(AL). El término municipal de Mojácar, con una extensión de 72 km2, se sitúa en litoral de la provincia de Almería, en la comarca del Levante. En el año 2005 tiene una población de 6.092 h., de los cuales el 42,3% es extranjero, procedente principalmente del Reino Unido. Esto se debe a la atracción turística y residencial en tanto que el municipio ofrece una alta de calidad de vida, proporcionada ésta por el propio paisaje de un pueblo que se mantiene fiel a su arquitectura y al color de sus casas blancas, sus espacios protegidos, medio ambiente, unas preciosas playas, calas y rincones, la bondad climática del Mediterráneo y la gentileza de sus gentes.
El primer vestigio de presencia humana data del Neolítico y Edad del Cobre (Cueva del Algarrobo). Luis Siret excava entre 1881 y 1934 la zona, hallando numerosas necrópolis (Loma de Belmonte o el Cabecico del Aguilar) y la Cultura del Argar (1800-1200 a.C.), la primera sociedad organizada de la Península Ibérica (Castellón de Gátar), después de los tartesos. Muchos autores coinciden en hablar de "Mojácar la vieja", asentada en plena cuna de la cultura argárica (2.000 años a.C ). En la Edad del Hierro (siglos X-V a.C.) llegan los celtas, los fenicios y griegos que explotan la riqueza minera de Sierra Almagrera. Los romanos comienzan a conquistar estas tierras a finales del siglo III a.C.
Tras el periodo visigodo (siglos V-VIII), en el musulmán, Mojácar experimenta un gran desarrollo, y por su número de habitantes y situación privilegiada constituía plaza inexpugnable, en zona de frontera, situada en Mojácar la Vieja. Desde aquí se domina todo el valle, y poseía uno de los aljibes más impresionantes del antiguo reino de Granada. Durante el Califato de Córdoba está en la cora o provincia de Pechina y en el XI forma parte de la taifa de Almería y del reino almohade de la misma capital en el XIII. Se cree que a finales de ese siglo es cuando el lugar empieza a ser abandonado y comienza a conformarse el núcleo urbano actual de Mojácar (Mojaquer citado por Ibn al Jatib), que aun hoy conserva la huella morisca en sus calles y casas, constituyendo parte de su éxito turístico, al igual que se mantiene la artesanía (jarapas, ebanistería, joyas?) y la gastronomía.
En 1488 tiene lugar la conquista de Mojácar y obtiene el título de ciudad, quedando en principio la mayor parte de la población autóctona, si bien después hay expulsiones, de las que algunos estánexentos y otros regresan, llegando en el XVI cien familias cristianas procedentes principalmente del reino de Murcia. En 1518 la villa sufre los efectos destructores de un terremoto, pero rápidamente es reconstruida por orden del emperador Carlos V. En esta época, la ciudad estáamurallada y el arrabal quedaba afuera de la población, y en él probablemente habitaba la colonia judía. La principal fuente de vida es la defensa costera hasta la desaparición de la piratería a finales del XVIII, y será en este siglo cuando se ponen en cultivo las nuevas tierras en las estribaciones de Sierra Cabrera, con el sistema morisco de abancalar las laderas, dedicadas al olivo, la vid, la higuera y el algarrobo, al tiempo que se abandona la antigua economía andalusí de la seda. En esta fecha se cifra una población de unas 10.000 personas, que desde luego no podían proceder sólo de las cien familias citadas. La presencia religiosa es intensa, pues a finales del XVIII y la villa cuenta además de la Iglesia con cinco ermitas: San Sebastián, Espíritu Santo, San Agustín, San Ramón y la Virgen de los Dolores, celebrándose en honor a San Sebastián la fiesta de moros y cristianos, recuperada en la actualidad.
En el siglo XIX el municipio sufre incursiones de las tropas francesas, la fiebre amarilla y viruela (1812). Con el descubrimiento, a partir de 1838, de un filón de plata en Sierra Almagrera, se ponen en Mojácar y alrededores varias minas en explotación, instalándose un alto horno de fundición de plomo en la playa, que será el primero de Almería y segundo de España. Será un periodo de crecimiento, alcanzando 6.382 h según el censo de 1887.
En los años treinta del siglo pasado se cierran todas las minas y se entra en una grave crisis, lo que provoca una oleada de emigraciones hacia Argentina y Estados Unidos. Entre los emigrados, dice la tradición que José Guirado Zamora, nacido en Mojácar en 1901, llega a ser famoso con el nombre de Walt Disney. La Guerra Civil, la posguerra y la sequía sumen de nuevo a Mojácar en una profunda depresión, llegando al mínimo histórico de 300 h. Los mojaqueros de nuevo emigran ahora hacia Cataluña, Andorra, Francia y Alemania.
A mediados de los años cincuenta el pintor almeriense Jesús de Perceval funda el Movimiento Indaliano, que encuentra su capital estética y sus raíces en Mojácar. Pero será la iniciativa del ayuntamiento (y en particular del alcalde don Jacinto, de ofrecer solares gratis a quien restaure una casa derruida), de vender Mojácar como escenario de películas y de otorgar todo tipo de facilidades a instalarse en ella, lo que atraiga a intelectuales, artistas, periodistas, diplomáticos, bohemios, etc., fascinados por aquel enclave único, por la bonanza de sus gentes, su luz y sus playas. Se comienzan a construir hoteles, complejos, urbanizaciones y se consigue encalar de blanco sus casas y presentar un pueblo blanco y sinuoso con pequeñas casas, terrazas, cúpulas, arcos y minaretes, contemplándose desde el mirador de la Plaza Nueva una buena panorámica de sierras y playas. Desde la plaza el Ayuntamiento se llega a la plaza de las Flores, antiguo zoco, y algo más arriba, la Puerta de la Ciudad, único acceso de la amurallada medina. A finales de los sesenta se le concede el premio ?embellecimiento y mejora de los pueblos de España?. Hoy, es uno de los municipios turísticos más importantes de la provincia (con dos partes: el pueblo y las urbanizaciones en la costa de 17 km. de longitud) y uno de los más ricos con una alta renta media declarada en el 2003, de 14. 928,48 euros, superior a la media andaluza (14.159,6 euros).
Pero no se conocerá del todo Mojácar sin hablar de sus personajes como Henry Higgins, el primer torero británico y quizás el último; Fritz, el prodigioso pintor neoyorquino que de pequeño vivió en Hawaii, hippie y anárquico, médico y delineante; Win Wells famoso dramaturgo; el Mariscal de aviación Purcell, héroe de la segunda guerra Mundial, así como Kate la irlandesa, que reconocía haber sido pieza clave de la M.I.5 (servicio de espionaje británico); Mike (Solo) Connolly, líder del grupo británico Flying Vultures y el irrepetible William (Bill) Nappier, famoso industrial británico. [ Francisca Ruiz Rodríguez ].
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