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ALFOMBRA |
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f. (Del árabe al-jumra, la esterilla de hoja de palmera). Tejido de lana o de otras materias, y de varios dibujos y colores, con que se cubre el piso de las habitaciones y escaleras para abrigo y adorno. Durante muchos siglos la alfombra es el producto más común de la artesanía textil granadina y almeriense, así como de la malagueña y la gaditana. En época de Boabdil existían en Granada más de 5.000 telares* , lo que a partir convierte al reino nazarí en uno de los principales mercados de seda del mundo, con un gran número de hectáreas dedicadas al cultivo de la morera y una importante densidad de fábricas (el último centro productor de seda se ubica en Ujígar y se desmantela bien avanzada la segunda mitad del XX). En estos telares manuales, que han ido desapareciendo progresivamente debido a su mecanización, la urdimbre (conjunto de hilos) era transformada a través de un trabajo paciente y minucioso en el tejido de las alfombras, que resultaban de un gran colorido debido a la combinación de franjas de lana de diferentes tonalidades y anchura. En Almería y en Granada uno de estos tejidos multicolores recibe el nombre de jarapa* , resultado final de la labor del tejedor que, en una época de escasez de materias primas, recorría las casas recogiendo las ropas viejas, luego hechas jirones y deshiladas para ser tejidas de nuevo teniendo en cuenta la simetría decorativa de sus colores. No es fácil olvidar una tradición ancestral como esta y, junto a las jarapas que todavía se elaboran en Ujígar (Granada) y Níjar o Berja (Almería), la fabricación de alfombras mediante el llamado tejido alpujarreño no se aleja esencialmente de los procedimientos primitivos. Ello se debe en parte a la gran labor de recuperación que hacen, a partir de 1926, Nicolás Casares y Juan López en el taller de La Alpujarreña, un trabajo continuado por los descendientes de éste último en una empresa artesana de impecable trayectoria, Tejidos Artísticos Fortuny. En el taller Fortuny la confección de alfombras mediante el llamado nudo turco sigue anclada en la tradición musulmana y les reporta reconocimiento internacional. El otro gran centro productor de la alfombra es el taller La Alpujarreña, fundado en 1922 en la localidad de La Zubia y destacado por el empleo del nudo turco en telares de alto lizo. Las alfombras también cuentan con una notable presencia en la artesanía textil gaditana. En el taller de Arcos de la Frontera dirigido por Luís Velázquez se elabora a partir de pura lana virgen dos tipos diferentes de alfombras: la ‘madroñera’, un modelo tradicional elaborado en telares jaquard, y las que se elaboran en los telares de ‘manojo’, que permiten una mayor adaptación a los encargos de los clientes. La elaboración tradicional de alfombras en Andalucía, tras un periodo en el que parecía abocada a la desaparición, vuelve a renacer gracias a la introducción del algodón y los tejidos sintéticos y, sobre todo, al auge del turismo rural, en el que la artesanía juega un papel destacado no sólo como generador de riqueza, sino también como difusor de unas formas de trabajo que han acompañado al hombre a lo largo de su historia y que ya forma parte de su patrimonio. || 2. En muchos lugares de Andalucía, con motivo de la celebración del Corpus Christi, es frecuente la elaboración de alfombras de pétalos, hierbas o serrín tintado que reproducen motivos geométricos de inspiración árabe sobre las calles. || 3. Coloquialmente también se conoce como alfombra al sudadero, normalmente de lana, que se pone a los caballos. [ Pablo Santiago Chiquero ] |
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