FUENSANTA, VIRGEN DE LA

Sin embargo, en algunos casos termina por convertirse en la advocación específica de la imagen. Nuestra Señora de la Fuensanta es la imagen patronal de Coín "con un interesante santuario barroco", Huelma y Alcaudete. En la ciudad de Córdoba, el santuario de la Fuensanta, antaño extramuros y hoy integrado en el casco urbano, forma parte desde su origen, a comienzos del siglo XV, de las principales devociones locales. Muestra de ello es la notable colección de exvotos pictóricos que conserva, la calidad arquitectónica del templo construido en el siglo XVII, y la feria que se realiza entre los siglos XVII y XIX, reducida posteriormente a la velada que sigue celebrándose el 8 de septiembre.

También es de reseñar la devoción y rituales en honor de la Virgen de la Fuensanta de Villanueva del Arzobispo, en Jaén. Su santuario-fortaleza y origen de la devoción se encuentra entre los más antiguos de Andalucía, siendo ya importante en el siglo XIII, cuando es descrito uno de los milagros de la Virgen en las Cantigas  de Alfonso X. Es también uno de los grandes santuarios supracomunales andaluces, al que acuden en la romería del 8 de septiembre las poblaciones vecinas de Villacarrillo, Iznatoraf y Sorihuela, junto a Villanueva. E igualmente destacable es el mito de origen "muy similar al de la Virgen de la Fuensanta de Alcaudete" con el que se inicia la devoción, inscrito en la peculiar serie de actos milagrosos que propician la conversión al cristianismo de legendarios reyes moros: el rey musulmán de Iznatoraf, Alimenón, manda cegar y cortar las manos a su mujer al enterarse de que era cristiana, pero la Virgen la sana, haciendo que recobre ojos y manos al contacto con el agua santa de la fuente. Milagro que, a su vez, motiva la conversión del rey moro.

Copatrona de Córdoba. Celebra su fiesta el 8 de septiembre. Según la tradición, el origen de esta devoción popular cordobesa tiene lugar en el año 1420 cuando el cardador Gonzalo García, apesadumbrado por las enfermedades de su mujer y de su hija, paseaba por el campo, cerca de la puerta de Baeza, junto al arroyo de las Piedras, y se encuentra a dos bellas doncellas precedidas de un mancebo. Una de ellas le dice que para aliviar sus desgracias diera de beber a su mujer e hija de una fuente que manaba junto a una higuera próxima. Producido el milagro de la curación, se inicia una corriente de entusiasmo generalizado hacia la fuente milagrosa, cuyas aguas recoge el Cabildo eclesiástico en un pozo, denominado desde entonces el Pocito, incrementándose el fervor popular en 1422 con la aparición de la imagen a un ermitaño del desierto de la Albaida que, habiendo acudido a tomar las aguas y resultando curado, tiene la revelación de que el origen de todo el prodigio era una imagen de Nuestra Señora escondida en el tronco de la higuera. El obispo Sancho de Rojas manda levantar allí un humilladero y poco tiempo después (1450) se inicia la construcción del santuario, que concluye en 1476. Esta construcción sufre importantes transformaciones en el siglo XVII, que afectan al espacio interno, la decoración y las fachadas, levantándose el camarín de la Virgen a comienzos del siglo XVIII. En la década de 1980 se realizan grandes obras de restauración que devuelven la imagen medieval del conjunto. En el presbiterio, dentro de un arcosolio apuntado, está situada la imagen de la Virgen de la Fuensanta, realizada en barro a mediados del siglo XV. La Virgen está de pie, con el Niño en brazos, y es restaurada tras el expolio de la invasión francesa, y más recientemente, antes de ser coronada canónicamente por el obispo Infantes Florido, pues había sido afectada levemente por el humo del incendio de la iglesia de Santiago, donde estaba depositada.