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RUBIO, EL |
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(SE).Municipio perteneciente a la Comarca de la Sierra
Sur de Sevilla, cuenta con una extensión de 21 km
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y una población de 3.566 h., en 2006. Situado
en la parte suroriental de la provincia, a 209 m. sobre el nivel del mar,
El Rubio dista unos 103 km. de Sevilla capital. Los restos arqueológicos
más antiguos hallados en esta localidad pertenecen a los años 10.000 y
3.000 a. C., y se sitúan en zonas bien protegidas por la naturaleza, como
las terrazas del río Blanco, el Cerro del Tesoro o el Cerro de la Cabeza.
Posteriormente, se establecen en este territorio fenicios y romanos, que,
conocedores de su lugar estratégico, construyen poblados amurallados y
una calzada entre Estepa y Écija. Entre esos poblados destacan los de
Cosmes, Fuentidueñas, La Atalaya o el Cerro de la Cabeza, que juegan un
papel importante en las luchas civiles entre César y Pompeyo, que
finalizan con la batalla de Munda. Durante los siglos III y IV d.C. se
fundan nuevas villas romanas en las cercanías de El Rubio, saqueadas en
los años 411 y 429 por vándalos silingos y asdingos,
respectivamente.
Estas tierras estaban en la cora califal de Écija y,
en el siglo XI, primero en la taifa de los Banu Birzal de Carmona y,
luego, en el extenso reino de los abbassíes sevillanos, para integrarse
en el reino almohade de la misma capital en el XIII. Tras la conquista
castellana, aunque parte de la población andalusí queda por estas
tierras, se instalan nobles, pertenecientes a las órdenes de Calatrava y
Santiago, y caballeros, entre los que se encuentran varias personas con
el apellido Rubio (quizás por contraste con la población autóctona), tal
y como se recoge en el
Repartimiento
de Écija. A esta raíz se atribuye el nombre
del pueblo, aunque también se postula una posible procedencia latina
basada en el topónimo Fundus Rubeus ??Finca de zarza??, un cortijo romano
del siglo II d.C. a partir del cual se edificarían nuevas casas.
A lo largo de la Edad Media, El Rubio pertenece a la
orden de Calatrava (1261), a la de Santiago (1267) y, posteriormente, a
la villa de Osuna. Durante los siglos XVII y XVIII sigue integrándose en
la casa ducal de Osuna, y en 1760 aparece en el
Catastro
de Ensenada como Puebla, con 35 vecinos. En la
primera mitad del siglo XIX se segrega de Osuna para convertirse en
municipio independiente, con Ayuntamiento propio desde 1836. Esta etapa
coincide con una cierta prosperidad económica y un aumento demográfico,
debido a la llegada de trabajadores procedentes de pueblos vecinos, como
Estepa, Osuna, Écija o Herrera. A principios del siglo XX, El Rubio
alcanza ya los 3.000 h., pasando incluso de los 6.000 en la década de los
cuarenta. No obstante, a partir de los años cincuenta sufre las secuelas
de la emigración, y su población disminuye hasta los 3.636 h. en 1981.
Desde esa fecha hasta principios del siglo XXI, sus datos demográficos se
estabilizan.
Su economía se sustenta en la agricultura,
principalmente en el cultivo del olivar y el trigo, a partir de los
cuales se desarrolla una almazara, una cooperativa aceitunera y otra de
cereal. En menor medida, se despliega la industria del mueble como
segundo foco de producción. Entre sus principales monumentos se
encuentran la ermita y la parroquia de Nuestra Señora del Rosario, que
acoge la imagen de los patrones, la Virgen del Rosario (siglo XVII) y San
José Obrero. El Rubio celebra fiestas en honor a éstos en los meses de
mayo, marzo y agosto, además de conmemorar La Candelaria en febrero. La
gastronomía ofrece platos típicos como el salmorejo, las espinacas
esparragás o los hochíos.
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