(HU). La comarca formada por la capital onubense y ocho municipio más (Aljaraque, Beas, Gibraleón, Moguer, Palos de la Frontera, Punta Umbría, San Juan del Puerto y Trigueros), cuenta con una población total de 217.071 h. y una extensión superficial de 149 km 2 . Comprende una zona topográficamente llana, disponiéndose sobre el eje del estuario que forman las desembocaduras de los ríos Tinto y Odiel.
Se configura claramente como un área funcional, con indiscutido centro en la capital provincial, cuya influencia se deja sentir más allá de sus límites, en Ayamonte, Valverde, Condado y Doñana, principalmente. No obstante, la cercanía de Sevilla supone una fuerte atracción sobre este espacio, principalmente en lo referente a las prestaciones de servicios tanto públicos como privados, repercutiendo además en que sea una de las comarcas (con capital provincial) con menos habitantes. A pesar de ello, la dinámica de la población en la comarca es muy positiva en las últimas décadas. Aunque en Huelva es donde mayor crecimiento se produce, recientemente, en las dos últimas décadas sobre todo este dinamismo se está trasladando a los municipios. De hecho, el crecimiento vegetativo de los ocho pueblos duplica el de Huelva (de 4,8% y 2,6%, respectivamente). El crecimiento urbanístico, las mejoras en las comunicaciones y una economía muy centrada en la construcción y la industria contribuyen a explicar este fenómeno.
Infraestructuras e industria. La red de comunicaciones favorece el desarrollo de los municipios, ya que su diseño radiocéntrico en la capital permite una conectividad rápida no sólo intracomarcal, sino intercomarcal y regional.
La Autovía del Quinto Centernarío (que conecta con Sevilla y la A-92), la N-431 y la Autovía del Algarve (que permite rápido acceso a Portugal) contribuyen a evitar el aislamiento que tradicionalmente sufre la comarca. Pero por otro lado, el sistema natural de las desembocaduras de los ríos Tinto y Odiel dificulta en cierto modo los accesos a otras redes de carreteras y las conexiones entre los núcleos de población. Cabe esperar, por lo tanto, algunas mejoras en este sentido con el fin de poder aprovechar en mayor medida las potencialidades económicas de la comarca.
La comarca es conocida, desde el punto de vista socioeconómico, por el famoso desarrollo industrial de la década de los sesenta. Con la creación del Polo de Desarrollo se trata de dinamizar espacios periféricos mediante la concentración de inversiones industriales básicas, siguiendo las pautas que se conocen de otras zonas más desarrolladas. Estas inversiones se derivan en la construcción del Polo Industrial de Huelva, compuesto básicamente de industrias de base, químicas y metalúrgicas, aprovechando la riqueza en recursos de tipo minero. En la actualidad, el Polo está formado por tres polígonos: el polígono industrial de la Punta del Sebo, al margen izquierdo del río Odiel, donde se localizan además de la Central Térmica, empresas tan conocidas como Fertiberia o Foret, entre otras; el polígono industrial Nuevo Puerto, donde se ubican División de Petróleos, Ertisa, Amoniaco-Urca, etc; y el polígono industrial Tartessos, donde se localizan Celulosa y La Sociedad Española de Carburos Metálicos.
Una de las principales preocupaciones ligadas a este desarrollo industrial son los contaminantes, tanto aéreos como sólidos-líquidos, que se generan a lo largo de toda su historia. Hoy en día, el control medioambiental y el desarrollo de una actividad limpia y no contaminante es objetivo prioritario tanto para las empresas como para las distintas administraciones. Por otro lado, el mantenimiento del sector industrial de manera sostenible, compatible con otros usos y con capacidad de generar empleo de calidad, requiere ser entendido desde una nueva concepción donde las actividades de Investigación, Desarrollo e Innovación se consideren prioritarias.
El perfil socioeconómico de la comarca, por tanto, está marcado en gran medida por ésta actividad industrial, que junto con la construcción mantienen ocupados a algo más de una cuarta parte de la población activa, siendo significativo el hecho de que sea de mayor proporción en los municipios que en la capital (28,93% y 22,94%, respectivamente), más dedicada ésta última al sector servicios.
La fresa, "oro rojo". Por otro lado, la agricultura de regadío centrada en el cultivo del fresón permite mantener una economía dinámica en la comarca, donde una proporción importante (casi el 10%) vive de ella directamente, aunque indirectamente obtenga valores muy superiores. En algunos municipios, el crecimiento de esta actividad se considera un auténtico ejemplo de proceso espontáneo de desarrollo que sabe potenciar el recurso con mayor idoneidad. Parte del territorio comarcal se hace con el monopolio no sólo andaluz, si no nacional en lo que al cultivo de fresa para consumo se refiere, siendo además unos de los principales centros productores europeos. Para ello se sabe aprovechar la ventajas que se ubicación geográfica otorga, ya que la costa atlántica cuenta con unas condiciones climáticas y edáficas excelentes para el cultivo del conocido como "oro rojo".
Estas explotaciones agrícolas, que dinamizan de forma considerable la economía comarcal, aplican de manera correcta nuevas técnicas productivas que introducen primero empresarios foráneos y que, posteriormente, adaptan los agricultores autóctonos. Este éxito transforma además la demanda de mano de obra, ya que mientras que en los sistemas de agricultura tradicional siempre se asociaban procesos de éxodo rural, ésta "nueva agricultura" invierte el proceso convirtiéndose en centros receptores de trabajadores (sobre todo en las fases de recolección, mientras que las de preparación del terreno, arado y abonado están muy mecanizadas). Otras de las claves del éxito es la aplicación de ingeniería genética que permite obtener mejoras en la calidad del producto, aumentar la productividad, elevar la precocidad en la producción, incrementar la resistencia a los agentes patógenos, facilitar la recolección (reduciendo la densidad del follaje), aumentar el tamaño del fruto, etc.
El tercer pilar de la economía comarcal es sin duda la actividad turística. La calidad de sus playas, que en muchos casos conforma un largo cinturón de arenas finas, doradas y limpias, son el principal atractivo. El turismo nacional (que supone las tres cuartas partes del total), sobre todo andaluz (más de la mitad), con predominio de las segundas residencias, son a grandes rasgos las principales características del sector. No obstante, la apertura de nuevos hoteles y una gradual mejora de las infraestructuras están favoreciendo que los tour-operadores europeos hayan incluido esta zona en sus paquetes turísticos. Este hecho está incrementando el número de turistas procedentes de la Unión Europea "que aún no alcanza el 10% del total". El sector presenta todavía una marcada estacionalidad que se concentra lógicamente durante los meses estivales "la ocupación hotelera alcanza su punto álgido en la primera quincena de agosto" y, en menor medida, durante los periodos vacaciones de primavera (en Semana Santa).
Vocación hispanoamericana. Junto a la calidad de sus playas, es obligatorio mencionar la vinculación de la comarca con los acontecimientos relacionados con el descubrimiento de América. En estas tierras es donde con mayor fuerza se siente la vocación hispanoamericana y las relaciones con aquel continente son continuas (contribuyendo además a atraer un segmento importante de turistas, estudiantes, expertos, investigadores, etc). Aquí se encuentran el Monasterio de la Rábida y el Puerto de Palos y se celebran importantes acontecimientos como, por ejemplo, el Festival Anual de Cine Iberoamericano.
Por último, la actividad pesquera es de obligada referencia. Ésta siempre se centra en la captura del marisco, muy afamado en toda España, otorgando a la comarca un lugar privilegiado en las llamadas "rutas del marisco", ya que a sus lonjas llegan diariamente gambas, cigalas y langostinos de la mejor calidad. Junto a ellos son excelentes especies como dorada, dentón, pargo, sargo, lenguado, acedía y otras como corvinas y atunes. En los últimos años se produce un fuerte retroceso de la actividad pesquera, dejando paso a la industria y, sobre todo, a la nueva agricultura. No obstante, aún los puertos pesqueros cuentan con gran importancia, gracias a su amplia flota y sobre todo una secular tradición marinera muy arraigada.
Por último, no habría que dejar de mencionar la riqueza natural de esta comarca. En la desembocadura de los ríos Tinto y Odiel se encuentra el Paraje Natural de las Marismas de Odiel, que con más de 7.200 ha se extiende por cuatro de los municipios comarcales y conforma el conjunto de marismas mareales mejor conservado del litoral andaluz y uno de los más importantes de la Península Ibérica. Es un lugar de gran riqueza ornitológica, donde se contabilizan más de 200 especies diferentes de aves, tanto permanentes como migratorias: garza real, garza imperial, cigüeñas negras, grullas y sobre todo flamencos. Pero además este espacio es conocido por la explotación de sus salinas, el marisqueo y la pesca como actividades tradicionales.
Junto a este Paraje habría que hablar también de Los Enebrales de Punta Umbría "conocido por su destacada colonia de camaleones". Es un cordón dunar de 162 ha donde se encuentran bosques de pinos, sabinas y enebros. Finalmente, la Reserva Natural de la Laguna de El Portil alberga también una numerosa avifauna entre los pinos y retamas. [ Reyes Manuela González Relaño ].
|