|
PLATERESCO |
VOLVER |
|
Estilo protorrenacentista que surge a
comienzos del siglo XVI y que mezcla rasgos del gótico final con otros
más propios del Renacimiento, como el arco de medio punto, la pilastra,
la columna o el balaustre, y el candelieri o el grutesco. Por lo general,
el plateresco forma conjuntos no demasiado armónicos en portadas y
ventanas, que llaman la atención por sus suntuosas superficies labradas,
que imitan el trabajo de los orfebres y que sirven para acuñar el nombre
de "plateresco".
El foco plateresco más importante de Andalucía se
sitúa en el antiguo reino de Jaén y su inicio se puede situar en torno a
1515. En la iglesia de San Andrés de Baeza se encuentra uno de los
ejemplos de portada plateresca más temprana, en la que sin abandonar
recursos góticos como la molduración de las arquivoltas de los arcos y el
empleo de la crestería, se utilizan columnas superpuestas completamente
labradas para enmarcar la puerta de medio punto. Otros ejemplos tempranos
de plateresco se sitúan en la cercana Úbeda, tanto en edificios civiles
como religiosos. La traza de la portada de la iglesia de Santo Domingo,
realizada entre 1522 y 1525, se le atribuye a Diego de Alcaraz, a quien
también se le atribuye toda una serie de portadas del plateresco
ubetense, como la decoración exterior de la Casa de las Torres y la casa
de la calle Montiel. De igual forma, en la provincia de Jaén encontramos
otros edificios platerescos más tardíos, como la iglesia de San Pedro en
Sabiote, la iglesia parroquial de Santa María en Torreperogil, Santa
Marina de Alcaudete y, de nuevo en Baeza, el edificio de las Carnicerías,
hoy Ayuntamiento.
Conforme avanza el siglo XVI, el plateresco se va
extinguiendo a favor de la sobriedad decorativa del pleno Renacimiento,
no sin antes dejar ejemplos de gran belleza repartidos por toda la
geografía andaluza. Así, en Granada destaca la iglesia de San Cecilio, el
edificio de la Lonja "con un preciosista diseño de Juan García de
Pradas", la portada del palacio de los señores de Castril o la decoración
interior del castillo de La Calahorra; en Almería, es de gran belleza la
decoración plateresca de los interiores del castillo de Velez-Blanco, por
desgracia vendida al Mepropolitan Museum de Nueva York; en Málaga, el
programa decorativo de las cúpulas de la Catedral; en Sevilla, el
Ayuntamiento de Sevilla "una de las obras más universales del plateresco
andaluz", la decoración interior de la Casa de los Pinelo, el ábside de
la Capilla Real y la Sacristía Mayor en la Catedral, el palacio de los
condes de Valhermoso y Torres Cabrera, en Écija, o la colosal portada de
Santa María de la Mesa, de Utrera; en Córdoba, la decoración interior de
la Catedral o la parroquia de La Asunción en La Rambla; y en Cádiz, la
iglesia prioral de Nuestra Señora de los Milagros, en El Puerto de Santa
María.
El estilo plateresco también deja bellos ejemplos en
el apartado de la retablística, con conjuntos tan singulares como los
retablos mayores de la Capilla Real de Granada, la parroquia de
Fuenteobejuna (Córdoba), Santa María de la Asunción en Carmona (Sevilla),
Santa María en Linares (Jaén), Santa María de la Coronada en Medina
Sidonia (Cádiz), o el de la parroquia de Santa María la Mayor en Baena
(Córdoba).
|
|