Terreno llano provisto de un conjunto de pistas, instalaciones y servicios destinados al tráfico regular de aviones, cuya amplitud y diversidad lo diferencian del aeródromo. Desde que en 1919 se crea la primera línea aérea española con escala en Málaga, la que une Toulouse y Casablanca, la comunicación regular aérea está presente en la vida andaluza, tan vinculada además a la historia misma de la aviación * y de la industria aeronáutica española. Pero sólo el desarrollo turístico a partir de los años sesenta impulsa decisivamente el transporte aéreo y la construcción de modernos aeropuertos en nuestra comunidad, donde a principios del siglo XXI se alcanzan los 15 millones de viajeros al año, tanto andaluces como visitantes, lo que significa que el tráfico se dobla entre 1990 y 2002. El sistema aeroportuario andaluz está configurado desde los años sesenta por seis aeropuertos, los de Almería, Córdoba, Granada, Jerez de la Frontera, Málaga y Sevilla.
Almería. El aeropuerto de Almería, ubicado en El Alquián, no se inaugura hasta 1968. Desde 1932 dispone la ciudad de un aeródromo de iniciativa municipal, muy insuficiente, por lo que ya en 1947 se inician trámites para dotar a la ciudad de un verdadero aeropuerto, lo que se dilatará dos décadas pese a la acuciante necesidad de la capital y la provincia de romper su secular aislamiento por carretera y ferrocarril. Desde ese mismo 1968 dispondrá de un vuelo diario con Madrid, en 1970 comienzan los vuelos internacionales con una línea París-Almería con escala en Valencia y ya en 1974 la British Airwais establece una línea Almería-Londres.
Córdoba. La reivindicación de un aeropuerto es temprana en Córdoba, pero como el Ministerio del Aire no se muestra propicio, el Ayuntamiento toma la iniciativa de promoverlo. Se inaugura en 1958, con instalaciones modestas que en 1965 pasan al Estado. Dispone desde esas fechas de una línea Madrid-Córdoba servida por Aviaco, que es muy deficitaria y cesa a los dos años, lo que obliga a la Diputación a subvencionar una línea Madrid-Córdoba-Málaga como alternativa. Las dificultades económicas y la precariedad de las instalaciones serán crónicas en este aeropuerto.
Granada. El actual aeropuerto de Granada, ubicado en la Vega, entre Santa Fe y Chauchina, data de 1972, y es mejorado para la celebración de los Campeonatos mundiales de esquí de 1995. Desde 1922 y hasta esa fecha se utiliza el aeródromo de Armilla "Aeródromo Dávila", con servicios a Madrid que cubre la empresa Aviaco, pero con instalaciones esencialmente militares que aunque incluyen una Escuela de Pilotos son muy insuficientes y obligan a buscar nuevos terrenos. La influencia de Sierra Nevada en el tráfico del aeropuerto granadino es acusada, pues al contrario que el resto de los andaluces, que tienen más uso en verano, aquí la mayor utilización es de diciembre a febrero.
Jerez de la Frontera. El aeropuerto jerezano, Aeropuerto de La Parra, data de 1936, cuando el traslado de tropas desde África al inicio de la guerra civil fuerza la creación de un aeródromo cerca de la ciudad, que en 1938 pasa a denominarse Aeródromo Haya. En 1946 se autoriza el tráfico civil y crece su uso. Hasta 1993 será a un tiempo aeropuerto civil y base aérea, que en esa fecha se traslada a Morón. En 1968 comienzan las obras de una terminal para pasajeros, que se amplía y remoza en 1992. En 1975 se inicia la línea Jerez-Madrid.
Málaga. La capital de la Costa del Sol cuenta con aeródromo desde 1919, dirigido por Didier Daurat, un francés impulsor de la aviación comercial en la zona. En 1937 se convierte también en base aérea. Es el más antiguo de España, pues no varía su emplazamiento desde entonces. El aeropuerto propiamente dicho comienza a construirse en 1946 y la terminal de viajeros se inaugura en 1948. Será conocido popularmente como El Rompedizo y oficialmente como Aeropuerto García Morato. En los sesenta se aborda una ampliación importante, que lleva a inaugurar en 1968 una nueva terminal. Ya en esos años más de 30 compañías aéreas operan en el aeropuerto malacitano. En 1991 una nueva y decisiva ampliación, con la construcción de otra nueva terminal "las obras las dirige Ricardo Bofill" y el cambio de denominación, pues pasa a ser el aeropuerto internacional Pablo Ruiz Picasso.
Sevilla. La capital andaluza cuenta desde 1915 con aeródromo en Tablada, cuya utilización se abre paulatinamente a la navegación civil. En 1919 se inaugura una fugaz línea Sevilla-Madrid y en 1921 se crea la línea Sevilla-Larache; en los años sucesivos llegan la Madrid-Sevilla-Lisboa y "en 1931" Berlín-Barcelona-Sevilla. Tras la guerra civil se decide construir un aeropuerto transoceánico, obras que se inician en 1945 y son de larga duración. El aeropuerto de San Pablo será mejorado en distintas coyunturas, como en el periodo 1971-1975, cuando se amplía la terminal, y conoce un impulso decisivo en vísperas de 1992, cuando prácticamente se construye "con autoría del arquitecto Rafael Moneo" un nuevo aeropuerto.
De todos ellos, el de Málaga, que supera en el 2002 los diez millones de pasajeros al año, representa los dos tercios en tráfico de pasajeros y cerca del 60% del tráfico de mercancías andaluz. Es el cuarto aeropuerto español por tráfico de pasajeros y se estima que antes del 2010 alcanzará los 20 millones de pasajeros. Los intentos de establecer líneas interiores, sobre todo las que uniesen Almería y Sevilla vía Málaga, han fracasado por la falta de demanda y la mejora de la comunicación por carretera, por lo que el tráfico aéreo andaluz es fundamentalmente exterior. Esos problemas para crear líneas interiores andaluzas no son actuales, ya en 1929 se intentaba una línea Sevilla-Granada, que a los pocos meses es suprimida. El notable crecimiento del tráfico en los aeropuertos andaluces en los últimos años, y las previsiones de un incremento aún mayor en los próximos, unido a los déficit en infraestructuras por la baja inversión, genera problemas de expansión, especialmente importantes en el caso del aeropuerto de Málaga, que demanda una segunda pista de aterrizaje. No obstante, el tráfico aéreo en Andalucía está aún claramente por debajo del promedio español y está aún más bajo el tráfico aéreo de mercancías. El tráfico aéreo de viajeros andaluz supone el 9,7% del español, pero el tráfico de mercancías no alcanza el 3%.
Salvo en el caso de Sevilla, la comunicación más demandada es Madrid, seguida en el caso de Almería y Málaga de Londres, en tanto la comunicación nacional prima en el resto. La introducción del AVE en 1992 tuvo como rápido efecto la disminución de las relaciones aéreas con Madrid desde Sevilla y Córdoba. El aeropuerto Pablo Picasso, de Málaga, el más internacional de los andaluces, tiene vuelos semanales con una veintena de ciudades españolas "80 vuelos semanales, de promedio, a Madrid, y unos 45 a Barcelona" y con más de 80 ciudades del resto del mundo, especialmente europeas. Alrededor de 130 compañías aéreas operan en él. El aeropuerto de Jerez de la Frontera tiene un destacado desarrollo desde mediada la última década del pasado siglo, y crece en dimensión internacional, primero con vuelos chárter, luego con líneas regulares. El aeropuerto de Sevilla es adecuado para la demanda previsible en la primera década del XXI, pero la mayoría de los aeropuertos andaluces demandan una seria modernización, que sólo parece abordarse con cierta seriedad en los últimos años "49 millones de euros consignados en los presupuestos de 2003, de ellos 26 para el aeropuerto de Málaga". La situación más conflictiva la plantea en los últimos años el aeropuerto de Córdoba, que carece de los servicios imprescindibles en cualquier aeropuerto actual y cuya ubicación misma es cuestionada. La cercanía a Madrid y Sevilla, vía AVE, hipoteca también en los años noventa la deseable expansión de este aeropuerto, problema que puede agravarse cuando culmine el AVE Córdoba-Málaga. Desde algunas otras ciudades andaluzas que aún no disponen de aeropuerto se demanda su construcción. Es el caso, sobre todo, de Algeciras y Huelva, ésta última limitada por la existencia a menos de cien kilómetros por autovía de dos aeropuertos, Sevilla y Faro. El caso algecireño es más complejo. El puerto de Algeciras y el complejo industrial del Campo de Gibraltar demandan un aeropuerto en la comarca, cuya construcción no se atisba, aunque se propone su ubicación en el término de Jimena de la Frontera. Una solución demandada es la utilización conjunta del aeropuerto de Gibraltar, construido en suelo no gibraltareño, que tampoco es solución fácil.
El sistema de aeropuertos español muestra una gestión y financiación centralizada a través de una empresaestatal, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea (AENA), por lo que se viene propugnando una descentralización de la gestión que favorezca su competitividad, aunque se mantenga el control del tráfico aéreo centralizado, como se registra en la mayoría de los países europeos, sobre todo los de mayor tamaño. Esa tendencia se enfrenta al temor sobre el futuro de los aeropuertos no rentables. En el caso de Andalucía lo son la mayoría, pero no el conjunto del sistema, que gracias sobre todo al superávit del aeropuerto de Málaga se autofinanciaría en caso de una descentralización territorial del sistema [ Antonio Checa Godoy ]
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