(AL). Ciudad del suroeste de Almería en el extremo de la comarca del Poniente * , a 50 kms de la capital, con 22.000 h. y un término de 90 Km 2 .
Situación. Se localiza sobre el delta formado por el río Adra (desviado a finales del S. XIX en el curso bajo), que desciende hasta el Mediterráneo desde Sierra Nevada, aprovechando una depresión entre la Contraviesa * y la Sierra de Gádor * , cuyas vertientes erosiona, acumulando depósitos en el litoral. Se trata de las cadenas béticas, formadas en los plegamientos alpinos de la era terciaria, que involucran materiales de la secundaria y otros más antiguos del zócalo bético-rifeño con abundancia de mineralización. Los buenos suelos y la capa freática proporcionan una base excelente para un regadío fertilizado por el río, lo que se suma a unas temperaturas mediterráneas de inviernos muy suaves (no baja de 12 ºC la media de enero) por la protección que ejercen las montañas penibéticas de los vientos del norte. Por otro lado, esas sierras, sobre todo la de Gádor, encierran minerales, explotados en otros tiempos, y el valle del río ha permitido la penetración hasta el corazón de la Alpujarra * oriental hacia Berja, Benínar, Darrical y Ugíjar; camino natural que desemboca en un puerto, abierto desde la Antigüedad. De manera que la situación origina agricultura temprana, minería y comercio a lo largo del tiempo y en parte hasta hoy.
Historia. Comienza pronto y se sabe que es una ciudad de fundación cartaginesa, Abdera, hacia el siglo VIII a.C. (sita en el Cerro de Montecristo, cercano a la actual ciudad), en relación con la explotación y comercio de metales. Forma parte de la Bética romana, consta como ciudad fortificada y se han hallado restos de cerámica, monedas y, sobre todo, de vasijas usadas en las industrias del salazón. En el Califato de Córdoba se encuentra en los límites de las koras o provincias de Elvira (Granada) y Pechina (Almería) y destaca por los cultivos de regadío y la industria sedera. Tras la conquista castellana, vive durante dos años en Adra el último rey nazarí, Boabdil, y en la guerra de las Alpujarras de 1568-70, la ciudad está en manos durante un tiempo de las tropas andalusíes de Aben Humeya. Perteneció a la Chancillería de Granada hasta que a mediados del XVIII forma, con Berja y Dalías, una alcaidía mayor de segunda clase; y así figura en el Censo de Floridablanca de 1785 como cabecera de un Corregimiento. Sin embargo, desde la constitución de los partidos judiciales en 1834 perteneció al de Berja.
Para mediados del siglo XIX existe una fuente inestimable que es el Diccionario de Madoz, en el que encontramos una población de 7.400 h., muchos para la época (la ciudad de Almería tenía 17.800 ), en un pueblo con más de 4.000 casas y algunas chozas. Diferencia la calle de la playa del resto, más antiguo, de viviendas generalmente de una planta y calles estrechas, empedradas y en pendiente, con dos plazas: la del Castillo y la del Ayuntamiento. En la vega se cultivaban frutas, almendras, trigo y vides y, sobre todo, especies subtropicales, batata y caña de azúcar, elaborada en el Ingenio de Azúcares, espacioso edificio que se describe en el Diccionario , si bien se constata ya la competencia del azúcar cubano. La producción más importante entonces era la fabricación de metales, sobre todo plomo, en modernas fundiciones, propiedad de "D. Manuel Agustín Heredia, del comercio de Málaga, por compra hecha en 1837 a los señores Collmann, Lambert y compañía del comercio de Londres". Era la Fábrica Grande, denominada después de Heredia, con 10 hornos ingleses y personal especializado, a la que se une la llamada de los Hortales y La Amistad, con seis hornos más; todos ellos descritos profusamente por Madoz. Se producían planchas, caños y tubos de plomo, balas, perdigones, plata" es la época del precoz despegue industrial andaluz.
A la agricultura y la industria se suma una considerable actividad portuaria con 127 buques matriculados y una residencia de, nada menos, vicecónsules de Francia, Bélgica, Suecia y Noruega. Además de la pesca, en el año 1842 se registran con el extranjero 119 entradas de buques (con un total de 9.181 toneladas y una tripulación de 830) y unas salidas de 136 (10.636 y 968, respectivamente). Las cifras de cabotaje son ese mismo año de 298 buques entrados (11.270 toneladas) y 117 salidas. La exportación al extranjero se valora en 11 millones de reales (y la de cabotaje 5,5 millones más), consistente en 123.710 quintales de plomo y 21.240 de alcohol (mena de plomo argentífero), 22.310 marcos de plata en barra y pasta, 16.639 arrobas de vino del país (de las Alpujarras ) y frutos y otras producciones. A la decadencia posterior de esa industria se intenta hacer frente con la construcción del puerto en 1911 y la creación de la Azucarera de Adra (1911-1972) para basar más tarde su economía en la agricultura bajo plástico y el turismo.
Plano urbano y monumentos. La parte antigua conserva un plano de trazas andalusíes (calles estrechas, retorcidas, azucaques o adarves") con casas blancas y limpias y pequeñas plazas como la de Andalucía. La del Mar es el centro geográfico de la ciudad, donde se alza el Ayuntamiento; y muy próximo a él, la iglesia de la Inmaculada Concepción, antiguo templo-fortaleza del siglo XVI, transformado en el XVIII. Hacia la periferia del nordeste se sitúa la ermita de San Sebastián, de planta de cruz latina, edificada en 1680 y reformada a mediados del XVIII, si bien en su interior hay restos romanos y se han encontrado inscripciones latinas. Allí está la imagen de San Nicolás, patrón de la ciudad, que celebra también, San Marcos, el Corpus y otras fiestas.
El paseo de Natalio Rivas deja el puerto al sur y hacia el oeste se llega a un límite urbano producido por el Barranco del Cercao, donde se halla la torre de los Perdigones, de 45 m. de altura, restos de la fundición de plomo de San Andrés, del primer tercio del XIX y símbolo de la ciudad. Esta va creciendo más allá de ese límite citado por la zona de Casas Nuevas y Faro Alto, buscando la rambla de Bolaños, después de la cual se erige la torre de Guainos, atalaya defensiva del siglo XIII. Cuenta con buenas playas, como la de San Nicolás y la de Poniente y no lejos de allí pueden visitarse las albuferas de Adra * .
Economía, población y área de influencia. Adra se encuentra en la comarca del Poniente Almeriense y es uno de los principales núcleos de este ámbito territorial. Tradicionalmente su economía ha estado muy ligada a la pesca y al mundo marítimo. Actualmente el puerto pesquero, construido en 1911, sigue siendo importante en cuanto a capacidad de flota. Pero, el principal factor explicativo de su desarrollo económico ha sido la agricultura, ya que Adra se incorpora a principios del siglo XX al sistema del enarenado, consistente en la creación de un suelo nuevo a partir de dos capas de material, una de tierra, de textura arcillosa que evita los encharcamientos y la excesiva percolación; y otra, de arena que contribuye a retener la humedad del suelo y favorece la precocidad de los cultivos. Más tarde, en la década de los sesenta se introduce la técnica de los invernaderos.
Hoy es una ciudad intermedia que está organizada en un sistema productivo local basado en tres pilares fundamentales: la agricultura bajo plástico, la manipulación-comercialización de hortalizas y el desarrollo de una potente infraestructura técnico-científica de carácter público y privado. Además, este tipo de organización presenta una fuerte vinculación con el exterior, constituyendo en sí misma un sector estratégico apoyado en la exportación de productos fuera de temporada (hortofrutícolas) que abastecen el mercado europeo. Pero, evidentemente, la fuerza del tejido industrial radica en el desarrollo de empresas de manipulación (conservas vegetales y preparados alimenticios), de comercialización de producción hortofrutícola, complementado con industrias auxiliares (envases, embalajes de cartón, madera, plásticos, fertilizantes) y de servicios a empresas (financieros, informáticos, transporte, publicidad, centros de experimentación).
Así pues, este conglomerado conforma un importante complejo agroindustrial organizado en forma de distrito que además se interrelaciona con empresas de materiales de construcción, industrias metálicas, mecánicas, de carácter turístico y pesquero. Por otra parte, este entramado industrial se completa con el sector de la construcción y con el desarrollo de un importante terciario que tiene que ver con el mundo empresarial, como hemos aludido antes, y con los servicios públicos. Todo ello da lugar a que la renta familiar disponible por habitante (en torno a 9.377 euros) sea algo más alta que la media andaluza. Pero evidentemente este tejido empresarial requería de buenas comunicaciones; y, en este sentido, la necesidad de conectar la comarca del Poniente almeriense con el levante peninsular y la red europea se resuelve recientemente con la apertura de la autovía Adra-Almería. De la misma manera que el desdoblamiento previsto a medio plazo de la N-340 entre Adra y Rincón de la Vitoria coadyuvará a mejorar las condiciones para fortalecer la débil integración del poniente con el litoral granadino. Ciertamente, el reflejo de este dinamismo económico se observa en la evolución demográfica, ya que Adra pasa de 17.415 habitantes en 1981 a 22.034 en 2003, con un crecimiento quinquenal de 3,8 %. La población menor de 20 años en 2001 es de 29,47 % y los mayores de 65 años representan el 11,1%, por lo que estamos ante una estructura poblacional joven con gran capacidad de renovación.
Pero en este municipio de gran actividad económica es lógico que se estén generando problemas sociales, ambientales y territoriales que convierten a la zona en conflictiva. Por ejemplo, la sobreexplotación y pérdida de calidad del agua desde 1970 hace que la administración se centre en la búsqueda de alternativas creando el Plan de Aprovechamiento Integral del Río Adra, de la misma manera que en los años 80 del siglo XX se ponen en marcha normas de regulación sobre captaciones y en 1990 se desarrolla el Plan de Transformación de la Comarca de Poniente. A ello cabe sumar el que la vega del Adra, al ser un espacio donde la reconversión productiva se lleva a cabo aceleradamente, la convivencia con las áreas naturales y con las urbano-turísticas del litoral resulta difícil. Las guías turísticas destacan San Marcos, la fiesta de los agricultores, el Corpus, la procesión del Carmen en la Bahía, las fiestas patronales de San Nicolás y la Virgen del Mar y la gastronomía marítima. En algunos momentos de su historia Adra es un centro comarcal y aún ejerce como lugar de adquisición de ciertos bienes y servicios para algunos pueblos de las Alpujarras, que constituyen su área de influencia natural. No obstante, Adra tiene menos poder de atracción que lo que le corresponde por peso demográfico, pues si éste se sitúa en torno al lugar 60 de Andalucía, el potencial de población atraída más allá de su propia urbe se coloca en torno al puesto cien. El empuje de El Ejido y su localización al final de la provincia la colocan como el segundo centro de la Comarca de El Poniente.[ Gabriel Cano / Rosa Jordá Borrell ]
Para más información, visite Almeríapedia: http://almeriapedia.wikanda.es/wiki/Adra
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