciones como la de los llamados
Varones Apostólicos, que suponen la venida al Sur de España de siete
predicadores enviados desde Roma por San Pedro. Si bien esta tradición es
muy posterior "siglo VIII", sin embargo, las iglesias de Andalucía
reconocen, devocional y litúrgicamente, a estos siete varones: Torcuato
en Acci (Guadix), Cecilio en Iliberri (Granada), Eufrasio en Iliturgi
(Andújar, Mengíbar), Tesifonte en Bergi (Berja), Indalecio en Urcci
(Almería) Segundo en Abula (Abla) y Ecio en Carcer (Carteya). De hecho,
en la costa mediterránea y en la casi totalidad de la provincia Bética,
el cristianismo estaba ya arraigado desde principios del siglo III. En el
concilio de Elvira (Granada) hacia el año 300, de ámbito nacional,
participan 19 obispos y 24 presbíteros. Están representadas 23 iglesias
de la provincia Bética, ocho de la Cartaginense, dos de la Lusitania, dos
de la Tarraconense y una de la Galaica. Algunas de las iglesias de la
actual Andalucía allí presentes son: Granada, Guadix, Baza, Salobreña,
Córdoba, Aguilar de la Frontera, Montoro, Almodóvar del Río, Espejo,
Cabra, Alcaraceños, Jaén, Martos, Arjona, Casona (cerca de Linares), La
Guardia, Mengíbar, Mancha Real, Málaga, Álora, Barba Singilia
(Bobadilla-Antequera), Ronda, Sevilla, Osuna, Écija, Urci (Pechina),
Almería, Vera, Cádiz y Ossobona (Huelva). Los 81 cánones o decretos
disciplinares del concilio ofrecen abundantes datos sobre la vida de los
cristianos, minoritarios y a menudo perseguidos y martirizados "Santas
Justa y Rufina, en Sevilla; San Acisclo, en Córdoba". Durante el siglo IV
se implanta progresivamente el cristianismo en todo el Imperio gracias a
la libertad religiosa y confesionalidad cristiana que aportan los
emperadores Constantino y Teodosio. En la Iglesia de Andalucía destacan
el gran obispo andaluz Osio de Córdoba "consejero del emperador
Constantino y presidente del concilio de Nicea", Gregorio de Elvira e
Higinio de Córdoba.
Período visigodo y musulmán.
Las iglesias de la Bética viven siglo y medio
de aislamiento dando origen a una liturgia hispana, primero visigótica y
luego mozárabe. Destacan en esta época en Sevilla los hermanos Isidoro,
Leandro, Fulgencio y Florentina "los cuatro canonizados".
El largo periodo de dominación musulmana (siglos
VIII-XV) trae consecuencias diversas para el cristianismo andaluz. Se
registran sucesivas situaciones de tolerancia o de opresión hacia los
cristianos, que, al menos en los primeros siglos, seguían siendo la
población mayoritaria. La presión ambiental y política de la nueva
cultura y fe islámica da origen a muladíes, cristianos que reniegan de
sus creencias y a mozárabes, cristianos que sin renegar de su fe
disfrutan de un cierto estatuto de tolerancia y conviven en cierta
armonía con musulmanes y judíos. Durante los reinados de Abderrahmán II y
Mohamed I, los mozárabes vivían en barrios separados y, superando grandes
pruebas y calamidades, tendrán también su particular martirologio. Más
tarde, bajo el fanatismo implantado por los almorávides, los cristianos
son deportados a África o tienen que huir a los reinos cristianos del
norte de la Península. De hecho, cuando el rey San Fernando entra en
Sevilla en 1248 no quedaba en la ciudad ninguna comunidad
cristiana.
Lenta recuperación cristiana.
A partir del siglo XIII, los ejércitos
cristianos del Norte penetran gradualmente en la cuenca del Guadalquivir,
ocupando las ciudades de Córdoba y Sevilla. Parejo a la reconquista
material corre el proceso de repoblación y restauración religiosa. Con
San Fernando vienen frailes franciscanos, dominicos, agustinos,
carmelitas y mercedarios, que llevan a cabo la reevangelización del
territorio andaluz. Se restauran primero las diócesis antiguas de
Córdoba, Sevilla, y Jaén; se celebran concilios provinciales, donde se
tratan las cosas concernientes al servicio de Dios, de la paz, la
tranquilidad del reino, la libertad e inmunidad de las iglesias y de las
personas eclesiásticas. En el tramo final de la Reconquista se restauran
también las diócesis de Almería, Guadix y Granada. Andalucía queda
estructurada en las dos provincias eclesiásticas aún subsistentes: la de
Granada y la de Sevilla.
Época reciente.
Después del esplendor católico de los siglos
XVI-XVIII, las cristiandades del Sur viven los mismos avatares
ideológicos que el resto de las iglesias de España: las sacudidas del
siglo XIX, la desamortización eclesiástica, los enfrentamientos
dinásticos e ideológicos, la calma de la Restauración, los avatares del
la Guerra Civil, la larga dictadura del siglo XX y la más reciente
recuperación democrática a la que colabora activamente. Durante todo este
tiempo, la Iglesia en Andalucía sigue realizando su tarea de
evangelización: San Juan de la Cruz, San Juan de Dios, beato fray Diego
José de Cádiz, Santa Ángela de la Cruz, fray Leopoldo de Alpandeire, el
padre Francisco de Paula Tarín, beato Marcelo Spínola y otros muchos, que
enriquecen con sus vidas a las iglesias locales andaluzas.
En el orden estructural sólo existen dos novedades
de interés, la creación de la diócesis de Huelva (1953) y más
recientemente la erección canónica de la de Jerez de la Frontera. Desde
1970 se reúnen periódicamente los obispos del Sur para tratar los temas y
cuestiones internos como la formación del clero y la religiosidad
popular, así como los grandes problemas del pueblo andaluz: paro,
emigración, depresión económica, formación religiosa y educación
cristiana de la juventud.
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