(CO). La comarca del Alto Guadalquivir está situada en la parte más septentrional del Valle del Guadalquivir cordobés. Tradicionalmente incluida en el ámbito geográfico denominado la Campiña, actualmente conforma, junto con la comarca del Medio Guadalquivir, un eje a lo largo del Valle del Guadalquivir en torno al municipio y ciudad de Córdoba, que actúa como centro del mismo como consecuencia de agrupar las principales funciones, servicios, infraestructuras y equipamientos provinciales. Y es que por este eje discurren las principales infraestructuras viarias de Andalucía, como la autovía Sevilla-Madrid y las líneas de ferrocarril tradicionales (Madrid-Cádiz) y de alta velocidad (Sevilla-Madrid). Además, la comarca del Alto Guadalquivir, como la del Medio Guadalquivir, es un ámbito donde históricamente han dominado las actividades agrarias, lo que le confiere un carácter de espacio periférico, de descentralización y de acceso a la capital provincial.
Desde el punto de vista físico, en la comarca podemos encontrar dos espacios diferenciados. Por un lado, en la parte centro y sur predomina la ausencia de relieve y la presencia de tierras de suelos fértiles (sedimentos terciarios y cuartenarios, principalmente margas y arcillas), lo que ha permitido el desarrollo de una agricultura de secano (el 54,5% del territorio se dedica a este uso) y cultivos de olivar, que son la principal seña de identidad de su paisaje agrario. Sin embargo, al norte de la comarca se encuentra una morfología distinta, determinada por la aparición de las típicas dehesas pedrocheñas de suelos rojos y de las primeras serranías del borde de Sierra Morena, que pertenecen al parque natural de Sierra Cardeña y Montoro (gran parte de él comprendido en esta comarca), alcanzándose una cota máxima en el pico Colomena con 820 m. Aquí, en el espacio natural, se mezclan en un difícil equilibrio los aprovechamientos agrícolas y ganaderos con el mantenimiento de las especies mediterráneas vegetales (encinas, acebuches, quejigos, alcornoques, pinos) y animales (lobo, lince y águilas imperial, real y calzada). Esto se debe a la existencia del roquedo de Sierra Morena y sus grandes pendientes, que originan suelos pocos productivos, por lo que los aprovechamientos agrícola y ganadero son escasos. De ahí que esta parte de la comarca del Alto Guadalquivir se convierta en lugar idóneo para el desarrollo de actividades económicas alternativas para sus habitantes, como pueden ser las relacionadas con el turismo de interior o rural, además de mantener los recursos para pobladores y agricultura. El relieve contribuye a que el clima mediterráneo se haga algo continental, lluvioso y fresco, con temperaturas elevadas en verano y suaves en invierno (17,4ºC de media), y lluvias en primavera-otoño que no superan los 500 mm., dando lugar a una vegetación exuberante y rica denominada "maquis".
El predominio de una morfología física suave en la zona media y sur de la comarca del Alto Guadalquivir facilita la concentración de la población en unos pocos núcleos en esta parte del ámbito (en torno al 80% de la misma), de forma que encontramos aquí las principales ciudades de la comarca (Montoro, Bujalance y Villa del Río). A su vez, la inexistencia de condiciones geográficas que impidan el desarrollo de conexiones también determina el trazado radioconcéntrico de las infraestructuras viarias que comunican los asentamientos, de forma que ninguna trama o eje predomina sobre el resto.
Demografía y economía. Al igual que otras tantas comarcas y ciudades andaluzas y españolas, el Alto Guadalquivir experimenta los cambios generalizados en los comportamientos poblacionales debidos a la transición demográfica de los años setenta y al predominio de actividades agrarias que no pueden mantener el nivel de vida. Así, se puede ver cómo esta comarca sufre un proceso acusado de pérdida de población desde 1960 (una tercera parte en ese periodo) y de densidad (de 49 a 33 hab./km 2 ), pasando de tener un crecimiento vegetativo del 3,8" anual en 1981 a un descenso del 1,5" anual en 1998. Sólo con una tasa de migración positiva (4,2" en 1998) se explica que la población se haya estabilizado en la pasada década. Además, su población presenta estructura muy envejecida, con casi los mismos componentes de jóvenes que de ancianos (un 19,3 y un 17,1%, respectivamente). De ahí, que ésta sea una comarca poco poblada (43.215 habitantes en 2001), con una baja densidad de habitantes (33 h./km 2 ) y con una estructura de poblamiento formada por pocos núcleos de población (2,05 núcleos por cada 100 km 2 ) y de cierto tamaño. En función de este último, los asentamientos se pueden agrupar en dos tamaños: el primero, que es el más numeroso, está formado por núcleos de menos de 5.000 habitantes (Pedro Abad, Cañete de las Torres, Villafranca de Córdoba, El Carpio y Adamuz); y el segundo comprende las principales ciudades de la comarca (Montoro, Bujalance y Villa del Río), que superan los 7.000 habitantes. En conclusión, la estructura del poblamiento no presenta una clara centralidad, sino que podemos decir que existe una cierta dualidad que puede servir de base para un desarrollo de infraestructuras y servicios más equilibrados territorialmente.
Las actividades económicas de la comarca del Alto Guadalquivir están ligadas a los recursos naturales que cada uno de los dos espacios ofrecen a los habitantes de la misma: en la zona norte, el bosque proporciona madera y un territorio para la ganadería y el turismo rural. En la zona media y sur, la agricultura, fundamentalmente de secano y el olivar, de ahí que los dos principales usos del suelo del Alto Guadalquivir sean el forestal (33,6%) y el secano (54,5%), que configuran sus paisajes. Así, el rasgo más sobresaliente de sus actividades económicas es predomino del sector primario (39,7%), unida a una débil base industrial (15,7%) y un relativo desarrollo del sector terciario que ocupa un tercio de los activos (33,4%).
Los principales recursos en el ámbito forestal son de dos tipos: por un lado el ganadero, principalmente de cerda y lanar, y con menor importancia el caprino y vacuno; por otro, el aprovechamiento forestal que se centra en la madera y el corcho y que posee una gran importancia en la zona, tanto en superficie ocupada como por el aporte de esta actividad al valor total de la producción de la comarca y de la provincia (representan más del 40% del valor de la producción forestal de toda la provincia). Igualmente, destaca el aprovechamiento de los frutos forestales (bellotas y piñones), la recolección de setas y la producción de miel. No hay que olvidar el hecho de que la comarca del Alto Guadalquivir cuenta en su territorio con dos Parques Naturales de gran riqueza, Cardeña-Montoro y Hornachuelos, que hacen del recurso cinegético una aportación muy importante a la economía de la comarca, principalmente en caza mayor "el valor total del subsector es del 6% del valor total de la producción agraria de la comarca".
Son las actividades agrarias del resto de la comarca la base de la economía de la misma. El suelo dedicado al secano y el olivar ocupa el 79% de la superficie total cultivada, aportando el 73% del valor total de la producción agrícola. Si atendemos a los datos de la composición sectorial de la población activa, comprobamos que, aunque casi el 40% de la población de la comarca pertenece al sector primario, algunos municipios están claramente especializados en la actividad agraria centrada en el cereal, el algodón, el olivar y los viñedos, puesto que tienen más del 55% de la población ocupada en este sector. Es el caso de Cañete de las Torres, Adamuz (donde es importante también el ganado lanar) y Bujalance. Esta economía basada en los cultivos de secano, con poca capacidad de generar un desarrollo económico global, constituye, junto con los cambios en los comportamientos demográficos ya mencionados, la causa de la pérdida de población de esta comarca entre los años sesenta y ochenta debido a los procesos de modernización y tecnificación que sufren las estructuras agrarias.
La escasa actividad industrial que existe en la comarca del Alto Guadalquivir se concentra en los municipios de Villa del Río, El Carpio y Montoro. Destaca una importante industria del mueble (sobre todo del tapizado) en Villa del Río, que está dinamizando el municipio, en el que además podemos encontrar industrias agroalimentarias de fabricación de aceite y sus derivados, presentes también en Montoro.
Las actividades terciarias de la comarca están muy ligadas a los servicios y equipamientos públicos. Como dijimos, esta comarca no posee un municipio que actúe como centro de servicios, sino que estamos en un ámbito donde los principales municipios (Pedro Abad, Bujalance y Montoro) poseen parecidas funciones (centros de salud, de enseñanza secundaria, oficinas del INEN, juzgados de primera instancia) y por tanto tienen una jerarquía similar. Además, en cuanto a la oferta de servicios se considera la influencia que Córdoba ejerce como capital provincial y centro de primer orden sobre los municipios de esta comarca, no sólo con aquellos más limítrofes como Villafranca de Córdoba, El Carpio y Adamuz.
Montoro es el municipio más poblado de la comarca, con 9.407 h. (no llega al 20% del total comarcal) y es denominada la capital del Alto Guadalquivir por la población de la misma. Está situado estratégicamente entre la Sierra, la Campiña y el Valle del Guadalquivir, cuyo río la divide en dos partes que están unidas por el magnífico puente de las Donadas. Su origen es muy remoto y es habitado por túrdulos, fenicios, griegos, romanos y árabes hasta la conquista por Fernando III en 1240. Además del puente de las Donadas (del siglo XV), sus principales monumentos son las Casas Consistoriales "antiguo Palacio Ducal, construido por los propios vecinos" y las Iglesias de San Batolomé, de Nuestra Señora del Carmen y Santa María de la Mota. Por ello, es declarada en el año 1969 Conjunto Histórico Artístico (el primer pueblo de Andalucía). Destaca del resto de los municipios por su mayor importancia funcional, ya que es la sede del partido judicial, de la Mancomunidad del Alto Guadalquivir y de algunas empresas públicas (como EPRISA, de la Diputación Provincial de Córdoba). [ Ángel Luis Lucendo Monedero ].
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