(CA). Es el municipio más occidental de la comarca de La Janda, limitando al este con el de Vejer de la Frontera y al norte con el de Chiclana, en la comarca de la Bahía de Cádiz. Cuenta con 18.057 h. según el censo de 2001, una extensión de 86.7 km 2 y su litoral se alarga sobre algo más de 13 km., lo que explica una vocación básicamente marinera.
El clima es fundamentalmente mediterráneo con matices de atlántico, las temperaturas son siempre suaves con escasas lluvias que acuden principalmente en invierno empujadas por los vientos de poniente. El verano es seco y moderadamente cálido, condicionado por el levante, viento muy frecuente en el entorno del Estrecho de Gibraltar y cuyos efectos son suavizados por la alternancia con los anteriormente mencionados de poniente. Esta dinámica hace que las temperaturas en verano no sean sofocantes. En el entorno natural predominan los pinares y la marisma del río Salado, donde puede encontrarse caza menor y algunas aves migratorias, aunque son más atraídas por marismas más amplias, como las cercanas de la Bahía de Cádiz y las del río Barbate.
Es en los recursos arqueológicos donde Conil ofrece más argumento para su identidad. No hay acuerdo entre los investigadores sobre sus orígenes, habiéndose encontrado la existencia de vestigios que prueban la existencia de asentamientos nómadas prehistóricos. Los restos de los primeros asentamientos históricos, fechados entre 1.050 y 1.200 años a.C., son fenicios y están dedicados a la explotación de almadrabas y salazones de pescado, actividades habituales de la época en la zona. No obstante, se trata de asentamientos dispersos que dan pie a diversas hipótesis sobre el primer núcleo que diera las raíces a lo que hoy es Conil. El nombre de Mergablum o Mercablum es el preferido para referirse a los orígenes de la villa, aludiendo a la novena mansión del camino militar entre Málaga y Cádiz con el nombre de Vía Heráclea.
También existen diversas teorías sobre el nombre del topónimo "conillos significa hábitat de conejos en latín tardío", pero lo que sí queda claro es que el interés por ubicarse en una zona de difícil defensa siempre está motivado por la explotación almadrabera, por ello la figura del atún destaca en el escudo actual del municipio. Esta actividad es aprovechada por todos los pueblos que llegan a nuestras costas, los cuales sufren a su vez las piraterías y pillajes propios en la ausencia de un poder fuerte que impusiera su statu quo . Por ello no es hasta la época del califato en el siglo X cuando vuelve la seguridad al entorno, perteneciendo el término de Conil a la kora de Sidonia, con sus fronteras cambiantes que cubren desde Rota hasta Barbate. Es de esta época de donde proceden los rasgos más claros relacionados con el asentamiento original, del cual sólo parece haber quedado la estructura de sus calles, adivinada en el urbanismo de la ciudad actual. Esto significa que bien podrían haberse utilizado sus materiales y cimientos tras la conquista cristiana, pudiendo también haber conservado la raíz etimológica árabe caa (sitio) y nil (deleite), siendo ésta una teoría más sobre el origen de su topónimo formulada por A. Santos y F. Velázquez (1988).
Es conquistada por Alfonso X el Sabio, que permite a sus habitantes musulmanes seguir viviendo en el pueblo, y aun a principios del XVII existe una notable población morisca, según el historiador Lapeyre. En 1295 Sancho IV dona las almadrabas y pesca de atún a Alonso Pérez de Guzmán por su comportamiento en Tarifa.
La pesca sigue siendo hoy una de sus principales fuentes de riqueza, junto con la agricultura y el turismo. Las capturas de la almadraba destacan por el volumen de los atunes fundamentalmente (a los que se unen en las mismas redes escualos, peces espada, etc.), principalmente los rojos, que justifican esta actividad en la zona. Éstos pasan por el Estrecho de Gibraltar, muy cercanos a las costas andaluzas, desde la primavera hasta poco antes de la llegada del verano, en su camino al desove en el mar Mediterráneo. Lubinas, sargos, pargos, calamares y urtas son abundantes, repercutiendo en la variada gastronomía donde encontraremos también los productos de sus huertas familiares. Otros cultivos importantes por la extensión que ocupan son los de trigo, tomate y viñedos.
Como corresponde a estas poblaciones de tradición pesquera, el turismo supone una fuente de ingresos cada vez más importante. La extensión y belleza de sus playas, acompañadas de un clima benigno idóneo para los deportes acuáticos, consolida la atracción del turismo familiar doméstico, no siendo despreciable la cantidad de extranjeros que vienen a pasar sus vacaciones estivales e incluso a asentarse, dejando un balance migratorio positivo. Al contrario de la tendencia en la Comarca de la Janda, la población va hacia el aumento, habiendo crecido más de un 15% entre 1991 y 2001.
Justificando su pasado histórico, podemos encontrar en Conil la única puerta de entrada a la villa que se conserva, restos del antiguo castillo de Guzmán el Bueno y de la mencionada Vía Heráclea. Entre la arquitectura religiosa destaca la iglesia parroquial de Santa Catalina, de estilo barroco y que forma parte del antiguo convento de los Frailes Mínimos, fechados sus orígenes en el siglo XVI. La imaginería que puede visitarse tanto en esta parroquia como en la de la Misericordia es muy rica, destacando una talla de Santa Ana, fechada en el siglo XIII, y otra de la Virgen de la Victoria, relacionada con la fundación del Convento. [ Jesús Gabriel Moreno Navarro ].
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