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LANTEIRA |
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(GR). Municipio de la provincia de Granada, situado
a 77 km. de Granada, en el Marquesado del Zenete, Comarca de Guadix,
dentro del Parque Natural de Sierra Nevada. Ocupa una superficie de 53
km
2
, a 1278 m. de altitud y cuenta con 669 h. El origen
de la población se remonta a la época del Bajo Imperio Romano y su nombre
alude a la riqueza de plata que alberga su territorio "Argentería o
Aryanteyra". Durante la época andalusí, estas tierras pertenecen a la
cora califal de Elvira, después a la taifa granadina de los Banu Zirí, ya
en el siglo XIII al reino almohade de Granada, y forma parte del Reino
nazarí de Granada hasta finales del XV. Aquí tiene importancia la
rebelión morisca alpujarreña de Abén Humeya, cuya represión causa la
expulsión parcial de sus habitantes, llamándose a pobladores del norte
"escasos en realidad; de los cuales, algunos vuelven a sus tierras tras
vender el lote conseguido", sobre todo gallegos, de donde viene la
confusión de la atribución del nombre, que es anterior y modificado por
el árabe.
Debido a su situación, en plena montaña y cruzada
por dos ríos, el municipio conserva una gran tradición maderera y de
producción de piedra natural. Además, en la época de recogida de setas,
muchos de sus habitantes recorren la sierra llenando cestos de gran
variedad de setas que se venden en el entorno. Existe, también, una
artesanía local diversificada en la confección de bordados, encajes y
macramé; en el trabajo de la escayola, cuadros de pizarra, objetos de
madera y trabajos en sal y jabón natural. Junto a ello, el municipio goza
de un gran atractivo turístico, potenciado por la creación continua de
una serie de alojamientos rurales. Desde ellos puede accederse a
cualquiera de los parajes de gran belleza que rodean el municipio: el
Picón de Jerez, el Mirador el Peñón, el Tajo del Toril, el Tajo de los
Vencejos y la Rinconá; o emprender rutas diversas por la Alpujarra que
llevan al Pico de San Juan, al Pico de la Trocha o al Pico del Gallo. La
naturaleza, generosa en arboleda, setas de monte y arbustos aromáticos,
ofrece la posibilidad de avistar cabras monteses, jabalíes, zorros y
liebres. El patrimonio monumental enriquece el casco urbano de sabor
típicamente morisco, con casas encaladas de muros de piedra enfoscados,
estructuras de rollizos de madera y cubierta de launas. Destacan la
Iglesia de la Anunciación, cuatro ermitas de las Ánimas y la ermita del
santo Cristo de las Penas, patrón de la localidad. El Castillo del Barrio
conserva restos de la muralla; el Castillo de la Reina ocupa el lugar del
primer asentamiento urbano y en sus inmediaciones se conserva un aljibe
árabe del que se aprecia perfectamente su trazado original. Cercanas al
municipio, se conservan las ruinas de las minas de plata, en las que hay
que destacar "el chimeneón" de los hornos de fundición. Platos típicos de
su gastronomía son los "sustentos" y el "potaje de bolones", asi como el
dulce de castañas. Los habitantes celebran cada años dos fiestas
tradicionales: la de "pintar la pájara", en febrero, en la que se reúnen
los vecinos para tomar buñuelos y dulces caseros, y el "Jueves
lardero".
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