RUS

Los primeros hallazgos arqueológicos conservados pertenecen a los fenicios. Sin embargo, son los pobladores iberos (siglo IV a.C.) quienes aportan mayores vestigios antiguos, sobre todo en el asentamiento de Giribaile * , un oppidum enclavado en la confluencia de los ríos Guadalimar y Guadalén, a medio camino entre Vilches y Rus. Igualmente, hay restos romanos y del período visigodo se conserva el oratorio rupestre de Valdecanales del siglo VII (declarado Monumento Nacional en 1970), situado en el cerro de la Alcobilla, entre Zagahón y Los Escuderos, formado por tres cuevas excavadas en la roca; único de sus características en Andalucía. A partir del siglo VIII, los asentamientos romanos se islamizan y se denominan Rus-al-Jabel (de donde procede el nombre del municipio) y Tiedar (Torre del Obispo). En esta época islámica se desarrolla la agricultura (sobre todo, la de regadío), la producción de harina en los molinos hidráulicos y el comercio con las aldeas vecinas. Se mantiene un castillo-fortaleza del siglo XIII, del cual permanece únicamente un torreón, que pone de manifiesto la importancia militar de esta plaza durante las luchas medievales. Estas tierras estaban en la extensa cora califal de Jaián y, en el siglo XI, primero en la taifa de los Banu Zirí granadinos y, luego, en el extenso reino de los abbassíes sevillanos, para integrarse en el reino almohade de Jaén en el XIII. La conquista castellana finaliza en 1227, aunque permanece parte de la población autóctona; incluso a principios del XVII había una Morería, según el historiador francés Lapeyre. Por entonces, en 1628, se independiza de Baeza, a cuyo concejo pertenece más adelante.  

La economía de Rus se basa en la agricultura, principalmente en el olivar (al cual se dedica la mayor parte de la superficie cultivable). Las principales actividades laborales están ligadas a la olivicultura y la industria almazarera, además de la textil, muy arraigada en la población. Su cercanía y buena comunicación con municipios mayores, como Úbeda o Linares, provoca que gran parte de sus actividades comerciales giren en torno a ellos y que sus habitantes cambien su residencia. Entre su patrimonio artístico, sobresalen, aparte del citado hipogeo visigótico y el torreón árabe, el pavimento romano de la Torre del Obispo, el hipogeo de la Veguilla, la ermita de La Yedra, la casa de Triana o la iglesia renacentista de Nuestra Señora de la Asunción. Las fiestas más señaladas de esta localidad se producen en febrero (San Blas), julio (Santiago) y agosto (feria patronal). Pero la más singular es la Fiesta de Mozos, especie de carnaval festejado en septiembre, que rememora el fin de la peste bubónica que asoló la Comarca de Úbeda entre 1678 y 1693. La gastronomía aporta platos tradicionales como el relleno de San Blas.