(MA).Municipio situado a 39 km. de la capital malagueña, perteneciente a la comarca del Valle del Guadalhorce * , con una altitud en su cabecera de 222 m. sobre el nivel del mar. Posee una superficie de 169 km 2 y 12.538 h., de los que más de 8.200 viven en la localidad de Álora, y el resto en pequeñas aldeas pertenecientes a este municipio. Existen casi 500 viviendas de segunda residencia. La población extranjera alcanza el 1,05%, habiéndose producido un decrecimiento demográfico del "6,11 % en el periodo intercensal 1991-2001. La población mayor de 65 años es del 16,82 %, y la renta per cápita familiar se sitúa entre los 6.975 y 7.800 euros.
Álora se encuentra en una zona montañosa del sistema Penibético, al pie de la Sierra de Hacho y de las Aguas, sobre un monte quebrado y de gran pendiente, y está regada por el río Guadalhorce. En su economía la actividad agraria tiene un gran peso. 2.955 ha están dedicadas a los cultivos herbáceos y 4.302 ha son de cultivos leñosos. Entre los herbáceos destaca en regadío (debido al río Guadalhorce ) el melón y en secano el trigo, mientras que los principales cultivos leñosos en regadío son el limonero, el naranjo y las mandarinas de diversas variedades, y en secano el olivar (también se da no obstante los almendros, granados, algarrobos y vides) destinado a aceite y aceituna de mesa, dándose la variedad de la manzanilla denominada aloreña .
Otras actividades económicas son el comercio, la hostelería, la construcción y el almacenamiento. Algunas de las principales actividades industriales son las agroalimentarias, el curtido de piel, la cementera y el turismo rural, que se potencia en los últimos años apreciándose un incremento de esta actividad. Con respecto a los equipamientos sociales, Álora posee nueve centros de enseñanza básica, seis de enseñanza secundaria y uno de educación de adultos, un centro de salud y una biblioteca pública. En lo que se refiere a comunicaciones Álora se encuentra bien enlazada con Madrid y Málaga gracias a la vía férrea Madrid-Bobadilla-Málaga. Igualmente la conexión con la capital provincial por carretera es buena.
La historia de Álora se encuadra en las antiguas civilizaciones del Mediterráneo, con vestigios prehistóricos (hachas neolíticas en el Hoyo del Conde o el Sabinal). En tiempos romanos la llaman Iluro y los árabes la denominan Alura (de donde procede su nombre actual). Territorio de paso controlado por los musulmanes desde el siglo VIII, como ciudad fronteriza está expuesta a continuos ataques bélicos por ser llave de salida desde las tierras interiores hacia el mar. Se constituye en baluarte apetecido de los reyes castellanos que, en vano, durante la Edad Media, buscan una penetración hacia Málaga o hacia otras tierras del Reino de Granada. En Castilla se tienen noticias de esta población desde los tiempos de Omar Ben Hafsun, que intenta pactar con Alfonso II El Casto de León, aunque con resultados insatisfactorios. En 1184 la sitia Alfonso VIII sin obtener resultado alguno; en 1319, don Juan y don Pedro, tutores de Alfonso XI; en 1407, Juan II; en 1456 Enrique IV y en la primavera de 1494 es conquistada finalmente por Fernando el Católico tras largas luchas. Reinando Felipe II, los moriscos de las Alpujarras se sublevan secundados por los de la serranía dando lugar a una feroz represión en la zona.
Según el Catastro del Marqués de la Ensenada, Álora contaba en el siglo XVII con 500 h. Todo hace suponer que la Iglesia Católica debía poseer cuantiosas riquezas, pero la desamortización de Mendizábal privatiza estos bienes, desapareciendo fundaciones y capellanías. Durante la invasión francesa, en Álora se dieron episodios de patriotismo propios de la Guerra de la Independencia. En la torre de la iglesia aún quedan los impactos de bala que derribaron la placa conmemorativa de la Constitución de Cádiz, disparos efectuados por un escuadrón de la caballería francesa, que el día 1 de agosto de 1823 destituye al Ayuntamiento Constitucional. El siglo XIX tiene en la historia de Álora escaso relieve exterior. Está marcado por luchas intestinas entre absolutistas y constitucionalistas, carlistas e isabelinos, progresistas y moderados, y republicanos y monárquicos. Con los comienzos del siglo XX, de casi idénticas características que el XIX, se inician las emigraciones, sobre todo hacia América. Las décadas de los cuarenta y cincuenta son difíciles debido a la penuria económica y los trabajos de reconstrucción tras la Guerra Civil. En los años sesenta Alemania, Australia y Suiza acogen a los emigrantes de Álora.
Dentro del patrimonio de Álora se conservan algunos lienzos de las antiguas murallas y restos de los torreones de la fortificación (Castillo de las Torres), destacando una puerta islámica de bastante mérito artístico. Es notable la Iglesia Parroquial de la Encarnación, del siglo XVII, el bello Convento de las Flores y la Cruz del Humilladero, que conmemora la rendición de los musulmanes. Las fiestas más populares son la Semana Santa, con la "Despedía" (no se conoce otro lugar donde se realice este rito de arrodillar los "tronos"), y la fiesta de Verdiales de las Cruces el día 1 de Mayo. A finales del mes de julio se celebra el Festival de Cante Grande; a primeros de agosto es la Feria Real; y el domingo siguiente al 8 de septiembre la Romería de la Virgen de la Flores. En su gastronomía destacan las Sopas Perotas (que se comen con frutas del tiempo), los bolos, el majillo de espárragos, el calabacete, los roscos de aguardiente, las empanadillas de batata y el helado de avellana. [ Guillermo Alfaro Sánchez ]
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