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CÉSAR

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(roma, 100-44 a.c.). Político, militar y escritor, Cayo Julio César era miembro de los Julios, una influyente familia romana. Desde joven está enrolado en la actividad política, cercano a las propuestas del grupo de los populares, lo que le lleva al enfrentamiento con los optimates y, particularmente, con Sila. Este alineamiento por una de las facciones condiciona toda su vida pública. Por esta razón, tiene que iniciar su carrera militar en Asia Menor y, aunque a lo largo de los años interviene en diversas provincias, es en la Galia donde lleva a cabo sus máximas hazañas. Julio César está ligado a Hispania desde el año 69 a.C., año en el que es nombrado cuestor de la provincia Hispania Ulterior * "que incluye lo que después es la Bética * ". Retorna en el año 61 a.C., como gobernador de la misma, y en el 44 a.C. para enfrentarse a los ejércitos de Pompeyo, a los que vence en la decisiva batalla de Munda * .

La romanización de Hispania, en estos momentos dividida en Citerior y Ulterior, y su relativa cercanía a Roma, provoca que durante el periodo republicano se convierte en escenario importante de algunos acontecimientos de la historia romana. Esto queda patente en el aprovechamiento de sus riquezas para sus fines, en ser lugar de promoción y de luchas políticas, especialmente desde la crisis republicana. Por estas razones, generales y gobernantes tan célebres como Escipión * , Sertorio, Pompeyo *  o el propio César, pasan por estas latitudes.

Prestigio político y militar. Tales circunstancias hacen que cuando César accediera al cargo de cuestor , al servicio del gobernador de la provincia de la Hispania Ulterior * en el 69 a.C., tuviese claro que era un peldaño en su particular promoción. En el ejercicio de su cargo imparte justicia en algunas de sus ciudades, como tenemos atestiguado en Gades * , lo que le permite establecer redes de clientela que a la postre le son de gran utilidad en acontecimientos posteriores. Abandona este destino, en el 68 a.C., al ser nombrado gobernador de la Transpadana y regresa como propraetor en el año 61 a.C., algunos autores piensan que obligado por la necesidad imperiosa de sanear su economía. Estas razones le deben impulsar a iniciar hostilidades ese mismo verano bajo el pretexto de someter a los montañeses lusitanos que asolaban las poblaciones del sur del Tajo e, incluso, llega a perseguir a los huidos hasta el territorio galaico. El balance de estas acciones satisface sus objetivos, ya que no sólo obtiene botines y prestigio político y militar, sino que, además, es aclamado imperator por su ejército.

Al finalizar estas acciones se esfuerza en fortalecer la administración romana e interviene para resolver algunos conflictos, mediante la impartición de justicia y la concesión de privilegios especiales. Para ello, aplica las leyes romanas, manda construir algunos edificios públicos, dulcifica algunas medidas fiscales y presiona al Senado para que levantase las cargas extraordinarias que la provincia soportaba desde la guerra contra Sertorio. Con todo ello, fortalece los lazos de lealtad personal con los habitantes del sur peninsular, como tenemos bien documentado para el caso de Gades, donde establece buenas relaciones con la familia de los Balbos * .

Pero, como las ambiciones políticas de César pasan por Roma "donde está el centro del poder", en el año 59 a.C. decide regresar a la urbe para estar presente en la campaña para la elección de los cónsules. Al encontrarse con la oposición del Senado forma, en unión de otros dos personajes muy influyentes, Pompeyo y Craso, el primer triunvirato romano. Una alianza privada "al margen del Senado", ambiciosa e intrépida, que es ratificada algo más tarde, en el año 56 a.C., mediante el acuerdo de Lucca, en el que se acepta que Pompeyo y Craso deben de investir el consulado, al igual que César, y, una vez finalizado éste, tienen que recibir un mando provincial proconsular. Craso toma bajo su mando a Siria, Pompeyo las dos Hispanias y África, y César Galia e Ilirico. La conquista de toda la Galia duraría ocho años, a lo largo de los cuales también se ve envuelto en luchas contra los germanos en las orillas del Rhin y envía dos expediciones a Britania.

Más tarde, las muertes de Craso y de su hija Julia, casada con Pompeyo, motivan el distanciamiento de este último que, por otra parte, había reafirmado su poder en Roma al ser nombrado cónsul único "cónsul sine collega ". Estas pugnas eran, sin duda, manifestaciones de los problemas crónicos de la sociedad romana que, por un lado, no encuentran soluciones adecuadas bajo la dirección del Senado y, por otro, no hacen sino profundizar la crisis de la república. Esto permite que las soluciones personales basadas en la fuerza fuesen continuas a lo largo de estos tiempos. La confianza que los senadores habían dado a Pompeyo solamente puede ser entendida como una solución de compromiso, que muchos de ellos no comparten y que el propio César no acata. La suma de todas estas circunstancias termina provocando una encarnizada guerra civil, en la que César es un actor de primera fila.

Cuando en el año 49 a.C. César acaba su mandato en la Galia, el Senado le ordena que retire las legiones de este territorio, pero contraviniendo éstas opta por atravesar el río Rubicón y marchar con sus tropas hacia Roma, lo que supone el desenlace de la anunciada guerra civil. Las tácticas desplegadas por cada uno de los generales a lo largo de toda la contienda, que dura hasta el año 44 a.C., genera enfrentamientos a lo largo de casi todo el Imperio romano, la propia Italia y muchas de sus provincias "Galia, Italia, Grecia, Egipto, Asia, Ponto, etc.", y entre ellas las dos Hispanias.

Cita en Córdoba. César opta por centrar sus acciones iniciales en la Península Ibérica. Varias razones deben aconsejarle en este sentido, entre ellas su escasa disponibilidad de fuerza marítima y evitar el afianzamiento de los lazos de fidelidad de Pompeyo. Tras vencer a los ejércitos de éste en la batalla de Ilerda, César se centra en la Ulterior, donde publica un edicto para que representantes de todas las ciudades se reunieran en un día acordado en Corduba * . Poco a poco las ciudades van alineándose con César y, de esta manera, consigue el control de la provincia sin que hubiese ningún enfrentamiento bélico.

La asamblea de Corduba se celebra y en ella César recompensa a las ciudades y personas que le habían sido fieles, retirando algunas de las medidas tomadas por Varrón "representante de Pompeyo", tales como condonación de los impuestos y la promesa de devolución de algunos bienes confiscados. Dos días después se desplaza a Gades, a la que le concede la categoría de municipio romano y a sus ciudadanos el derecho de ciudadanía.

Algo después, las fuentes nos informan de que la administración llevada a cabo por Q. Cassio Longino, al que César deja el gobierno de la Ulterior, está plagada de abusos y arbitrariedades. Esto provoca el descontento de sus habitantes, la renovación de las simpatías hacia Pompeyo e incluso el intento de asesinarlo por parte de los ciudadanos de Itálica * , en el foro de Corduba. A raíz de aquí se suceden una serie de acontecimientos destinados a restablecer o aprovechar la situación para los intereses de una u otra facción romana. Las ciudades de Ulia * (Montemayor), Obulco * (Porcuna), la citada Corduba, Carteia * , Urso *  (Osuna), el valle del Sallum (Guadajoz) y otros núcleos indígenas se ven envueltos de nuevo en estos episodios. Finalmente, los dos ejércitos se enfrentan en Munda (Montilla), donde tras una sangrienta batalla César consigue imponerse a los pompeyanos.

Hispalis *  (Sevilla) es el lugar elegido para celebrar una asamblea con los representantes de las ciudades, donde pronuncia un duro discurso reprochándole a los hispanos su ingratitud y la insensatez de su resistencia frente al poder romano. Políticamente, siguiendo la tendencia republicana del momento, intenta estabilizar la provincia favoreciendo que algunos provinciales, con constatada lealtad, se integrasen en la administración del Imperio y tuvieran ciertos privilegios, tales como el acceso a las tierras y ciertas excepciones tributarias. En el mismo sentido, algunas ciudades adquieren la categoría de colonias latinas "en el caso de Ulia, la concesión del grado de municipio romano". Con todo ello, el mandato de César supone un punto de inflexión en el sometimiento y la integración del sur peninsular en el Impero romano.

A su regreso a Roma "año 45 a.C.", celebra cinco triunfos "Galia, Alejandría, Ponto, África e Hispania", acompañados de actos circenses y de divertimentos. Es entonces cuando explicitando su sentimiento de excelsa gloria y poder pronuncia su famosa frase: " veni , vidi , vinci " (llegué, vi, vencí). Estas celebraciones también simbolizaban su control de la situación política y militar, máxime si tenemos en cuenta que recibe el nombramiento de dictador perpetuus , al que había de añadir los títulos de imperator y pater patriae . Todo lo cual le permitie llevar a cabo reformas significativas del estado, pero desde una concentración de poder contraria a los principios de la república que propicia la alianza de sus enemigos para poner fin a su vida, lo que ocurre cuando entraba al Senado en los idus  de marzo del año 44 a.C., siendo Bruto el brazo ejecutor.

Este magnicidio facilita cierta reordenación de las fuerzas políticas romanas y que se resolviera por medio de la negociación con Sexto, hijo menor de Pompeyo, que había montado un pequeño ejército en la Ulterior con el apoyo de los vencidos en las anteriores confrontaciones.

César es una figura controvertida, quizás al igual que la propia República e Imperio romano; por un lado, admirado como general, estratega, escritor " Guerra de las Galias , compuesta de siete libros, y La Guerra Civil , que consta de tres libros" y civilizador; y por otro, vilipendiado como dictador sin escrúpulos, sanguinario y partidista, las dos caras inseparables de una misma moneda.    [ Francisco A. Muñoz .

 

 
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