(SE). El municipio de El Coronil, con 5.085 h. en 2003, pertenece a la comarca sevillana del Bajo Guadalquivir y su término municipal, 91,20 km 2 , se sitúa en la campiña, cruzado entre otras corrientes por el río Guadalete y cuya única entidad de población, que lleva el mismo nombre, se localiza en la zona norte, bordeada por la carretera A-376, a unos 54 km. de la capital provincial.
Por su situación geográfica es lugar de paso de innumerables pueblos. Los vestigios arqueológicos más antiguos corresponden a la Edad del Cobre y del Bronce Final y muy cerca del casco urbano en dirección a Utrera, en el cerro Casar, se encuentran restos de Salpesa, posteriormente municipio romano que llega a acuñar moneda. A las afueras de lo que actualmente es el casco urbano y, según el historiador Ceán, se pueden detectar las huellas de la "ciudad de los túrdulos", denominada Callet o Calla. En esta última se construye una atalaya de vigilancia para vigilar y controlar a los salpesanos en época celtíbera, siendo la primera edificación que se erige en el cerro originario de la actual villa y que posteriormente será aprovechada por los romanos y musulmanes, ubicándose pequeños núcleos urbanos o fortificaciones.
En 1381 el rey Juan I de Castilla autoriza a don Ruy Pérez de Esquivel, adelantado de Andalucía, para poblar con 15 familias una colina o corona que por su emplazamiento se llama El Coronil. Estas familias son instaladas en el castillo de la villa, convirtiendo algunas de sus estancias en palacio para los señores, Casa de Esquivel y más tarde la Casa de Medinaceli (1419). A finales del siglo XIX cambia su uso al de almazara, después pasa a Cuartel de la Guardia Civil y ya finalmente es utilizado como casa de vecinos. En la actualidad se conservan en buen estado los muros exteriores.
Otra de las propiedades más preciadas del municipio es el Castillo de las Aguzaderas, situado a unos tres km. del núcleo urbano. Originariamente las Aguzaderas es un señorío independiente, pero que junto con el de El Coronil forman un único término municipal. Monumento Nacional desde 1923, es construido por los árabes aprovechando cimentaciones anteriores y reedificado por Ruy Pérez de Esquivel en 1381 para poder ejercer mayor presión sobre los andalusíes de Morón. La peculiaridad de esta edificación versa en que se encuentra en una zona de vaguada para defender el manantial de agua de la fuente de las Aguzaderas, un recurso muy importante para una zona agrícola y de secano. Esta fortaleza es el centro de abastecimiento de una serie de torres albarranas a ella, emplazadas en plena banda morisca. La tradición dice que su nombre proviene del lugar sobre el que está construido, una loncha rocosa de piedra en la que se supone que afilan o aguzan los colmillos los jabalís.
El siglo XVI supondrá para el municipio un periodo de auge. Se comienza a incrementar notablemente la cantidad de tierras destinadas a cultivos, trigo, cebada y olivos que favorecidos por la gran fertilidad de las tierras permiten la celebración de dos ferias anuales. Pero el siglo XVII, con sus sequías, inundaciones y epidemias y la escasa gestión del Concejo elegido por los señores de la villa, frena su crecimiento y es a partir de la segunda mitad de este siglo y durante el XVIII cuando comience a resurgir. Los monumentos más importantes de la época son la iglesia de los Remedios del siglo XVIII, cuyos retablos albergan lienzos y esculturas del XVII y XIX. El antiguo convento de la Santísima Trinidad, que guarda retablos e imágenes barrocas, y la iglesia de la Consolación de origen mudéjar, aunque muy reformada, que cuenta con un retablo mayor neoclásico con la imagen titular del siglo XVI y otras del XVII.
En el siglo XIX existen conflictos entre los duques y los terreros, ya que éstos últimos reclaman los baldíos, comunales y fincas apropiadas por los primeros. Las desamortizaciones hacen cambiar la propiedad de las tierras, pasando la mayoría de ellas a sus arrendatarios tradicionales. En la primera mitad del siglo XX el municipio continuará con su auge demográfico, económico e industrial, llegando a contar en 1950 con unos 9.600 h. A partir de esta fecha esta cifra irá decreciendo en paralelo a la decadencia de la agricultura de secano.
El Coronil sigue sustentando su economía en esta agricultura, cereal y algodón, aunque se están implantando nuevos cultivos como el espárrago. A ello se une nuevos proyectos de desarrollo industrial, de mejora de las infraestructuras y de aprovechamiento de importantes recursos turísticos. El municipio cuenta con un importante patrimonio histórico-artístico: su pueblo blanco próximo a las estribaciones de la sierra de Cádiz; el valor ecológico de la única dehesa autóctona mediterránea en el entorno, La Dehesa de los Pilares; una gran tradición hotelera y una rica gastronomía popular con platos como las alcaparras, sesada, ajo, perejil, albóndigas, morcilla de asadura, los milagrosos panecitos de San Roque; y fiestas de raigambre popular como la del 15 de agosto, en honor a su patrón. [ Francisca Ruiz Rodríguez ].
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