| (MA). Municipio de 114 km2 y 2.570 h. Sus tierras rebasan el Valle del Guadalhorce, a cuya comarca pertenece, y se adentran en la Serranía de Ronda por los montes de Alcaparaín y Prieta, hasta el cauce del río Turón. Telón de fondo de una zona caliza y bosques de pinares, Casarabonela se rodea de bancales en los que se cultivan frutales y hortalizas y entre campos de olivos se levanta la sierra de La Robla, cubierta de pinos. Los primeros asentamientos se remontan al Neolítico, aunque la población estable se produce en la época romana con el nombre de Castra Vicaria "castillo del vino". Los árabes amplían y refuerzan la vieja fortaleza romana, llamándola Casr Bonaira, de donde procede su actual nombre. Es la última población de la zona que conquistan las tropas castellanas a principios del siglo XV. Tras la expulsión parcial de los moriscos "unos quedan y otros regresan después", se repuebla con colonos procedentes de otras zonas de Andalucía y Extremadura. En 1574 recibe el título de Villa por medio de la Carta Puebla de Felipe II que se conserva en el Ayuntamiento.
El viejo casco urbano mantiene su sabor árabe: pequeñas casas con balcones volados, dinteles y frontones con hornacinas. El monumento más importante es la iglesia colegiata de Santiago, construida en el siglo XV, sobre una primitiva mezquita. El templo se levanta en la zona más elevada de la villa y consta de tres naves separadas por arcos de medio punto sobre pilares rectangulares. En su interior destacan el coro, la capilla del sagrario y el altar mayor que acoge una talla dieciochesca en madera policromada de la Virgen del Rosario. La portada, formada por arco de medio punto, presenta un entablamento y frontón ovalado que enmarca la Cruz de Santiago. La torre se alza en tres cuerpos con cubierta piramidal de cerámica. Cercanas al templo se conservan las ruinas del castillo árabe y, fuera del casco urbano, los yacimientos de Taivilla "romanos" y Los Villares "medievales". Parajes de gran interés ecológico rodean la localidad: Cuevas de la Hoguera y de las Columnas; el manantial de Fuente Quebrada; el Chorredón; las simas de Corta y Jácara, y los llanos de San Cristóbal y San Julián. Entre sus habitantes, dedicados en su mayoría a la agricultura, aún quedan artesanos de la enea, el cuero y la guarnicionería. La cocina popular ofrece suculentos platos: chivo en pepitoria, sopas perotas, pipeo y dulce repostería "tortas de aceite y roscos de vino". Tradición conservada a lo largo de los años, se celebra la representación de la Pasión de Cristo en Semana Santa. Otras fiestas locales son la romería de la Virgen del Rosario, en octubre; la fiesta de la Virgen de los Rondeles y la feria y fiestas populares en honor de Santiago Apóstol.
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