m. Término popular francés que significa mesa de piedra. En arqueología prehistórica designa, en sentido estricto, a un tipo de tumba construida con, al menos, tres grandes losas verticales de piedra (ortostatos) y otra horizontal (cubierta). Constituye, junto con el menhir y el cromlech, el tipo más corriente de los fenómenos megalíticos. Aunque las edificaciones megalíticas estás presentes en casi todos los continentes y se han desarrollado en muy variados contextos culturales y diferentes cronologías, el Megalitismo identifica a los fenómenos megalíticos que levantaron las sociedades prehistóricas neolíticas y calcolíticas asentadas en la fachada atlántica del continente europeo y en ciertas regiones ribereñas e islas del Mediterráneo Occidental. Los dólmenes pueden tener planta muy variada, poseer o no pasillo de acceso a la cámara, o ser una galería cubierta; suelen estar protegidos por un túmulo de tierra y piedras que les hace aparecer como hitos en el paisaje, aunque a veces ha desaparecido. Si bien el rasgo más característico es su función funeraria, como lugar de enterramiento colectivo, osario y panteón de grupos familiares prehistóricos en donde depositaban a sus muertos acompañados de ofrendas muy variadas. Por ello, el término denomina a toda tumba prehistórica colectiva construida con grandes piedras, incluyendo el tipo especial de falsa cúpula que se llama en la terminología especializada tholos . En general, las sociedades que construyeron los dólmenes fueron de las primeras en las que se desarrollaron las desigualdades basadasen un acceso diferencial a la riqueza. Por eso estas sepulturas se interpretan principalmente como referentes clave en los rituales para la reproducción ideológica del nuevo orden social y como elementos demarcadores e identificadores de la territorialidad de los grupos sociales.
En Andalucía los dólmenes se levantan entre fines del Neolítico y comienzos de la Edad del Bronce (-> véase Prehistoria) y aparecen por casi todo el territorio algunas veces aislados pero mayoritariamente formando necrópolis. Son especialmente abundantes en las Sierras de Huelva (destacan los dólmenes de Pozuelo en Zalamea la Real y el Dolmen de Soto en Trigueros), donde se localizan algunos de los más antiguos, y continúan por el norte de las provincias de Sevilla (Almadén de la Plata, Cazalla de la Sierra) y Córdoba (valle del Guadiato y Los Pedroches). En Sevilla también se conocen desde antiguo los localizados en Valencina de la Concepción (Cueva de la Pastora, Dolmen de Matarrubilla, Dolmen de Ontiveros) y en torno a Gandul (siete sepulturas entre las que sobresale la llamada Cueva del Vaquero). En Cádiz los encontramos en Alcalá del Valle y El Gastor (Dolmen del Gigante). En Málaga sobresale el conjunto de Antequera (Cueva de Menga, uno de los más monumentales de Europa, Dolmen de Viera y el tholos conocido como Cueva del Romeral). En Granada las necrópolis dolménicas son numerosas en las altiplanicies de la depresión de Guadix (Gorafe, Laborcillas, Huélago y Fonelas), en los alrededores de Los Castillejos de Montefrío; en Sierra Martilla (Loja) encontramos un conjunto de sepulturas monumentales excavadas en la roca. Precisamente este es el tipo de tumba colectiva más conocida en Jaén (necrópolis de Marroquíes). En Almería eran más corrientes las necrópolis de tumbas redondas y tholoi , siendo la de Los Millares la más espectacular de toda la Península con más de ochenta tumbas (-> véase Millares, Cultura de los), pero recientemente se han documentado también varios centenares de dólmenes en las estribaciones de la Sierra de Gádor.
Después de milenios en que han sido erosionados por la acción de los meteoros, saqueados y expoliados, desmantelados por ser obstáculos a la agricultura, muchas veces mal excavados y casi siempre abandonados sin protección al paso del tiempo, un renovado interés se extiende entre las autoridades locales por poner en valor un patrimonio monumental tan cargado de simbolismo. Con el apoyo de la administración autonómica se ha emprendido la catalogación, limpieza y preparación para la visita de muchos de estos monumentos, lo que los convierte en un atractivo más del turismo cultural. Hasta ahora el proyecto más ambicioso se ha conseguido en el denominado "Parque temático integral sobre el Megalitismo" de Gorafe (Granada). [Gabriel Martínez Fernández].
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