f.Las monedas tienen una gran importancia como un singular objeto arqueológico e importante documento histórico, imprescindible para el estudio de la Andalucía antigua. Pocos objetos del pasado encierran en un espacio tan reducido tal cantidad de información, en gran medida determinada por su condición de documento oficial, que se refleja en la elección de sus iconografías, inscripciones o patrones de peso. Pensemos, por ejemplo, en que algunos de los topónimos escritos en fenicio o ibérico siguen siendo todavía hoy los únicos testimonios de los antiguos nombres prerromanos de muchas localidades béticas ( -> véase Bética ), o que en el caso de las abundantes emisiones latinas constituyen los primeros testimonios epigráficos de la escritura traída por los romanos a estos territorios.
Historia antigua. -> véase artículo anexo: La numismática antigua en Andalucía.
Época visigoda. El periodo de presencia visigótica en Andalucía se caracteriza, en el apartado de la numismática, en la existencia de un gran número de cecas en Andalucía, de las que nueve eran béticas de un total de 79, y cuatro de las cartaginenses se ubicaban en Andalucía. Tres de ellas, las de Sevilla, Córdoba y Granada, funcionan con mucha regularidad y acuñan gran cantidad de moneda. Los reyes visigodos, para quienes la acuñación de moneda era un privilegio económico y político, expiden unas series monetales que están labradas como las monedas bizantinas, aunque no se puede hablar de meras copias. Entre estas series destacan los tremissis y trientes de oro, que están ilustrados con el nombre del emperador bizantino reinante, el nombre de la ceca y alguna leyenda que identifique a ésta, y cuyo peso medio era de 1,50 gramos.
Numismática de al-Ándalus. Aunque en los primeros tiempos de dominación árabe siguen circulando las monedas visigodas o las traídas desde Oriente y acuñadas por los omeyas o los abasíes, pronto se hace necesaria la emisión de moneda. La ceca del califato de Córdoba, reorganizada por Ahmed ben Musa ben Hodair, labra dinares y dirhemes de oro y plata purísima. El dinar , que pesa unos 3,89 gramos, equivale a diez dirhemes . También se acuñan en esta época feluses de cobre. Tras la decadencia del Califato, las acuñaciones más importantes de las taifas son las de los hammudíes de Málaga, ziríes de Granada y abbadíes de Sevilla. Los ziríes, por ejemplo, hacen buenas fracciones de dinar con oro y plata del Darro. A los almorávides se debe un saneamiento de la moneda, acuñándose dinares de buen peso (4 gramos) y ley, llamados por los cristianos maravedíes. Los dihremes pasan a llamarse quirates y apenas se acuñan feluses . Los almohades, por su parte, acuñan en oro como unidad el dinarin (2,30 gramos), su mitad (1,50 gramos) y la que será básica en los reinos del Norte, el duplo , es decir, la dobla de 4,60 gramos. Los dirhemes de plata tienen 1,50 gramos y se acuñan sus mitades. Las monedas de esta época, cuando se acuñan en plata, son cuadradas y las inscripciones pasan de los caracteres cúficos a los nesjíes .
En el Reino de Granada, los nazaríes amonedan oro, sus doblas se asemejan mucho a las almohades, y llevan inscritas el nombre del califa y su genealogía. Como curiosidad, se encuentra el hecho de que el conde de Tendilla, habiendo tomado la ciudad de Alhama de Granada y viéndose ésta cercada de nuevo por el rey de Granada, se ve obligado, ante las estrecheces monetarias, a emitir una serie de talones canjeables por metálico, considerados el primer precedente del papel moneda.
Numismática moderna. El primer rey castellano que emite es Alfonso VI, labrándose en Toledo en 1085 dirhemes de vellón de aspecto musulmán. En Andalucía, las acuñaciones cristianas comienzan con Alfonso X el Sabio, que da el privilegio a Sevilla, que se convierte durante siglos en la ceca más importante, y Córdoba, que emite hasta el reinado de Enrique II. Algeciras emite durante el reinado de Alfonso XI?y Jaén durante el de Enrique IV, gracias a la influencia del condestable Lucas de Iranzo.
Los Reyes Católicos mantienen en Andalucía dos cecas, Granada y la ya tradicional de Sevilla, una ciudad de la que salen las primeras acuñaciones del reinado de Isabel. En Sevilla, desde 1475, se emiten el excelente ; su medio, castellano ; y su cuarto, el medio castellano . En 1497 se reforma el sistema y, según la Pragmática de Medina del Campo, se adopta para el oro la metrología del ducado ?medio excelente ?, más acorde a las monedas de oro que circulaban en el resto de España y Europa. En plata se labran los reales y en vellón se acuñan blancas . No obstante, la galopante inflacción de esta época se refleja en la baja calidad de los metales y en los resellados de las mismas. La heráldica y los retratos de reyes siguen centrando las inscripciones.
Con la llegada de los Borbones, en oro se sigue la tradición de acuñar escudos como unidad, así como onza de ocho escudos con sus divisores. En 1737 se culmina el proceso por el que el real de a ocho se cambia por el duro de veinte reales de vellón o cobre. En cobre siguen acuñándose cuartos, ochavos y maravedís. En 1782 se crea el Banco de San Carlos, que emite billetes de 200 y 1000 reales de vellón.
La numismática contemporánea. En el siglo XIX se producen cambios significativos en la evolución de la moneda. Desde 1809 se dispone que se estampe el valor en reales de vellón en las piezas de oro y plata, y en 1854 desaparace la costumbre castellana de contar en maravedíes al dividirse el real en 100 céntimos. Aparece la peseta , palabra de origen catalán y más remoto en América, equivalente en principio al real de a dos, hasta que en 1868 el Gobierno Provisional la impone como unidad del sistema monetario. Las onzas y medias onzas que se acuñaban con Fernando VII cesan con Isabel II, y en oro la unidad pasa a ser el doblón de 80 reales, hasta que en el último tercio del siglo, las monedas áureas sean diversos múltiplos de la peseta. En plata se hacen duros de veinte reales , se acuñan múltiplos del real , y como moneda fiduciaria se emplean cuartos y ochavos . En 1863, la ceca de Sevilla realiza su última emisión.
En el siglo XX se puede destacar, de modo anecdótico, las emisiones excepcionales que durante la Guerra Civil se realizan en Marchena, Lora del Río, Cazalla de la Sierra, Puebla de Cazalla y Arahal. En 2002, ya en el siglo XXI, España se incorpora al sistema monetario de la Unión Europa, que tiene como unidad el euro .
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