(MA). Con una superficie aproximada de 128 km2, donde viven 20.190 h., a 37 km de Málaga, el municipio de Coín está situado en el fértil valle del río Guadalhorce, siendo la capital de la comarca del mismo nombre. Esto nos sitúa en un entorno geográfico dominado por un valle compuesto de numerosos cursos fluviales "junto al Guadalhorce, el Grande y el Nacimiento", sierras montañosas de alcornoques y pinares y un corredor fértil poblado de huertas que se surten de sus aguas. Todo ello nos da una altitud media de 210 m., y un clima muy suave caracterizado por una temperatura media de 17ºC y 610 mm. de precipitación anual.
El agua. A lo largo de la historia, la vinculación con el agua es, quizás, el principal elemento configurador de la personalidad del Coín actual, hasta tal punto que de ella pueda derivarse la denominación de la ciudad de las fuentes y de los molinos, muchos de los cuales se mantienen en la localidad hasta hoy. De hecho, los abundantes manantiales de agua de la zona permiten el asentamiento de pobladores desde épocas muy remotas, como lo certifica el hallazgo de cerámicas y objetos en yacimientos arqueológicos prehistóricos (Edad del Cobre) de la ermita de la Fuensanta, o los del Cerro de Carranque y del Aljibe. Aunque los historiadores coinciden en que la fundación de Coín se produce en la época musulmana, también se encuentran indicios de la presencia de griegos, fenicios, iberos y romanos, muy relacionada con la actividad minera y comercial.
La principal huella de la época árabe, cuyo origen se sitúa a principios del siglo X, está presente en el diseño de la estructura urbana formada por calles estrechas y sinuosas y por patios en gran parte de la ciudad de Coín. Concretamente, la que corresponde con el actual casco antiguo (y que en aquella época rodea la muralla de la fortaleza árabe que Abderrahmán III hace levantar sobre los restos del antiguo poblado romano de Castro Dacuan) y con el barrio del Albaycín. Durante la época andalusí Al Coine (paraíso ameno y manantial de luz) vive una etapa de esplendor basada en la rica agricultura que le proporcionan sus huertas. Ésta dura hasta 1485, cuando la Villa es conquistada por los Reyes Católicos, ocasionando su destrucción, pues la fuerte resistencia hace que Fernando el Católico ordene utilizar gran número de piezas de artillería para forzar el cerco, en el que, según la leyenda, participa nada menos que Cristóbal Colón.
Tras la conquista comienza la construcción de templos religiosos, ya que de estas fechas son la iglesia Santa María de la Encarnación (1505), primera parroquia de Coín; la iglesia de San Andrés (hoy sede de los Juzgados) y el Hospital de la Caridad (1520), ubicados en la Plaza de San Andrés; la primera Ermita de la Fuensanta (1529) y la iglesia de San Juan (1489), mandada erigir por la reina Isabel la Católica en el solar del demolido castillo musulmán. A partir del siglo XVI Coín experimenta una época de resurgimiento y de recuperación económica y demográfica: en el siglo XVII es nombrada sede de una de las vicarías que componen el Obispado de Málaga y muchos obispos eligen la localidad como lugar de descanso, atraídos por el clima y la abundancia de agua. Además del Palacio, ceden algunas de las fuentes públicas, que son un elemento del paisaje urbano. En el siglo XVIII será sede del Corregimiento de las Cuatro Villas de la Hoya de Málaga, posee feria anual y una amplia administración local para 1.800 h.
Durante los siglos XVIII y XIX el trazado callejero se mantiene inalterado, aunque comienzan a perfilarse las distintas partes de la ciudad. Los nobles se instalan en las cercanías de la plaza de Santa María, Plaza Alta y en la calle de La Feria, siendo muestra de ello las viviendas con sus forjas y balconadas. Otros detalles peculiares que podemos ver en las calles del casco son las hornacinas, que dan cobijo a modestas imágenes de Crucificados con pequeños ramos de flores y cirios. Además, el Ayuntamiento de Coín se interesa por la difusión popular de la historia del municipio e instala algunos mosaicos en lugares emblemáticos de la localidad.
Crecimiento y expansión urbana. No obstante, la mayor transformación se da en el siglo XX: el rey Alfonso XIII le concede el título de Ciudad y en 1912 se inaugura el ferrocarril de Coín a Málaga. En las décadas siguientes a la contienda civil, y como consecuencia de la expansión de la ciudad por el crecimiento demográfico (pasa de los 12.000 h. de 1900 a superar los 20.000 en 1950), se acometen una serie de mejoras urbanas. Por un lado, la expansión de la ciudad en forma radial supera los límites del recinto histórico a lo largo de modernas vías más anchas, en torno a las que aparecen nuevas barriadas como la Fuensanta o Francisco Franco, y el Campo de Deportes. Por otro, se llevarán a cabo reformas, como la reconstrucción del recinto del Nacimiento, de los templos de San Juan y Santa María y del Cementerio, así como la instalación de la red de abastecimiento de agua y alcantarillado y el acondicionamiento de jardines y accesos. De la mano de este auge de la construcción y de la expansión de la agricultura, Coín experimenta en esos años un importante crecimiento económico.
Así, se convierte en la más poblada de la comarca entre los años cincuenta hasta la actualidad, aunque, como el resto de municipios, también sufre la crisis demográfica de finales de siglo XX, descendiendo a cerca de 15.000 h. en 1991. En los últimos años la situación se recupera, rozando ya los 20.000 de mediados del XX, destacando el importante porcentaje de población joven (menor de 20 años) que supera el 23% (2003).
El amplio pasado histórico de Coín deja un rico patrimonio artístico en el que sobresalen la iglesia de Santa María de la Encarnación (siglo XV), levantada sobre una antigua mezquita, de planta de nave única con cúpula nervada y decoración de yesería. En los dos primeros cuerpos del campanario actual se pueden observar los restos del antiguo alminar. La torre de la antigua iglesia del Santo Cristo de la Vera Cruz del convento de los trinitarios y, más tarde, de franciscanos (hoy desaparecido) que data del primer tercio del siglo XVI y que es recientemente restaurada; es una de las pocas de forma triangular que existen en Andalucía y cuya singularidad la convierte en uno de los monumentos emblemáticos del municipio. La iglesia de San Juan (siglo XVI), de influencia mudéjar y renacentista, se levanta aprovechando una torre cuadrada de las antiguas murallas árabes, que es hoy en día su campanario. El conjunto formado por el antiguo Hospital de la Caridad (siglo XVIII) y la iglesia de San Andrés (adosado al anterior), en la que destacan el artesonado de la cúpula y las vidrieras y, sobre todo, su portada-espadaña claramente manierista. Y, por último, la ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta (patrona de la ciudad, cuyas fiestas se celebran del 10 al 15 de Agosto), de estilo árabe, obra de José de Medina, que es reconstruida en el año 1680, y de la que sobresale su capilla mayor, de gran belleza decorativa, y su amplia fachada.
La economía de Coín se basa principalmente en las actividades terciarias y secundarias. Las primeras se vinculan a su función de capitalidad comarcal, destacando el comercio y los servicios. Las segundas se centran en la construcción e industrias relacionadas con ella, sobresaliendo la empresa Productos Dolomíticos de Málaga, segundo productor nacional. Junto a éstas, no se puede olvidar el papel de las actividades primarias, más tradicionales, pues de los abundantes huertos del valle salen una gran variedad de hortalizas, legumbres y frutales (cítricos como naranjas, limones y las conocidas mandarinas coínas de excelente calidad, además de nísperos, ciruelas y manzanas), lo cual genera una significativa actividad agraria que surte los mercados de mayoristas de la zona. Además, la cría de ganado, sobre todo el porcino, adquiere también cierta importancia, pues genera toda una serie de actividades relacionadas con la producción y venta de derivados del cerdo. Por último, hay que destacar que se van potenciando otras alternativas de desarrollo local, como el fortalecimiento de la artesanía (se fabrica una cerámica verde típica del lugar) y una serie de cooperativas dedicadas a la confección que, además, dan trabajo a numerosas mujeres de la comarca. [ Ángel Luis Lucendo Monedero / Ruth Ortega Mesa ].
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