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VILLANUEVA DEL ARZOBISPO |
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(JA). Pueblo de la comarca de Úbeda, se sitúa en el
noreste de la provincia de Jaén, se encuentra a una altitud de 658 m.,
sobre una elevación desde la que se controla, al norte, el rÃo Guadalimar
y, al sur, el Guadalquivir. Cuenta con un término municipal de 178
km
2
y tiene 8.724 h. en 2006. Aunque existen restos
iberos en la zona de la Cañada de la Madera y romanos en la zona de Gútar
y en la Sierra de las Cuatro Villas (antes llamados Montes Argentarios
por sus minas de plata, explotadas desde tiempos remotos), el origen del
actual municipio parece ser de época andalusÃ, cuando se funda una
alquerÃa que recibe el nombre de al-Buxaresca. Estas tierras estaban en
la extensa cora califal de Jaián y; en el XI, primero en la taifa de los
Banu Zirà granadinos y, luego, en el extenso reino de los abbassÃes
sevillanos, para integrarse en el reino almohade de Jaén en el XIII. A
mediados del mismo se produce la conquista castellana, aunque permanece
parte de la población autóctona; incluso a principios del XVII habÃa una
MorerÃa, según el historiador francés Lapeyre. De al-Buxaresca
 deriva, en opinión de algunos,  La Moraleja, que es el nombre
con el que se conoce el lugar hasta 1396, cuando gracias a la petición
realizada por don Pedro de Tenorio, arzobispo de Toledo, al rey Enrique
III, recibe el tÃtulo de villa y cambia su nombre por el de Villanueva
del Arzobispo. Felipe II le concede jurisdicción criminal en el año 1573
y, en el siglo XX, recibe el tÃtulo de ciudad en 1920. Sus monumentos más
importantes son la iglesia parroquial de San Andrés, edificada en el XVI
sobre las ruinas de un templo mudéjar; la ermita de la Fuensanta, patrona
de la ciudad; la iglesia de la Vera Cruz, que acoge un Cristo del
escultor Mariano Benlliure; el convento de las Hijas de Cristo Rey; la
plaza de toros, construcción neomudéjar de 1928; la casa de los Arcos, de
principios del XX; y el Antiguo CÃrculo Mercantil, de estilo modernista.
En las afueras, se sitúan las ermitas del Calvario, fundada por San Juan
de la Cruz en 1576, y la de Jesús del Monte. En sus alrededores hay
bellos parajes de gran valor ecológico, sobre todo en las riberas del
Guadalquivir. Su economÃa se sustenta en el olivar, aunque también existe
una planta embotelladora de agua mineral, una  de generación
eléctrica a partir de Biomasa del Olivar y diversos establecimientos que
aprovechan el incipiente turismo rural. Celebra en septiembre las fiestas
de la patrona, de San Miguel y la romerÃa al Santuario, y en mayo la
romerÃa de San Isidro. En su folclore, destaca el baile de una jota local
y en su gastronomÃa entran la pipirranas, el ajoharina, el garruchero y
dulces como las tortas dormÃas, las sequillas, las blanquillas, los
borrachuelos y los roscos de baño.
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