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LANJARÓN |
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(GR). Municipio de la provincia de Granada situado
en la Comarca de La Alpujarra, a 49 km. de la capital. Ocupa una
extensión de 61 km
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, a 658 m. de altitud y  3.677 h. Su origen
histórico se remonta a la época anterior a la dominación romana: el
topónimo "lanchar" es voz prerromana que significa "rico en aguas" y hace
referencia a los numerosos manantiales y fuentes que brotan en su
término. Durante la época andalusà estas tierras pertenecen a la cora
califal de Elvira, después a la taifa granadina de los Banu ZirÃ, ya en
el XIII al reino almohade de Jaén y, dentro del Reino nazarà de Granada,
con la dinastÃa de los Alhamares, adquiere singular importancia por su
situación de "puerta" de entrada a La Alpujarra. Conquista la población,
en 1490, Fernando el Católico, después de una fuerte resistencia de sus
habitantes, cuyo caudillo prefiere tirarse desde una torre antes que
rendirse. Aquà tiene importancia la rebelión morisca alpujarreña de Aben
Humeya y participa activamente en la Guerra de la Independencia contra
los franceses. Gracias a su heroica defensa, sus habitantes reciben desde
entonces el sobrenombre de "cañoneros". Su término municipal, atravesado
por el rÃo Lanjarón, forma parte del Parque Natural de Sierra Nevada y es
famoso por sus aguas de excelente calidad minero-medicinal. Su patrimonio
histórico-artÃstico conserva lugares de interés: restos del castillo
almorávide construido en los siglos XII y XIII; la iglesia parroquial de
la Encarnación, edificada en el siglo XVI, con trazado mudéjar; el jardÃn
y manantial de La Capuchina, y la estación termal-balneario, edificio de
estilo neomudéjar. Su casco urbano conserva el primitivo trazado
islámico, con calles estrechas y en pendiente, siendo especialmente
bellos el barrio Hondillo y la placeta Colorá. Sus habitantes celebran
fiestas en honor de San Sebastián (enero), San Juan (junio) y la Virgen
del Rosario (octubre), además de la romerÃa celebrada el 3 de mayo a la
ermita de la Santa Cruz. Otras dos fiestas de gran sabor y tradición
popular se celebran el dÃa 25 de abril, fecha en la que se bendice el pan
en la iglesia para dárselo a los animales, y las Fiestas del Agua y del
Jamón, el dÃa de San Juan, en las que las personas que reciben el remojón
de agua son compensadas con gratuitas raciones de excelente jamón
alpujarreño. Además de los platos tÃpicos, hay una rica reposterÃa a base
de buñuelos con anÃs, flan con nueces, torta de higos y pastel de
castaña.
Junto a los mencionados paisajes alpujarreños, el
otro gran atractivo turÃstico de la villa de Lanjarón es el Balneario,
que aprovecha varios manantiales de demostradas propiedades curativas.
Sus aguas, según escribe Eduardo Castro en
GuÃa General de la Alpujarra
, "eran ya célebres en el XIX incluso fuera de
nuestro paÃs", y se utilizan contra dolencias tales como "el reumatismo,
la artrosis y las afecciones de hÃgado y riñón". Según Castro, "el
descubrimiento de las propiedades sanitarias de las aguas de Lanjarón
ocurre, de manera casual, en 1774, cuando un enfermo de anemia perniciosa
desahuciado por los médicos bebió repetidas veces en uno de sus
manantiales y consiguió recuperarse al cabo de varios dÃas de su
teóricamente incurable mal". El primer edificio del Balneario se
construye en 1843 y la actual sala de manantiales data de 1920. En 1868
es declarado de "utilidad pública" y el número de visitantes crece
paulatinamente, convirtiéndose en la década de los cincuenta y sesenta en
uno de los lugares predilectos de vacaciones de la burguesÃa andaluza.
Por desgracia, las décadas siguientes son de decadencia absoluta, ya que
la pujanza del turismo costero dejan al borde de la desaparición el
Balneario. En los noventa, el alza del turismo rural devuelve las aguas
termales de Lanjarón a una nueva edad de oro.
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