(MA). Ciudad a 29 km. de Málaga, seis m. de altitud, 10 km 2 de superficie de término municipal y 57.133 h. (2003), de rápido crecimiento en la zona de expansión de la Costa del Sol.
Situación. Localización litoral, entre Málaga y Marbella, con buenas playas y un clima mediterráneo-subtropical (media anual de 18.5 Cº y media del mes más frío, enero, de 12.5), en la desembocadura del río de igual nombre, al sur de la Sierra de Mijas.
Historia. Como en tantos lugares, en estos terrenos se encuentran restos arqueológicos pertenecientes a distintas épocas desde la Prehistoria, conociéndose después el comercio con fenicios y cartagineses y las factorías de salazones o garum . En algunas historias se menciona dentro de la Bética romana (cuando esta zona pertenecía al convento jurídico gaditano) el municipio Suelitano, aunque este topónimo más parece relacionado con el nombre árabe. Se localizaría en la vía Aurelia, hoy Cañada Real (donde quedan restos de un acueducto romano), y estaba federado con Roma, manteniendo la libertad de leyes y derecho a nombrar sus magistrados, según una lápida levantada al dios Neptuno. En el siglo V es destruida por los silingos, pueblo emparentado con los visigodos, que pierden estas tierras por la rápida expansión del islam en la antigua Bética.
Así, Said ben Kesadi, lugarteniente de Tarik, se instala en lo que se llama en árabe Sohail , con referencia, parece, a una estrella de la constelación austral de Argos, punto de referencia de la navegación de entonces, visible desde el fondeadero. En el IX otra invasión nórdica, los normandos, destruye el poblado y en el 956 el rey de al-Ándalus, Abderrahmán III de Córdoba, manda reconstruir la fortaleza, donde en 1105 nace el escritor y filósofo andalusí Amed ben el Soahilé. Sohail había formado parte de la cora o provincia califal de Málaga y, tras el fraccionamiento en taifas, unas veces dependía de Granada y otras de Málaga. Pertenece al reino almohade con capital en esta última y se integra en el reino de Granada en el 1286, junto con Ronda, Setenil, Benadalid, Estepona y Marbella, alcanzando un período de auge a finales del XIV por la expansión comercial.
Tanto que en 1400 se instalan en sus playas una compañía de bolicheros (pescadores de especies menudas), genoveses en Las Salinas, origen del barrio de Los Boliches. Y se escribe muchas veces que de las guironas o girolas usadas como artes vendría Fuerte de las Girolas y, luego, la denominación de Fuengirola, sustituyendo al de Sohail en el XVII. No obstante, en un mapa de 1690 consta claramente el nombre de Frangerola.
En 1487 es conquistada por las fuerzas castellanas y empieza un período de decadencia, existiendo escasas noticias de la historia moderna, salvo el mapa citado que se refiere a una castillo y un fondeadero. En el XVIII, tras la guerra de Sucesión, había bastante contrabando por la zona, relacionado con la presencia de la colonia gibraltareña, por lo que se reconstruye el castillo por orden del comandante general de la costa andaluza, conde de Montemar. Se conocen algunos hechos durante la guerra con Napoleón, siendo la fortaleza testigo de los vaivenes bélicos entre franceses e ingleses, algunas de cuyas piezas de artillería se hallan en el Paseo Marítimo. En el Censo de Floridablanca de 1785 se incluye en el partido de Málaga y en 1834 en el partido judicial de Marbella. Y en 1841 adquiere la independencia respecto a Mijas, constituyendo municipio aparte.
A mediados del siglo XIX, tenía sólo 1.182 habitantes, según el Diccionario de Madoz (en un núcleo de 14 calles con una plaza "que sirve para el mercado, paseo y funciones públicas"), que viven de la pesca ("pudiendo asegurarse que la parte de costa de Fuengirola es la más rica del Mediterráneo") y de una agricultura predominantemente de secano (trigo, cebada, legumbres) y algún regadío. Hasta el desarrollo turístico reciente Fuengirola sigue siendo un pueblo de pescadores.En 1910 apenas pasaba de los 6.000 habitantes y sólo 2.000 más en 1960, lo que da idea de lo espectacular de la evolución reciente.
Monumentos y turismo. De ahí que apenas tenga monumentos históricos, salvo el castillo de Sohail, en un altozano cerca de la desembocadura del río Fuengirola, y el barrio de Santa Fé de los Boliches. Sin embargo, cuenta con el atractivo de sol y playa, elementos básicos para la construcción de edificios, apartamentos, hoteles, centros de diversión", con las características de cualquier núcleo turístico de esta categoría, donde la población estival supera la habitual. Cuenta con un buen paseo marítimo, puerto deportivo, pesquero, zoológico y museo de pintura mural al aire libre. Completan la lista de atractivos en las guías turísticas la gastronomía marinera andaluza y las distintas fiestas (San Juan, el Carmen, feria a la Virgen del Rosario con Romería").
Economía y población. De los 58.957 habitantes (2004), un 14,8% son extranjeros, en su mayoría de la Unión Europea. Se trata de un núcleo que tiene un crecimiento exponencial a partir de 1960, el cual obedece exclusivamente al desarrollo del sector turístico, basado en un modelo de sol y playa que aprovecha los recursos climáticos y costeros propios. Sin embargo, desde 1900 hasta que se inicia el crecimiento turístico español, la economía local se apoya en el desarrollo agrario y en la pesca, generando una evolución de la población muy poco dinámica.
Hoy Fuengirola es un municipio casi totalmente urbanizado (bien comunicado a través de la carretera N-340, hoy convertida en autovía), cuyas causas hay que buscarlas en las características del modelo territorial implantado. Se basa en dar prioridad a la promoción urbanística localizada y privada sin que apenas haya tenido incidencia el desarrollo de una política municipal de tipo espacial interrelacionada con otra de ámbito supramunicipal o comarcal.
De esta forma, el continuo urbanístico se construye a partir de la carretera N-340, en dirección hacia la playa y hacia el interior, solapándose así los usos turísticos con los urbano-residenciales. Ahora bien, la cuestión más importante a destacar es que el crecimiento urbano-turístico resultante da lugar a un tejido desorganizado debido a la no existencia de un esquema previo que marque las pautas. Aunque, si tenemos en cuenta el modelo territorial turístico establecido en el conjunto de la Costa del Sol, Fuengirola cabe situarla en el ámbito territorial caracterizado por una urbanización de aglomeración vertical y horizontal junto con Torremolinos y Benalmádena; mientras que Marbella y Estepona se diferenciarían por tener una urbanización más de tipo extensivo.
La evolución demográfica es un claro exponente del rápido crecimiento urbanístico experimentado por este municipio. Así, si en 1960 contaba con 8.589 habitantes, en 1981 tenía ya 29.160 y, diez años más tarde, 37.742, alcanzando tasas acumuladas en torno al 10% cada quince años. Sin embargo, este rápido proceso demográfico no ha evolucionado en la actualidad hacia una estructura de población joven debido al fenómeno del residencialismo (típico de algunos núcleos turísticos litorales españoles), ya que la población extranjera predominante procede de la Unión Europea y es fundamentalmente pensionista. Este hecho explica que la estructura de la población esté relativamente envejecida con un porcentaje de menores de 20 años del 21,25% (2003), mientras que la población mayor de 65 años alcanza el 15,62 % (2003). Si bien el crecimiento vegetativo y el saldo migratorio, de acuerdo con los datos de que disponemos, son todavía positivos.
Por otra parte, en un contexto como éste, la estructura económica estará totalmente basculada hacia las actividades terciarias y la construcción. En efecto, dentro del abanico de servicios existentes en el municipio, el motor de la economía es conducido por el subsector hotelero (1.117 establecimientos en 2003), por las actividades comerciales (1.845) y por las empresas inmobiliarias y servicios empresariales (jurídicos, contables, informáticos, publicidad, etc. con 1.037 establecimientos en el 2003).
A este tipo de terciarización conviene añadir la relevancia que alcanzan los servicios sanitarios, educativos y administrativos. En suma, el desarrollo de este conjunto de actividades genera una renta familiar disponible por habitante superior a la media andaluza que oscila entre 9.700 y 10.800 euros (2003), habiéndose incrementado respecto al 2001 en un 45,5%. Por otro lado, el mercado laboral cuenta con una oferta de mano de obra de 22.348 personas (2001), de las que 18.675 constituyen la población ocupada, alcanzándose una tasa de paro teórica del 16,4%, debido en parte a la estacionalidad del turismo, sector que es el impulsor del desarrollo económico local y de la transformación paisajística y socioeconómica. [ Gabriel Cano / Rosa Jordá Borrell ].
Para más información, visite Wikanda: http://www.wikanda.es/wiki/Fuengirola
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