(sevilla, 1874-madrid, 1947). Poeta. Primer hijo del matrimonio formado por Antonio Machado y Álvarez, Demófilo, y Ana Ruiz Hernández, Manuel Machado y Ruiz nace el 29 de agosto de 1874, a las tres y media de la madrugada, en el número 20 de la calle San Pedro Mártir de Sevilla. En su infancia comparte las lecturas familiares del Romancero compilado por el tío (hermano de su bisabuela Cipriana Durán de Vicente Yáñez) Agustín Durán, de Bécquer, de Dickens, del Shakespeare traducido por Moratín, del teatro áureo español, del libro de cantares que su padre prepara" Obras que seguramente inspirarán las primeras composiciones del joven Manuel, poeta precoz o, al menos, versificador precoz. Sin embargo, no es lírica, sino teatro lo primero que escribe en colaboración con su hermano Antonio, anticipo de aquellas obras conjuntamente firmadas que más tarde estrenarían. En 1883, con nueve años, se traslada a Madrid. Allí comienza a asistir a la Institución Libre de Enseñanza, de la que siempre guardará un grato recuerdo, especialmente de su venerado Giner de los Ríos. Lleva una vida bohemia, despreocupada y errática, en la que no faltan amistades y tertulias. A estas últimas y a sus lecturas de los clásicos, especialmente de Lope de Vega, en la Biblioteca Nacional siempre acude acompañado de Antonio.
Los Machado se acercan al mundo del periodismo a través de La Caricatura , la famosa publicación dirigida por Enrique Paradas, con el que Manuel llegará a firmar dos libros " Tristes y Alegres. Colección de poesías con una contera de Salvador Rueda (1894) y & Versos (1895)". Manuel utiliza el seudónimo de Polilla, y Antonio, Cabellera. El nombre de Tablante de Ricamonte lo reservan para las colaboraciones conjuntas. No obstante, Manuel ya ha publicado algunos cantares en el republicano Almanaque de Don Quijote para 1893 . Por estos años, en 1896, fallece el abuelo Antonio Machado y Núñez. Las dificultades económicas se acentúan entonces, por lo que Manuel se ve obligado a dejar la bohemia y poner fin a ciertos amoríos perturbadores. Pone rumbo a su ciudad natal, Sevilla, en cuya Universidad obtiene el 8 de noviembre de 1897 el grado de licenciado en Filosofía y Letras. Al mismo tiempo, prosigue su trayectoria periodística escribiendo artículos para el diario sevillano El Porvenir .
Manuel Machado en París. Con su título de licenciado bajo el brazo, Manuel todavía no tiene muy claro su futuro. Tras varias estancias en Sevilla y Madrid, donde colabora en el Diccionario de ideas afines de Eduardo Benot, se decanta por probar suerte como traductor en la casa Garnier de París. Le acompaña Antonio Machado. A cargo de la dirección literaria de la editorial se encuentra el escritor canario Elías Zerolo, republicano federalista e incondicional de Pi y Margall, que recibe encantado a los recomendados de sus viejos compañeros de política. En la capital gala, Manuel Machado se zambulle de lleno en la vida de la bohemia sentimental; trabaja, traduce, pero también se divierte, amplía el círculo de sus conocimientos, tanto españoles e hispanoamericanos (Rubén Darío, Enrique Gómez Carrillo, Pío Baroja) como franceses (Laurent Tailhade, Constantin Balmont, Georges Courtelin, Jean Moréas sobre todo). En este ambiente comienzan a esbozarse sus ideas estéticas, su concepción de la poesía como poesía de la experiencia vivida.
En diciembre de 1899, Manuel regresa a España. Durante su estancia en París ha tenido la oportunidad de tratar a Oscar Wilde y en su espíritu ha prendido esa fusión característica de lo sevillano y lo parisino. Nada más pisar suelo madrileño entra de lleno en la batalla literaria del innovador modernismo. Declara el fin de todas las escuelas, defiende el cultivo de la propia personalidad y aboga por el aprovechamiento de todas las novedades, vengan de donde vengan. En 1902, publica el libro que venía preparando desde su estancia en París: Alma , una palabra clave en el vocabulario simbolista. "(") El alma "dice Rafael Alarcón Sierra" como rebelión y como liberación: como afirmación trascendente frente al vacío; como reino interior receptor y resonador de otra realidad analógica y simbólica; incluso como muestra de degeneración psicofisiológica o medio de regeneración social y política. Y sobre todo, como engarce entre el Ideal, la Belleza y el Arte en el inestable sistema ideológico y estético del Fin de Siglo. La inviabilidad última de este proyecto, la ruptura de este idealismo y la salida hacia el silencio o hacia un renovado vitalismo "del alma hacia la vida", marcará intensamente la evolución estética de todo este siglo XX. Y es precisamente todo este estado de cosas "de almas" que flota en el ambiente finisecular el que va a recoger Machado, a modo de catalizador, en el título de un poemario fundamental: Alma ". Sometida a un largo proceso de modificaciones hasta su forma definitiva en la edición de 1924 de Poesías (Opera Omnia Lyrica) , la obra supone una renovación temática, tonal, en la forma y en la métrica. "Del trisílabo al alejandrino "escribe Alarcón Sierra", las medidas y combinaciones que presentan los poemas de Alma están orientadas a la producción de nuevos efectos sonoros, musicales, melódicos, rítmicos; hay una gran experimentación con la silva, el romancillo y el soneto, amén de con los ritmos populares procedentes de los patrones básicos del cante hondo; todo ello desemboca en la creación de nuevas formas híbridas, de difusos paradigmas métricos o con cierta tendencia al versolibrismo". Muchos de estos versos ("" hetairas y poetas somos hermanos") pasarían a formar parte de la memoria colectiva. El modernismo interior, personal, que logra Manuel Machado en Alma quizá no tiene parangón más que en el libro de su hermano Antonio, Soledades , que publicará muy poco después.
El escritor sevillano, elogiado en España e Hispanoamérica por su último libro, sigue firmando en periódicos ( Abc ) y revistas ( Blanco y Negro ). Además, a finales de 1903 estrena en su ciudad natal una pieza teatral en colaboración con José Luis Montoto: Amor al vuelo . Dos años más tarde, en 1905, surge su segundo libro de poemas, titulado Caprichos . En este poemario heterogéneo, Machado se despoja definitivamente de ciertos resabios románticos "Espronceda, Zorrilla"" aún perceptibles en Alma . "Los nuevos poemas ganan en concentración e intensidad, frescura, sencillez y levedad "afirma Alarcón Sierra", en correspondencia con los juegos rítmicos y el fluido tono menor y lúdico, muy moderno, de sus composiciones: una vaga indolencia y un no querer decir las cosas, hacerlas casi imperceptibles". En algunas composiciones, como "Se dice lentamente", el poeta muestra una espiritualidad cristiana, parece experimentar un cambio o un anhelo de cambio: "Yo no sé más que una / vaguísima oración, / una oración... De pena / está y encanto llena, / y tiene llanto y risa, / y la calma sumisa / de la renunciación... / Se dice lentamente, / con palabras vulgares, / repetidas, / muy oídas... / Brota en el corazón... / Ella es dulce a los labios. / No la saben los sabios, / y es su son / "como en las soledades del campo el de la fuente" / monótono. Se dice lentamente / la oración." Sin embargo, de momento su vida sigue siendo la de siempre, la del "mundo bronco de los amaneceres madrileños", como dice Pérez Ferrero. Una vida de la que momentáneamente se aleja Antonio Machado, ahora catedrático de francés en Soria.
Entre 1908 y 1909 Manuel pasa algunas temporadas en París "trabaja de nuevo en la casa Garnier" y Barcelona, con una breve estancia en Marsella. Se entrega a nuevos amoríos, pero pronto regresa a Sevilla, donde le espera Eulalia Cáceres Sierra, su novia de siempre y con la que contrae matrimonio en junio de 1910. Entre tanto, en Madrid aparece El mal poema (1909), testimonio final de su descenso a los infiernos. Su más innovador libro poético refleja una vida desarreglada, amoral y canalla. Experiencia vital de la que el autor no se arrepiente, pero que sí abandona para consagrarse a su esposa, con quien fija residencia en Madrid. Manuel firma colaboraciones en diversas publicaciones periódicas y prepara nuevos libros ( Apolo , Trofeos "), destacando su exitoso Cante hondo , dedicado a Eulalia. Como estas actividades no le reportan los suficientes ingresos como para llevar una vida medianamente desahogada, gana plaza de archivero en la Biblioteca Nacional y el Ayuntamiento de Madrid. De esta forma, se centra en sus ocupaciones familiares y laborales.
La Primera Guerra Mundial estalla en 1914 y ante tan atroz conflagración Manuel se declara aliadófilo. Así lo expresa en su libro Día por día de mi calendario (1918), texto en el que también ofrece su visión de espectáculos tan diversos como el cine, los toros o las varietés. Esta obra, junto a las narraciones de El amor y la muerte , presenta a un Manuel Machado prosista que no es en modo alguno inferior al poeta, que no es menos interesante. También atesoran gran calidad sus críticas de teatro ( Un año de teatro. Ensayos de crítica dramatica , 1918). Una vez terminado el conflicto bélico, viaja como corresponsal de El Liberal por Bélgica y Francia. Pero, a fines de 1919 rompe con este periódico, por solidarizarse con una huelga de impresores, y participa en la fundación de La Libertad , diario de orientación socialista y sindicalista.
Ars moriendi. Ya en su domicilio definitivo de la madrileña calle Churruca, aparece su Ars moriendi , el libro que cierra, desde El mal poema , toda una fase de recopilaciones azarosas y poesías de circunstancias, para culminar, con intensidad y hondura, su obra de poeta. Ars moriendi es el poemario menos heterogéneo de Machado, el más uniforme. Una vez más, el título es la clave: es un arte de morir, es el ensayo de una despedida; despedida de la poesía y de la vida ("Ha llenado la noche el alma mía / y la sombra ha ahuyentado a la poesía... / Porque ya el día suspirado siento / que no amanecerá"); despedida" por el momento. Mientras tanto Antonio Machado ya está en Segovia, por lo que ambos hermanos pueden reanudar sus encuentros. Y proyectan obras en común, en lo que ha sido su primera vocación: el teatro. Van escribiendo y estrenando con éxito Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), Juan de Mañara (1927), Las adelfas (1928), La Lola se va a los puertos (1929), La prima Fernanda (1931), La duquesa de Benamejí (1932), El hombre que murió en la guerra (1941)" Se suceden las ediciones, los homenajes, los estrenos. Manuel, aparentemente, está dedicado a su trabajo como director de la Biblioteca Municipal de Madrid, a sus investigaciones y artículos eruditos sobre Lope de Vega, a sus colaboraciones periodísticas, al teatro.
Pero, a pesar de anunciada retirada, ha seguido escribiendo poesía. Finalmente, publica un nuevo libro en Ediciones Héroe, dirigida por Manuel Altolaguirre, en mayo o junio de 1936. Phoenix , la "resurrección" de un poeta, es un libro heterogéneo, variado, ágil. En él aparece el famoso sonetillo trisílabo "Verano" ("Frutales / cargados. / Dorados / trigales..."), su "Canto a Andalucía", no menos célebre... y los sutiles y alados juegos con el ritmo, los metros, los encabalgamientos, las rimas, las estrofas consagradas en la tradición, a las que él sabrá sacarles un sonido distinto, una voz personalísima. Es el caso del soneto heterométrico "alejandrinos, heptasílabos, endecasílabos" titulado "Madrigal de madrigales", o el de la décima "tan diferente de las de Calderón y Góngora" "Misterio": "En sueños te conocí / y, del amor peregrino, / he adivinado el camino / para llegar hasta ti. / Tras de aquel sueño corrí / con el dulce y loco empeño / de ser tu esclavo y tu dueño. / Pero tú aún no me contaste / por qué camino llegaste / a penetrar en mi sueño."
República, Guerra Civil y literatura. Cuando el 14 de abril de 1931 se proclama la Segunda República Manuel expresa su adhesión al nuevo régimen. Pero el rumbo de los acontecimientos (saqueos e incendios de templos, enfrentamientos y desórdenes callejeros, sucesos de Casas Viejas, revolución de Asturias de 1934) hará que cuestione su apoyo inicial. En 1933 fija su posición inequívoca en un artículo de La Libertad : "El mundo se debate hoy "lejos de toda libertad" entre dos dictaduras: la capitalista y la colectivista, la burguesa y la proletaria, entre el fascismo y el comunismo. Ambas son igualmente enemigas de la individualidad (") Ambas son para mí igualmente detestables". Esta línea de opinión continúa en todos sus escritos para este mismo periódico, que acaba por expulsarlo de su redacción y de sus páginas alegando la "orientación derechista" del escritor sevillano.
La Guerra Civil sorprende a Manuel Machado y Eulalia Cáceres en Burgos, plaza fuerte del bando nacional. Allí es detenido por la policía el 29 de septiembre de 1936, tras las duras acusaciones que formula contra él Mariano Daranas, corresponsal del diario Abc de Sevilla en París. Daranas lee una entrevista al poeta en la revista parisina Comoedia y no duda en afirmar que "la contrarrevolución "la revolución nacionalista" observada en su propia cuna, no ha suscitado entusiasmo, complacencia ni aprobación en este funcionario y periodista del Frente Popular (")". Manuel permanece en prisión hasta el día 1 de octubre, cuando es puesto en libertad. Todavía se desconocen las circunstancias y causas de su liberación. Sí se sabe, en cambio, que el primogénito de los Machado no se adhiere inmediatamente con entusiasmo al alzamiento ni comprende la gravedad y trascendencia de la situación. El apoyo leal e incondicional se produce una vez pasados los primeros instantes de desconcierto. Esta adhesión no se debe al azar geográfico ni es una impostura oportunista. Entra dentro de la lógica de su evolución ideológica y personal. A partir del otoño de 1936 aparece como uno de los intelectuales adictos al llamado Movimiento Nacional, en cuyas tareas culturales, literarias y propagandísticas colabora activa y asiduamente. Son unos años de actividad convulsa y frenética que culminan con la lectura de su discurso de ingreso en la Real Academia de la Española el 19 de febrero de 1938.
También en 1938, tras colaborar en proyectos como Los versos del combatiente o La Corona de sonetos en honor de José Antonio Primo de Rivera , Manuel Machado publica su libro poético Horas de oro. Devocionario poético . Dividido en dos secciones (I. Poemas españoles y II. Poemas religiosos), la motivación religiosa, espiritualista, es el gozne que une las dos partes del poemario. El poeta abraza con fuerza el cristianismo en estos años de guerra, momento en el que se produce una confirmación y una intensificación de la práctica devota, una redefinición de su fe a través de una formación doctrinal de la que antes carecía. Pueden leerse, además, en las páginas de esta obra algunos versos patrióticos y políticos que, a pesar de la retórica obligada, representan la verdadera y perdurable poesía.
Últimos años. A finales de febrero de 1939 llega a sus oídos la noticia de la muerte de su querido y admirado hermano Antonio en Collioure (Francia). Enseguida emprende gestiones para cruzar la frontera y ver con sus propios ojos el desolador panorama que le espera: su madre también ha fallecido. De esta forma termina la guerra para Manuel Machado, que regresa junto a su esposa a Madrid, a su domicilio de la calle Churruca. Vuelve a su trabajo como director de investigaciones históricas del Ayuntamiento. Por las tardes asiste a alguna tertulia, donde se reúne con viejos y nuevos amigos: Ricardo Calvo, Antonio de Zayas, Gerardo Diego y Miguel Pérez Ferrero. Otras veces se encuentra en la academia Musa Musae con los contertulios Rafael Sánchez Mazas, José María Alfaro, Dionisio Ridruejo, Adriano del Valle, José María de Cossío" Y escribe. El pilar de la Victoria , "poema lírico-religioso en dos actos" se estrena en Zaragoza el 12 de octubre de 1944. Un año antes ha aparecido su poemario Cadencias de cadencias . Y acaricia nuevos proyectos: concluir obras de teatro que había iniciado con Antonio, un último libro de versos con el título de Penúltimos versos , libros de prosa como Cualquier día en Sevilla o Intenciones . No llegará a ver editados ninguno de ellos.
Manuel está viejo y enfermo, padece desde hace tiempo una bronquitis crónica. El 7 de enero de 1947 el médico le diagnostica una bronconeumonía y, pocos días más tarde, el domingo 19 del mismo mes, cuando el reloj marca las doce del mediodía, fallece en Madrid. Antes de su muerte, el escritor se ha mostrado crítico con determinadas actuaciones del régimen franquista, incluso consta que algunos de sus artículos son total o parcialmente censurados. A la luz de los últimos estudios sobre su figura se puede afirmar que Machado no se desprende jamás de su antiguo liberalismo, su fe en la civilización, su amor a la humanidad, su admiración por la ciencia y su confianza en el triunfo de la razón y la cultura. No obstante, considera que el liberalismo sólo puede sostenerse en aquellas sociedades pacíficas y prósperas, en donde ni la vida ni la hacienda estén en peligro. No es ésa desde luego la situación de la Segunda República, tampoco la del Régimen de Franco. "Malos tiempos para el liberalismo "indica Enrique Baltanás". Lo cual no quiere decir que no puedan venir otros mejores, en que los hombres pudieran permitirse ese "lujo" del liberalismo político, una vez satisfechas las necesidades primarias. Lo que en esos momentos se aprecia más en España es el orden y la seguridad, pero Machado advierte "y es otra crítica velada al franquismo" que "dentro de ese orden pacífico, pero francamente mantenido", resulta necesario "el abrir cauces a reivindicaciones legítimas que, en otro caso, más o menos a la larga, se desbordan lamentables".
La desaparición de Manuel Machado trae consigo un largo periodo de olvido y falseamiento de su poesía. No será hasta la década de los setenta del siglo XX cuando comience a emerger de nuevo su figura, de la mano de poetas y estudiosos como Miguel D"Ors o Rafael Alarcón Sierra. Nuevas lecturas que nos ofrecen, en palabras de Baltanás, al "poeta de los contrastes: el refinadamente culto y el más espontáneamente popular; el más afrancesado, pero también el más enraizadamente español; el que canta los toros, las golfas y el aguardiente, y el hondamente religioso que hace sus poemas verdaderas oraciones; el más personal, el más confesional, pero también el que sabe fundirse, desaparecer, en el estilo anónimo de la copla". [ Javier Vidal Vega ].
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