(valparaíso, zamora, hacia 1201-sevilla, 1252). Rey de Castilla y León. Rey de Castilla desde 1217, por la muerte de su tío Enrique I * y la renuncia de su madre doña Berenguela, hija del rey Alfonso VIII * . Y, por la muerte de su padre Alfonso IX * , rey de León desde 1230. Con Fernando III se da por concluido el proceso de unidad política de los reinos de Castilla y León definitivamente, si bien el nuevo monarca tiene que hacer frente a la resistencia temporal de algunos nobles castellanos como Álvaro Núñez de Lara, por lo que durante los primeros años de su reinado la gestión diplomática de su madre resultaría decisiva para ganar partidarios y nobles fieles a la unificación dinástica de los dos reinos en la persona de su hijo. La unidad política de Castilla y León, su hegemonía peninsular, el talante conciliador y emprendedor del joven monarca y sobre todo las posibilidades de crecimiento territorial, abiertas tras la victoria cristiana de las Navas de Tolosa en 1212, propician un brillante periodo de expansión militar para todos por el Valle del Guadalquivir, por al-Ándalus * .
Efectivamente, las grandes conquistas andaluzas de Fernando III se dividen en dos etapas. En la primera, iniciada hacia 1224, se observa el interés del monarca por participar en la política interna de los diferentes taifas andalusíes, fomentando intentos cesionistas locales frente a los almohades * . Y así, asistiendo militarmente al rey de Baeza, Abd Allah al-Bayasí, consigue ocupar Andújar y Martos (1225) y la propia plaza de Baeza (1226). Al agravarse la descomposición política de los norteafricanos en la Península Ibérica con la sublevación nacionalista de Ibn Hud, el rey de Castilla, con la ayuda del arzobispo de Toledo, Rodrigo Jiménez de Rada * , conquista Úbeda (1233), Iznatoraf y Santisteban del Puerto (1235) y sobre todo Córdoba (1236). Con el fin del proyecto nacionalista andalusí y la muerte del propio Ibn Hud en 1237, Fernando III comienza lentamente a recibir el vasallaje y el sometimiento político de los diferentes taifas locales como Muhammad b. Nasr, señor de Arjona y más tarde de Granada, al-Bachi en Sevilla, Ibn Mahfuz en Niebla, Aben Abít en Arcos y Jerez de la Frontera, entre otros. Pero también los numerosos mudéjares andaluces de la campiña de Córdoba y Sevilla, los líderes locales de poblaciones rurales como Estepa, Morón, Écija, Carmona, Marchena, Osuna... tienen y gozan de pactos firmados con el rey de Castilla. El objetivo de Fernando III es controlar las fortalezas militares y los núcleos urbanos más importantes de esta comarca mediante compromisos jurídicos (pleitesías) con las autoridades locales mudéjares, que conservan su libertad, su cultura islámica andalusí y sus propiedades rústicas. A cambio, todo ello, de un férreo sistema fiscal, el llamado "pecho de los moros".
Segunda etapa. Con la ocupación de la campiña (1240-1243) "de la futura banda morisca" se inicia la segunda etapa. El objetivo es ahora la conquista de Sevilla y el sometimiento inmediato del bajo Guadalquivir. Para ello Fernando III prepara el reino. En 1246 por el llamado pacto de Jaén con Muhammad I caen en poder castellano Arjona y Jaén, al tiempo que el rey de Granada se considera vasallo de Fernando III y acude a la corte del monarca. A finales de 1248 el rey de Castilla ocupa Sevilla, la antigua capital del imperio almohade en al-Ándalus. Con la conquista de Sevilla culmina la última etapa de las grandes conquistas por el Valle del Guadalquivir, completada con el dominio feudal, más nominal que efectivo, sobre los reinos taifas de Niebla y Granada, sobre la cuenca del río Guadalete hasta el mar por Jerez de la Frontera y Cádiz, hasta el mismo Estrecho de Gibraltar.
En su lecho de muerte, Fernando III entiende que la "reconquista" como tal empresa militar había terminado. Y así se lo hace saber a su hijo Alfonso X con las hermosas palabras que recoge la Primera Crónica General : "Fijo, señor te dexo de toda la tierra de la mar acá que los moros del rey don Rodrigo de Espanna ganado ovieron; et en tu sennorío finca toda, la una conquerida, la otra tributada". Muere el 30 de mayo de 1252 en el Alcázar hispalense y se entierra en la Capilla Real de su catedral.
Fernando III se casa dos veces, con Beatriz de Suabia (1219) y con Juana de Ponthieu (1237), y tiene una prolija descendencia, entre los que destaca lógicamente su hijo y heredero Alfonso X el Sabio. Ningún rey hispánico anterior llegaría a reinar sobre un territorio tan amplio, especialmente en al-Ándalus; por ello es admirado en toda Europa, con relaciones de parentesco y amistad con Luis IX de Francia, con Federico II emperador de Alemania y con Enrique III de Inglaterra, entre otros. Al mismo tiempo es un monarca cristiano temido y respetado por enemigos africanos y granadinos, por príncipes y líderes mudéjares andalusíes, por su amigo personal y vasallo el rey de Granada Muhammad I * . Pero, sobre todo, Fernando III sería, en vida y después de su muerte, un monarca especialmente querido por su pueblo, por aquellos primeros andaluces cristianos del Valle del Guadalquivir, que él mismo había conquistado y repoblado, con evidente fama de hombre honesto, justo, tolerante y santo. Pues al margen de su extraordinaria labor de gobierno, de sus magníficas dotes militares, de su profunda piedad, se destaca hoy con evidente justicia histórica su ambicioso proyecto de una Andalucía tolerante para la convivencia pacífica de las tres culturas: cristianos, musulmanes y judíos. Lo que le lleva a los altares en1671. [ Manuel García Fernández ].
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