| (CA). La ciudad de Tarifa, asentada en la Comarca del Campo de Gibraltar, es la población situada más al sur de la Península Ibérica y, por tanto, del continente europeo. Su casco urbano, enclavado en la costa a siete m. de altitud, está habitado por 17.478 h. y su término cuenta con una extensión de 419 km2, lo que la convierte en el municipio más extenso de la comarca. Dentro de él se sitúa también el punto más meridional de la Península, la Isla de las Palomas, unida a la ciudad por una carretera y donde está el faro de la ciudad. En línea recta, la costa de Marruecos dista 14 km. de la llamada Punta de Tarifa o Marroquí (36º de latitud).
La posición estratégica de Tarifa la convierte desde tiempos inmemoriales en una importante zona de paso. La gran cantidad de cuevas con pinturas rupestres de su término le hacen ser considerada la capital andaluza del arte rupestre. En general, estas pinturas pertenecen al conjunto que se localiza al sur de la provincia de Cádiz. Las muestras más antiguas, los dibujos de équidos de la Cueva del Moro (Tarifa), datan del Paleolítico y tienen uno 20.000 años, mayor antigüedad, por tanto, que el conjunto de Altamira. La calidad y cantidad del arte rupestre tarifeño permiten observar la evolución de la técnica, el estilo y el universo cultural de estos primeros hombres. En la época de Tartessos, fenicios, griegos y cartagineses llegan hasta este lugar y se asientan en la Isla de las Palomas.
El núcleo actual es de origen romano y recibe el nombre de Julia Traducta. En su término municipal, también se sitúa Mellaria -aún por localizar- y Baelo Claudia * . Como los de esta última ciudad, sus habitantes viven de la pesca y la elaboración de salazones y garum . A partir del siglo VIII, Tarifa pasa a manos musulmanas, y recibe su nombra actual del primer jefe bereber allí establecido, Tarif ibn Malluck. En esta época pertenece al califato de Córdoba dentro de la cora o provincia de Simona; después pasa a depender del reino de Málaga en el siglo XI y, en el XIII, está en el extenso reino almohade de Sevilla. La impronta de este periodo se deja sentir en el trazado de su casco antiguo y en el castillo.
Conquistada por Sancho IV en el siglo XIII, los musulmanes intentan recuperarla en sucesivas ocasiones, como el cerco de 1295, en el que Alonso Pérez de Guzmán * El Bueno (según la leyenda por dejar matar a su hijo) lleva a cabo una heroica defensa de la villa. A partir de la victoria castellana en la batalla del Salado (1340), el clima de enfrentamiento se reduce en los siglos siguientes. Aún a principios del siglo XVII hay una importante Morería, según el historiador francés Lapeyre, y Tarifa permanece como plaza fuerte para evitar el ataque de los piratas, quedando a partir del siglo XVIII como enclave frente a la posición inglesa de Gibraltar. Durante la Guerra de la Independencia su población resiste a los franceses y, en 1824, es tomada en nombre de la Constitución por el coronel Valdés, circunstancia que le vale la ocupación por parte de un destacamento de tropas francesas.
Junto a la visita de las citadas pinturas rupestres y de las ruinas de Baelo Claudia, el monumento más importante de Tarifa es el Castillo de Guzmán el Bueno, fortaleza califal del siglo X, desde el que se divisan unas vistas espléndidas del Estrecho. También destaca el castillo de Santa Catalina, las iglesias de Santa María (siglo XIII sobre una mezquita), iglesia de San Francisco (siglo XVI), Santiago (XIV) y el santuario de la Virgen de la Luz (siglo XVI), así como las atalayas del Cabo, de la Plata, del Guadalmesí, de Las Palomas, de la Punta Camarinal, del Rayo y de La Peña.
Además de estos monumentos históricos, el principal patrimonio de Tarifa, que permite el desarrollo de su economía, son sus playas y paisajes, que atraen a multitud de turistas hasta la zona. Sus playas más populares y conocidas, muy apreciadas para la práctica del windsurf, son Los Lances, Bolonia, Los Alemanes, El Cañuelo, Valdevaqueros y Chica. El turismo de sol y playa y el deportivo es el principal motor económico de la población, y la principal causa que permite un pujante desarrollo de los sectores de la hostelería y la construcción y un reciente e intenso desarrollo urbano. Este turismo y la instalación de plantas de generación de energía eólica motivan la pérdida de importancia de la agricultura, la ganadería y la pesca, fundamentales hasta hace unas décadas.
La fiesta por excelencia de Tarifa es la Feria Real, que se celebra en septiembre en honor de la Virgen de la Luz. El calendario festivo se completa con otras celebraciones como los Carnavales, la Semana Santa, las verbenas de julio en honor de la Virgen del Mar, y la feria de Ganado de octubre, donde se comercializa la raza retinta de vacuno y el caballo. Además de sus fiestas, cuenta con una oferta cultural amplia, como la Muestra de Cine Africano. En su gastronomía, destacan platos como la moruna de sardina, los fideos con almejas, el gazpacho caliente y productos de repostería como "el tranvía" o la cajilla, pastel de tradición andalusí.
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