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SANLÚCAR, MANOLO |
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(sanlúcar de barrameda, cádiz, 1943).
Guitarrista, de nombre Manuel Muñoz Alcón. En la
guitarra le inicia su padre, Isidro Muñoz Raposo, más conocido como
Isidro Sanlúcar
*
, panadero y guitarrista al viejo estilo, cuya casa
es lugar de encuentro de cantaores, guitarristas y aficionados. Manolo
pronto sigue sus pasos y también sus otros hermanos, en especial Isidro,
se decantan en distinta medida por la guitarra. Mientras aprende trabaja
en la tahona junto a su padre, hasta los 14 años, cuando comienza a
actuar profesionalmente.
Con el apoyo de su madrina artística, Pastora Pavón
Niña de los Peines, el joven guitarrista ocupa un espacio privilegiado a
la vez que convive y acompaña a las grandes figuras de la época, como
Pepe Marchena ?con quien debuta en 1957?, con quienes va recibiendo el
preciado legado histórico de la cultura flamenca. También acompaña a La
Paquera, realizando entonces sus primeras grabaciones como acompañante. A
finales de los sesenta, se incorpora al tablao madrileño de Las Brujas,
junto a Terremoto, Carmen Moreno, Romero de Jerez, El Chato de la Isla o
los Hermanos Reyes.
No había cumplido los 30 y ya se le consideraba en
plenitud artística, a raíz de la publicación en 1972 de su primer disco
en solitario,
Mundo y formas de la guitarra flamenca
. Y es que, desde los 18, dejando a un lado el
flamenco habitual, comienza a investigar y a modelar su peculiar
interpretación y concepto de la música flamenca, afianzándose poco a
poco, no sólo como instrumentista privilegiado sino como creador, que
interviene activamente en la renovación del toque y el flamenco que tiene
lugar durante los años sesenta, de la mano de su compadre Paco de
Lucía
*
o de otros intérpretes como Víctor Monge Serranito.
Más allá de su casa, quienes más le influyen en sus principios, según
declaración propia, son Niño Ricardo
*
y Diego del Gastor
*
. El primero por su sensibilidad, su aportación
fundamental a la guitarra flamenca, su toque tan impregnado de
sentimiento, y el segundo por su aire de antiguo verdadero. Pronto
comienza a investigar, consciente de que la guitarra tiene infinitas
posibilidades que apenas habían sido exploradas antes. La más ambiciosa
de sus aportaciones a este arte es su permanente búsqueda para integrar
el flamenco en la música sinfónica:
Fantasía para guitarra y orquesta
,
Trebujena
,
Medea
y
Soleá
?que en forma de ballet recorrieron el
mundo?,
Tauromagia
o
Aljibe
son algunos de los capítulos de dicha búsqueda.
Algunas de ellas pasan al disco. También compone Manolo Sanlúcar, sobre
idea de Lebrijano, una especie de ópera flamenca destinada a
representarse en los escenarios, aunque hasta ahora no se ha
hecho:
Ven y sígueme
.
Tras algunos éxitos comerciales en los sesenta,
triunfa una década después con su rumba ?Caballo negro?. A partir de ahí,
como ya se ha dicho, inicia su pesquisa armónica con
Trebujena
, concierto para guitarra y orquesta en Re Mayor,
abre una puerta más al flamenco, por el camino de la música clásica, Y
constituye toda una revelación compositora partiendo de las raíces
flamencas. Su
Medea
compuesta para el Ballet Nacional de España ha
dado la vuelta al mundo, triunfando en los más importantes escenarios.
Más de mil representaciones con el Ballet Nacional de España, hacen de
ella una de las obras emblemáticas de la compañía.
Tauromagia
, que marca un hito en la música flamenca, es un
recorrido musical que realiza el autor por el mundo de los toros. Temas
en que las guitarras y la voz (con un coro de cuerdas, metales y
percusiones) van desgranando nota a nota la historia del arte de la
lidia. Desde el nacimiento del toro en la dehesa (Nacencia) hasta la
salida triunfal del torero por la puerta grande (Puerta del Príncipe) se
suceden, encadenados armónicamente, los momentos de esperanza, temor,
alegría, muerte y gloria que componen la Fiesta. Es un trabajo cargado de
belleza, emoción y equilibrio, demostrando la madurez de Manolo Sanlúcar
como compositor y músico. Su obra
Soleá
se estrena en diciembre de 1988 y es puesta en
escena por el Ballet Nacional de España, con el que realiza la gira
correspondiente por Estados Unidos y Reino Unido. En esta obra, Manolo
Sanlúcar penetra en lo más profundo del alma andaluza de la mano de dos
mujeres del pueblo. Su narrativa, a veces dramática, a veces alegre,
refleja el día a día de Andalucía a través de una obra musical en que la
armonía de sus notas y la belleza melódica subyuga desde su
inicio.
Desde el Teatro Real de Madrid al Karl Marx de La
Habana, su guitarra ha llenado estadios de fútbol y ha sonado en ciudades
de Australia, Alemania, Dinamarca, Francia, Italia, Bélgica, Israel,
Brasil, Argentina, Bolivia, Estados Unidos, Turquía o Grecia, más de 50
países en los cinco continentes. Sus discos son lanzados en Australia,
Bolivia, Brasil, Ecuador, Francia, Alemania, Holanda, Israel,
Japón...
Es el autor de la música ?La Gallarda? de Rafael
Alberti, obra estrenada el 20 de abril de 1992 y con la que se inauguran
las actividades culturales de la EXPO ?92 en Sevilla, con la
participación de Montserrat Caballé, Ana Belén, José Sacristán, Ballet
Lírico Nacional y dirección de Miguel Narros. Diez años más tarde,
compone la partitura de
Mariana Pineda
, ballet escénico de Lluis Pasquall para Sara Baras
y que interpretaría al toque José María Bandera. En 1992 estrena
mundialmente en Málaga su poema sinfónico
Aljibe
, sinfonía flamenenca para guitarra, orquesta
sinfónica, voces masculina y femenina y percusiones. Asimismo es director
musical de la película
Sevillanas
dirigida por Carlos Saura, e interviene en
Flamenco
, del mismo cineasta. Por encargo de la Universidad
de Málaga, compone e interpreta la banda sonora de
La Enciclopedia Electrónica de Andalucía
presentada en el pabellón de Andalucía de la
EXPO?92. Es también autor de la banda sonora del documental japonés sobre
la romería del Rocío, titulado Viva la Blanca Paloma. En 1997 es nombrado
miembro de la Real Academia Provincial de Bellas Artes de Cádiz. Uno de
sus trabajos más arriesgados es
Locura de Brisa y Trino
, con poemas de Federico García Lorca, y la
participación especial de Carmen Linares al cante. En el año 2000 se le
concede el Galardón Flamenco Calle de Alcalá y el Premio Nacional de
Música.
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