(Del latín amphitheatrum , y éste del griego, amphitheatron , de amphi -, alrededor, y theatron , teatro). arq. Edificio de forma elíptica o circular característico de la arquitectura clásica destinado a la celebración de espectáculos públicos. Aunque el anfiteatro es una construcción de origen helénico, son los romanos quienes le otorgan todo el esplendor propio de una sede de auténticos fastos de masas. Empiezan a construirse en piedra en época de César "antes se suelen construir en madera" y su periodo de esplendor finaliza en el siglo IV. Un anfiteatro consta de dos partes bien diferenciadas: la arena , espacio abierto donde tenían lugar los juegos, los combates o las escenificaciones; y la cavea , superficie reservada al público que estaba dividida en gradas concéntricas y, a su vez, en diversos sectores para distribuir a los espectadores, según su estatus social. Los ciudadanos asistentes a los espectáculos tenían acceso a este graderío a través de salidas o vomitorios ( vomitoria ), que conectaban con el exterior mediante un sistema de galerías. Para garantizar la seguridad durante las celebraciones, entre las gradas y la arena existía un muro de separación o podium , que elevaba la cavea sobre la arena, de manera que el público se resguardaba de las fieras que en determinadas ocasiones se dejaban sueltas por la arena para los combates a muerte con gladiadores ( bestiaria ) o en el sacrificio de cristianos u otros condenados. También eran frecuentes los simulacros de cacerías ( venationes ).
Los espectáculos celebrados en los anfiteatros podían ser de varios tipos, así como los motivos que los originaban. Había juegos cirquenses ( ludi circenses ), en los que se concentraba un alto grado de violencia, como en los combates de gladiadores (donde luchaban hasta morir, salvándose el vencedor) o los bestiarios, que gozaban de gran fervor por parte del público. En determinadas ocasiones se celebraban simulacros de batallas navales ( naumachiae ) llenando de agua la arena del anfiteatro. Se sabe que en tiempo de Claudio unos 19.000 hombres toman parte en una naumaquia. También había, por otra parte, representaciones teatrales ( ludi scaenici ) que tenían un carácter lúdico. Se celebraban juegos por iniciativa imperial o privada, normalmente para conmemorar inauguraciones de obras de infraestructuras o para honrar la memoria de algún difunto. Tal parece ser el origen de los combates de gladiadores ( munera gladiatoria ), celebrados para satisfacer un deber contraído con algún difunto, cuya alma, según se creía, se vería propiciada con la sangre humana.
En Andalucía se conoce la existencia de diez anfiteatros, ubicados en las antiguas ciudades de Corduba Colonia Patricia (Córdoba * ), Colonia Aelia Augusta Italicensium (Itálica * ), Baelo Claudia (Bolonia * , Tarifa, Cádiz), Urso (Osuna * ), Carmo (Carmona * ), Carteia (San Roque * , Cádiz), Astigi (Écija * ), Malaca (Málaga * ), Accinipo * (Ronda la Vieja) e Híspalis (Sevilla * ). De ocho de estos diez anfiteatros de la Betica se han hallado restos, la existencia de los otros dos (el de Híspalis y el de Malaca) se conoce por referencias textuales.
Hasta el hallazgo en septiembre de 2003 del anfiteatro de Córdoba, el de la ciudad de Itálica estaba considerado el mayor de los conservados en el territorio de Hispania con 168 m. en su eje más largo, uno de los más grandes también de todo el imperio romano, tras el Coliseo de Roma y el anfiteatro tunecino de El Jem. Se estima que tenía capacidad para albergar a un total de 25.000 personas, un número de espectadores superior al que constituían los ciudadanos de Itálica (alrededor de 10.000 h.). Por ello cabe suponer que cuando se celebraban juegos acudían también espectadores de núcleos urbanos cercanos. Construido en el siglo I en época de Adriano "quien amplía la ciudad", lo más característico del anfiteatro de Itálica es la fossa bestiaria , una estructura subterránea compuesta por tres naves y sostenida por ocho pilares que servía para albergar las jaulas de las fieras que se usaban para la celebración de los bestiarios. Los animales accederían a la arena a través de un sistema de trampillas que se cubría con un entramado de madera. El de Itálica es uno de los anfiteatros mejor conservados, a pesar del expolio de sillares al que los vestigios arquitectónicos de Roma son sometidos tras la caída del imperio.
Desde que la Universidad de Córdoba halla en 2003 el anfiteatro de la ciudad, es el cordobés el tercer anfiteatro más grande de la historia, con una monumentalidad determinada por sus 20 m. de altura. Levantado en el siglo I en tiempos de Trajano "con motivo de su proclamación como emperador se celebran en la capital de la Bética unos juegos importantes" llega a ser el mayor de todo el imperio, con 178 m. de longitud en el eje central, hasta la posterior construcción del de El Jem (Túnez) y el Coliseo romano. El anfiteatro de Córdoba, a diferencia del Coliseo, no se levanta a base de pilares con bóvedas, sino con estructuras macizas de grandes muros rellenos de arena. Los dos edificios representan dos modelos constructivos diferentes de la arquitectura urbana del ocio en el imperio.
Los anfiteatros de la Bética albergaron luchas de gladiadores, bestiarios y simulacros de cacerías, con jabalíes, por ejemplo; no hay constancia de que en suelo bético se produjeran sacrificios de cautivos cristianos, ni de que se celebrara ninguna naumaquia o batalla naval. Los espectáculos podían organizarse por iniciativa privada, pero la llamada Ley de Osuna (Lex Iuliae Coloniae Genitivae) obligaba a los senadores a organizar juegos para la ciudadanía. Hacia el siglo IV, con la devaluación de los combates de gladiadores se llega al fin del esplendor de estos edificios.[ Jesús Chacón ]
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