(SE).Comarca al suroeste de la provincia de Sevilla que incluye a los municipios de Albaida del Aljarafe, Aznalcázar, Benacazón, Bollullos de la Mitación, Carrión de los Céspedes, Castilleja del Campo, Huévar del Aljarafe, Isla Mayor, Olivares, Pilas, Puebla del Río, Sanlúcar la Mayor, Umbrete, Villamanrique de la Condesa y Villanueva del Ariscal. El Aljarafe-Marismas es una comarca natural entre el Guadalquivir y el Guadiamar, el Campo de Tejada y las Marismas "que ya queda enmarcado a este y oeste por la aglomeración urbana de Sevilla y el límite provincial con Huelva", y con dos cabeceras, Sanlúcar la Mayor y Puebla del Río. Se trata de un ámbito que no tiene una circunscripción histórica, si bien algunos núcleos son antiguos y en el Califato de Córdoba aparece el topónimo Aljarafe, así como en el Censo de 1594. En varias comarcalizaciones consta con ese nombre o como Sanlúcar la Mayor, cabecera de partido judicial desde 1834, englobando Pilas, Villamanrique y Aznalcázar hasta la Marisma. Y como este espacio anfibio natural está separado en dos provincias, casi obliga a unir Aljarafe marisma, porque otra demarcación marismeña sería fraccionar demasiado. La unión queda patente en la coincidencia "excepto el caso de Salteras" con un Proder llamado Aljarafe-Doñana.
Este ámbito territorial constituye un mosaico de plataforma-campiña, vega y marisma. El territorio está compuesto de la suma de varios ecosistemas resultado de la interacción de la diversidad del relieve, un clima benigno y de una red fluvial con régimen torrencial. Hacia el norte, las campiñas margosas de escasa altitud (menos de 50 m.), situadas al pie de Sierra Morena y los relieves tabulares de limos y arenas (100 m. por encima del valle), van disminuyendo en altitud poco a poco conforme nos vamos acercando al sur, a las Marismas del Guadalquivir (menos de 35 m.).
Los recursos hídricos constituidos por las aguas provenientes de tres acuíferos y de las superficiales embalsadas, representan una de las fuentes de riqueza más importantes de la comarca: acuífero Aljarafe, aluviales de los ríos Agrio-Guadiamar de escasa anchura y por último, quizás el más polémico e importante por su influencia en el espacio de Doñana * , el acuífero Almonte-Marismas (acuífero 27). La explotación de estas reservas hídricas, sobre todo las de los dos últimos, se incrementan considerablemente en el tramo medio y bajo de la cuenca del Guadiamar para el abastecimiento urbano de la zona de El Campo y para el regadío de unas 6.194 ha en el valle. Completa su explotación las numerosas captaciones para el regadío de extensas áreas de cultivos situadas más al sur (Plan Almonte-Marisma), lo que incluso ha planteado problemas de sobreexplotación del acuífero en el sector de Doñana.
La comarca forma parte de uno de los espacios naturales más importantes de Europa, el Parque Natural y Nacional de Doñana. En particular, cuenta con el espacio de las Marismas al sur de Villamanrique de la Condesa y las de Isla Mayor que se conecta al Corredor Verde del Guadiamar (Aznalcázar), espacio protegido que al igual que el resto de toda la ribera del Guadiamar se ve gravemente amenazado por la rotura de la balsa de estériles de la mina de explotación de pirita propiedad de la empresa sueco-canadiense Boliden-Apirsa (Aznalcóllar) en abril de 1998.
Economía rural. En esta catástrofe medioambiental, una de las mayores de los últimos años en Europa, se vierten al cauce del río Agrio, afluente del Guadiamar, más de 4,5 toneladas de residuos sólidos de pirita (lodos) y de aguas ácidas con metales pesados en suspensión. El vertido produce una riada que afecta a 62 km. de su cauce y llanura de inundación desde la balsa hasta el final del tramo encauzado por el que discurre en la zona de marisma, denominado Entremuros, hasta el límite con el Parque Nacional de Doñana. Las consecuencias para el entorno son muy graves, perjudicando de manera directa al medio natural y socioeconómico de la zona aparte de la pérdida de imagen y alarma social, y en un futuro serán aún peores debido al denominado "impacto latente". Por ello, la Administración responde a través de la restauración del cauce del río y de la vegetación de ribera con la creación de una figura territorial de protección denominada Corredor Verde que comprende toda la zona deteriorada por el vertido.
La comarca se configura como un espacio predominantemente agrícola, pero diferenciado. En la parte alta está el Aljarafe eminentemente agrícola y urbano, densamentepoblado, y desde un punto de vista funcional bajo la
centralidad de Sanlúcar la Mayor (10.858 h.). Los suelos escasamente desarrollados, poco permeables y con pobre drenaje condicionan la aparición de cultivos de secano, principalmente trigo y girasol. No obstante, ascendiendo a la plataforma predominan los suelos rojos mediterráneos muy aptos para el cultivo del olivar. Conforme bajamos hacia el sur nos acercamos a la marisma, zona húmeda protegida, agrícola y secundariamente ganadera (reses bravas), mucho menos poblada y funcionalmente dependiente de Puebla del Río (10.499 h.). La actividad agrícola de esta zona se centra en el cultivo del olivar y sobre todo de herbáceas. Un amplio sector de marismas es transformado en arrozal o desecada para otros cultivos basándose en grandes explotaciones que le otorgan unas características culturales e identidades poblacionales propias y asimiladas ya con el paso del tiempo.
De especial mención es el cultivo herbáceo encharcado en los municipios de Puebla del Río e Isla Mayor, adquiriendo este espacio la condición de zona húmeda. La marisma arrocera (38.585 ha.) es el producto de la colonización reciente a partir de los años treinta, por la que se drena y, en parte, desaliniza la marisma. Se trata de terrenos tradicionalmente no cultivados, dedicados a la ganadería caballar y del toro de lidia y que son conquistados por la agricultura en los últimos 50 años. Un espacio que pasa de marisma a arrozal, lo que no supone un gran cambio paisajístico, aunque sí hay toda una geometrización de canales, desagües, muros, parcelas de gran tamaño y la instalación de nuevos núcleos de población.
Aunque la actividad agrícola sigue siendo la principal fuente de riqueza de este espacio (31,7% de la población activa), la comarca experimenta una serie de cambios profundos en su base productiva. Se produce una gran transferencia económica hacia el sector de la construcción (17,7% de la población activa), ligada a la cercanía geográfica y el gran crecimiento urbano por el oeste de la ciudad de Sevilla en la segunda mitad del siglo XX. Igualmente, la zona norte de la comarca, el Aljarafe, se ve modificado por los tradicionales y permanentes flujos migratorios hacia la ciudad de Sevilla por elevados movimientos diarios de personas que se desplazan a sus respectivos lugares de trabajo en el área metropolitana. Sin embargo, la zona sur, marismeña, con una estructura demográfica igualmente joven, sigue manteniendo un saldo migratorio negativo ya que no experimenta aún grandes cambios económicos.
En definitiva, el futuro de la comarca pasa por impulsar el desarrollo endógeno a través de la promoción de la diversificación y apertura a los mercados exteriores de la economía rural y, en particular, de la actividad agraria con la expansión de nuevos cultivos intensivos de regadío como cítricos y melocotón. En segundo lugar, se requeriría un crecimiento industrial que se empieza ya a dar en base a la proximidad de la ciudad de Sevilla, a las buenas comunicaciones comarcales y externas al estar atravesada de Este a Oeste por la autovía A-92 (Sevilla-Huelva) y la N-431, y de Norte a Sur por la carretera SE-523, y a la existencia tanto de actividades industriales tradicionales (almazaras de aceite, aderezo de aceitunas, fabricación de alcohol e industrias vinícolas) como a la capacidad de atraer nuevas industrias vinculadas al proceso de descentralización productiva y espacial del área metropolitana. En tercer lugar, este proceso se produce mediante el desarrollo urbanístico de los núcleos de población al contar con suelo residencial para atraer a la población de la ciudad de Sevilla. Y por último, a través del aprovechamiento de la actual demanda de turismo rural y de actividades de ocio, ya que la comarca goza de importantes recursos turísticos, sin explotar actualmente, asociados a su patrimonio natural, cultural y social.
Riqueza paisajística. De una parte, la zona del Aljarafe posee un importante potencial cultural, monumental y paisajístico: rutas gastronómicas de la aceituna, casas de labranza, vestigios mudéjares en muchas parroquias que fundaron los cristianos y que se asentaron sobre las propias mezquitas islámicas (Sanlúcar la Mayor) o numerosos cortijos fortificados de origen musulmán (Torre Mocha de Albaida del Aljarafe). Además, la naturaleza del Aljarafe es un considerable activo por sus espacios de valor ambiental-pasajístico que permite la creación de cinturones verdes que ponen en contacto esta comarca con toda la aglomeración urbana de Sevilla a través de itinerarios pecuaturísticos y de la vía verde de Itálica, que pasa por los términos municipales de Camas, Santiponce, Valencina de la Concepción, Sanlúcar la Mayor, Salteras y Olivares, en los que se puede desarrollar el senderismo, cicloturismo y turismo ecuestre.
Por otra parte, el principal recurso turístico de la zona de marismas de los términos municipales de Aznalcázar, Pilas, Puebla del Río, Isla Mayor y Villamanrique de la Condesa, estriba fundamentalmente en el valor ecológico y paisajístico del ecosistema marisma y del contacto de éste con el monte (Parque Natural y Nacional de Doñana, Corredor Verde y otros espacios naturales públicos y/o privados). En este espacio, a pesar del cerramiento turístico que mantiene, está empezando a surgir el turismo de esparcimiento, deportivo, centrado en la caza y pesca, y ambiental, gracias a su ubicación dentro del Parque Natural y Nacional de Doñana, que la convierten en una zona atractiva para estudios científicos, biológicos y ornitológicos. Su cercanía al río Guadalquivir y al Parque Nacional de Doñana hace que miles de aves se alimenten en los cultivos del arrozal, ubicándose en Puebla del Río la única Reserva Natural Privada de España en donde coexiste una gran variedad de especies acuáticas que tienen a dicho paraje como zona de nidificación e invernación (Cañada de los Pájaros). Igualmente, en unión con el espacio marismeño y con la ganadería brava y caballar comienza a desarrollarse el agroturismo a través de la apertura de algunos cortijos para su visita y participación en espectáculos ligados a estos animales en Puebla del Río.
Además del valor natural, el sector marismeño goza de una importante riqueza monumental e histórica. Entre los recursos más importantes destacan yacimientos con restos tartésicos (Villamanrique de la Condesa), la necrópolis romana de los Navarros y el puente sobre el río Guadiamar (Aznalcázar), las iglesias mudéjares de San Pablo (Aznalcázar) o la parroquia de Nuestra Señora de la Granada (Puebla del Rio), así como edificios singulares para la historia de la comarca, en concreto aquellos que están vinculados tanto al nacimiento del cultivo de arroz a principios del siglo XIX y su posterior desarrollo a lo largo del XX, como a la compañía de ingleses que controlaban la marisma (Las Casitas de los Ingleses en el poblado de Villafranco, hoy municipio de Isla Mayor), antiguos albergues que servían de alojamiento a los jornaleros y los poblados de colonización como el de Alfonso XII (Isla Mayor).[ Francisca Ruiz Rodríguez ]
Para más información, visite Wikanda: http://www.wikanda.es/wiki/Marismas_del_Guadalquivir
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