(JA). Municipio de 2.275 h., a 77 km. de Jaén, en las estribaciones de Sierra Mágina, a cuya comarca pertenece, rodeado de campos de olivos, pastos permanentes, terrenos forestales, tomillares y espartizales, árboles frutales y tierras dedicadas al cultivo de cereales. Situado entre los valles del río Jandulilla y Guadiana Menor, ocupa una extensión aproximada de 182 km 2 y la ganadería, otra de las fuentes económicas de la población, está formada por cabañas ovinas. Su historia se remonta hasta el siglo II a.C. como prueban los restos arqueológicos de un enterramiento colectivo de la edad del Bronce encontrados en una cueva de la Sierra de Cabra. En época ibérica, pasa por su término una ruta de intercambio comercial que desde Granada se abre hasta el Valle del Guadalquivir y durante la época romana proliferan pequeñas explotaciones agropecuarias. Del asentamiento islámico se conservan restos de una fortificación en el cerro de San Juan: la fortaleza de Bagtawira, construida por los ben Habil, familia muladí. Fernando III la conquista en 1245.
Según la tradición, a principios del siglo XVII, un arriero que pernocta en la fonda de María de Rienda, al mostrar un lienzo, copia del cuadro del Santo Cristo de Burgos, cura un brazo manco. El lienzo se traslada a la iglesia y el obispo de Jaén ofrece al dueño una serie de prebendas a cambio de que el cuadro quedase definitivamente en la población. Desde finales del siglo XVIII, Cabra de Santo Cristo aparece como villa realenga y los maestros Juan de Aranda y López de Rojas construyen la iglesia parroquial de la Encarnación, declarada monumento histórico desde 1985, cuyo retablo mayor alberga el citado lienzo.
El patrimonio monumental de la localidad se enriquece con sus cuevas neolíticas, restos romanos y un pequeño tesoro de monedas visigóticas. Junto a la iglesia de la Encarnación, de estilo barroco, destaca la Casa Grande, construida en el siglo XVIII, con portada de estilo mudéjar, para servir como hospedería a los peregrinos que acuden a visitar el milagroso lienzo del Santo Cristo de Burgos. La belleza del entorno natural conserva el paraje de la encina milenaria, declarada Bien de Interés Natural de Andalucía, y el Puente del Salado, de 109 m. de altura y 300 m. de longitud. Los alrededores del Nacimiento albergan una rica fauna y unos paisajes propicios para actividades como el senderismo, la caza, el ciclismo o la escalada. Celebra sus fiestas patronales, en honor del Santo Cristo, a mediados de agosto y en mayo, la Virgen de la Inmaculada es trasladada en romería hasta la Estación de Cabra. La gastronomía de la localidad está relacionada con dos elementos naturales: el aceite de oliva y los productos de caza. Los andrajos con liebre, el cabrito con ajos y pimentón y la sopa de boquerones y costrones son los platos típicos. Su aceite de oliva virgen extra se comercializa con la etiqueta de calidad de Denominación de Origen Sierra Mágina.
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