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PEPE-HILLO |
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(sevilla, 1754-madrid, 1801).
 Matador de toros, de nombre José Delgado
Guerra. La fecha y el lugar de su nacimiento ha dado lugar a importantes
controversias. Se afirma que lo hace en Sevilla, en el barrio de El
Baratillo, o en la localidad de Espartinas, en la finca Villa-Abilla,
entonces propiedad del infante don Gabriel. No será hasta la publicación
en 1886 de su partida de bautismo por el doctor Thebussem cuando su
nacimiento se sitúa en Sevilla el 14 de marzo de 1754. El apodo lo toma
de su entronque con la familia de los Delgado, picadores de fama. Su
familia se dedica al comercio de los aceites y vinos, pero él trabaja con
un zapatero. Su afición al toreo empieza pronto, pues son famosas sus
escapadas a los cercados y mataderos. JoaquÃn RodrÃguez Costillares lo
lleva pronto como aprendiz. Lo muestra como medio espada en las corridas
de Córdoba de 1770 con tan sólo dieciséis años. Su buena disposición
encandila a los públicos, pero también a los entendidos que logran
apaciguar la furia de su padre para que permita a su hijo torear
libremente. Entonces lleva el sobrenombre de Hillo, de donde deriva el
más famoso de Pepe-Hillo, derivado a su vez del apodo de Pepe. El 3 de
mayo de 1768 es invitado por los maestrantes a que matase un toro de
Francisco Valverde por indisposición del matador titular, Antonio de los
Santos. Lo tumba de una soberbia estocada. Acompaña ya a Costillares en
1770 con la profesión completamente aprendida. En 1775 figura como jefe
de cuadrilla por primera vez en Sevilla. Su fama se limita entonces a
localidades andaluzas.
En 1777 cambia su suerte. La Junta de Hospitales de
Madrid no llega a un acuerdo con los Romero, Pedro y José, para actuar en
sus tradicionales corridas. Sin embargo actúa en Sevilla en algunas
ocasiones, coincidiendo con fechas destacadas. Nace entonces una fuerte
rivalidad con Pedro Romero, el torero rondeño. Actúan juntos, rivalizan
en los carteles con acciones temerarias, pero nace en ellos una fuerte
amistad fuera de los cosos. Entonces el público se divide entre tres
grandes matadores: Pepe-Hillo, Pedro Romero y Costillares. En la década
de los ochenta amplÃa el número de actuaciones, ya que hay constancia de
estoquear toros en Pamplona durante los sanfermines. El público se
decanta por el sevillano, que arrastra tanto al pueblo llano como a la
aristocracia, que se lo disputa. Famosas son sus actuaciones en la jura
de Carlos IV cuando está en lo más alto de su nombradÃa. En esas inaugura
la plaza de toros de Ronda. A partir de 1797 actúa en la mayorÃa de las
ocasiones en Madrid.
En diciembre de 1800 vuelve a su hacienda en
Sevilla. Aparte de las corridas de cortes en 1801 alterna en otras plazas
como las de Córdoba como figura indiscutible de la tauromaquia. El 11 de
mayo de ese mismo año se anuncia en Madrid ante 16 toros junto a José
Romero y Antonio de los Santos. Los toros son de Peñaranda de Bracamonte.
Barbudo acaba con su vida cuando el diestro entra a matar. Una vez que lo
prende en la pierna izquierda lo vuelve a enganchar para mantenerlo en el
aire y recibir múltiples cornadas. El lienzo de Lucas recrea el fatal
momento. El eco de la desgracia tiene ámbito nacional. En 1796 publica
su
Tratado de Tauromaquia
, texto imprescindible para conocer la evolución de
la fiesta desde entonces hasta nuestros tiempos. La obra es probablemente
redactada por el escritor José de la Tixera, gran amigo del torero. Se le
ha descrito como de estilo frágil, sensual y como gran torero. Adorna su
toreo con toda clase de suertes y filigranas, conformando un estilo,
inspirado en el de su maestro Costillares, que se conocerá como escuela
sevillana. Es considerado uno de los primeros toreros estilistas. Son
creaciones suyas el capeo de espaldas y de frente por detrás, pero en él
se encuentra como principal virtud la de elevar la categorÃa de los
matadores a pie.[ f. ma.]
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