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ALCAUDETE |
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(JA). Municipio situado en el suroeste de la provincia de Jaén, en la comarca de Sierra Sur, a 50 km. de la capital provincial, tiene una extensión de 238 km2 y una población de 11.154 h. El paisaje característico es el relieve suave sobre el que predominan los terrenos agrícolas de secano. Muy cercano al núcleo de población, a escasos siete kilómetros, se encuentra la Sierra de Ahillos, zona con grandes valores botánicos, faunísticos y paisajísticos donde abundan los chaparrales y retamales. También como área forestal de gran interés, e igualmente cercano al municipio, se localiza Sierra Chircales. Las lagunas Honda y Chinche resultan interesantes debido a la escasez de áreas húmedas en la provincia, lo que hace que tengan una abundante fauna acuática, aunque en ambos lugares la vegetación natural ha sido transformada y sólo quedan restos de la vegetación perilagunar.
El cruce entre caminos en el que se encuentra Alcaudete (que une la vega de Granada y el Surco Intrabético* con el Valle del Guadalquivir y las Montañas Béticas* ), la proximidad de las aguas serranas (que discurren por los cercanos ríos Víboras y de San Juan), el dominio estratégico territorial y la fertilidad de sus tierras son factores adecuados para el desarrollo de los asentamientos humanos en el municipio. De hecho, los orígenes del núcleo urbano se remontan a la época romana, al s. I a C., aunque en todo el término municipal los restos arqueológicos revelan una intensa y continua ocupación humana desde el Paleolítico Superior.
Por la abundancia de recursos hídricos, los árabes la nombran Al-Caudag, que significa ciudad de los manantiales. A esta época corresponde el alcázar, que se constituye en el centro de protección de una medina comerciante muy activa gracias a su ubicación en una importante red viaria y comercial. Eso explica el que durante varios siglos musulmanes y cristianos se disputaran la ciudad. Después de las conquistas efímeras de Alfonso VI y el Cid (1085), cambia alternativamente de manos entre andalusíes y castellanos en los siglos siguientes: Fernando III la cede al rey moro de Baeza y luego a la Orden de Calatrava y vuelve varias veces después a soberanía nazarí hasta que Alfonso XI la conquista definitivamente en 1340. Durante el reinado de los Reyes Católicos el municipio es utilizado como enclave y punto de partida de numerosas expediciones contra el territorio musulmán y, según el historiador Lapeyre, a principios del XVII aun existía en el pueblo una morería.
La época de mayor esplendor es la primera mitad del siglo XVI gracias a la prosperidad económica que les da el cultivo del cereal, la ganadería y, por supuesto, el ser paso obligado en el camino entre Granada y Castilla. A ello se une que los condes de Alcaudete ocupan altos cargos en el gobierno, pero el absentismo de los mismos y el final de su línea sucesoria trae la decadencia a finales del siglo XVII. Esta intensa ocupación y su rica historia dejan un importante legado arquitectónico. Destaca el Castillo de Albendín, que se sitúa en el lugar que ocupaba una antigua ciudad ibero-romana y que primitivamente consiste en un recinto fortificado andalusí del siglo X pero posteriormente fue convertido en palacio-residencia de los señores. Igualmente, en el camino que conducía por un lado a Granada y por otro a Córdoba, se conservan restos del antiguo sistema defensivo que pueden ser visitados. Reflejo del esplendor que experimenta el municipio en el siglo XVI son las iglesias de Santa María (elemento arquitectónico más representativo, perceptible desde todos los puntos de acceso a Alcaudete), la Iglesia del Carmen, el Convento de Santa Clara, el Convento de Jesús y María, la Iglesia mudéjar de San Pedro, la Casa de los Condes de Alcaudete y la Casa del Almirantazgo (conocida como Casa de los Leones).
La población presenta un claro envejecimiento, ya que los datos revelan un incremento relativo de la población negativo –del 2,67%– en la última década. La población mayor de 65 años supone en torno al 20% del total y la tendencia para los siguientes años será un incremento de esta proporción. Los menores de 14 años apenas sí suponen el 17,76% de todos los habitantes y el reemplazo generacional está en entredicho sobre todo por el éxodo rural que se sigue produciendo, aún a pesar del desarrollo industrial que está experimentando el municipio. Y es que la tasa de paro se sitúa ya en el 25% de los activos, lo que en cierto modo contribuye a que parte de la población que tenga un nivel de formación medio-superior emigren en busca de trabajo a otros lugares. Alcaudete presenta un bajo grado de formación y elevados índices de paro, a lo que habría que unir que algo más de la mitad de la población del municipio es inactiva (concretamente el 50,65%), esto es, que no ejerce actividad laboral ni es demandante de ella. Es decir, de la población residente, solo 3 de cada 10 trabajan, si bien la temporalidad del trabajo agrícola modifica estos datos según el periodo del año.
En definitiva, la economía del municipio es eminentemente agraria; predomina sin duda el olivar con más de 17.000 ha., que suponen las tres cuartas partes de la superficie total. El trabajo que este cultivo requiere mantiene ocupada a una parte muy importante de la población (en torno al 18%), sobre todo masculina, que es la encargada de las labores propias del campo. Los productos agrícolas necesitan de unos procesos de envasado y de transformación que han llevado a desarrollar una importante industria, contribuyendo así a la generación de empleo. Además, la ya mencionada temporalidad en el trabajo se intenta contrarrestar con la introducción de otros cultivos, como frutales y hortalizas, que se pretende cobren cada vez mayor importancia (ocupan tan solo algo más de 200 ha. de las tierras cultivadas), aunque sigue siendo indiscutible el predominio del olivar.
El desarrollo industrial que ha experimentado Alcaudete se debe también a las altas cuotas de mercado nacional y extranjero que han alcanzado sus dulces navideños. Dos prestigiosas marcas tienen sede en el municipio y en ellas trabajan sobre todo el sector femenino de la población. Significativa es también la industria de transformación de la madera, sobre todo para la fabricación de mobiliario de cocina y de oficina. Todas estas actividades industriales se han convertido en la segunda fuente de empleo, detrás de los servicios, ocupando al 21,47% de sus habitantes.
Finalmente, son numerosos los valores folclóricos y etnológicos del municipio y en torno a ellos giran las numerosas fiestas y tradiciones que se celebran a lo largo de todo el año. Destacan las fiestas en abril en honor de la patrona (Nuestra Señora de la Fuensanta) y la romería de la Virgen de la Cabeza. La Semana Santa tiene una larga historia y existen cofradías que datan de finales del siglo XVI. Muy ligada a la actividad económica que desde siempre ha existido en el municipio, las fiestas de septiembre consistían en sus orígenes en una feria agroganadera que ya en la actualidad se celebra como en el resto de pueblos andaluces. [ Reyes Manuela González Relaño ]
Para más información, visite Wikanda: http://www.wikanda.es/wiki/Alcaudete
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