(JA). Municipio de la provincia de Jaén, perteneciente a la comarca de la propia capital, con una extensión superficial de 62 km 2 , situándose su núcleo cabecera a 305 metros sobre el nivel del mar y a unos 24 km. de distancia de la capitalidad provincial. Su población supera ya los 9.000 h. y su tasa de paro en 2001 es del 21% de la población activa. Cuenta con tres centros de enseñanza básica, uno de secundaria y otro de educación de adultos; así como con una biblioteca pública y un centro de salud. Encontramos asimismo ocho oficinas bancarias, cuatro restaurantes y una pensión con seis plazas de alojamiento.
El emplazamiento de Mengíbar debe tener su origen en una pequeña villa romana o, con posterioridad, en una alquería musulmana que va creciendo al decaer el antiguo núcleo de Iliturgi. Durante el Califato de Córdoba pertenece a la extensa cora o provincia de Jaian y a principios del siglo XI está en la también amplia taifa granadina de los Banu Zirí, para integrarse al final de la centuria en la no menos grande de los abbasíes sevillanos. En el siglo XIII se encuentra en el reino almohade de Jaén y en 1225 es una de las poblaciones que asuela Fernando III, entregada desde la conquista a la Orden de Santiago. Los castellanos construyeron una importante fortaleza de forma rectangular, con torreones redondos en dos de sus esquinas y una torre cuadrada en el centro del lado Este, mientras que la del homenaje, la única que queda en pie, se hallaba en el centro del patio.
Durante el reinado de los Reyes Católicos la Orden de Santiago pierde sus privilegios y Mengíbar se adscribe institucionalmente a la ciudad de Jaén. En 1573 don Rodrigo Ponce de León, caballero jiennense, compra el término de Mengíbar, pero los vecinos no lo aceptan, y un año más tarde son éstos quienes solicitan y obtienen la emancipación de la capital mediante compra realizada a Felipe II. El inicio de su andadura como villa independiente no es fácil, y tiene un largo periodo de crisis que no superará hasta bien entrado el siglo XVIII. A principios del siglo XIX en Mengíbar tienen lugar los preliminares de lo que luego es la célebre batalla de Bailén. A lo largo de esta centuria se produce su consolidación administrativa y demográfica, que va acompañada de la expansión de sus actividades productivas, en especial durante la segunda mitad del XIX. A lo largo del siglo XX la localidad tiene un crecimiento sostenido propiciado por su estratégica situación en la red de comunicaciones y, en estos momentos, es uno de los municipios más pujantes de la provincia.
En agricultura, destaca por tener su término repartido entre los cultivos herbáceos y el olivar, y ser prácticamente toda su superficie de regadío, tanto las vegas de los ríos Guadalquivir y Guadalbullón como las tierras de campiña. Los cultivos dominantes son el olivar, el girasol, el algodón y los cereales, como el trigo, la cebada y el maíz. En la industria resaltan la actividad textil, los transformados metálicos y, por supuesto, la oleícola.
En su patrimonio histórico se debe mencionar la referida torre del homenaje del castillo (siglo XIII); la iglesia de la San Pedro Apóstol (XVII), joya arquitectónica del renacimiento andaluz; la casa palacio de los señores de la Chica (XVII); y la casa de la Inquisición (XVIII); y en su patrimonio natural, el cerro Albariza, el cortijo de Maquiz, y el delta del Guadalbullón. Entre sus fiestas destacan la de San Antón, en enero; la Exaltación de la Cruz; la romería de María Magdalena, también en mayo; las celebraciones patronales en honor de esta misma santa en julio; y los rosarios de septiembre y octubre. Y en gastronomía sobresalen la pipirrana, el cuchifrito y ciertos dulces (hojuelas con miel, pestiños de aceite, y roscos fritos y de vino). [ Jesús Ventura Fernández ].
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