(MA). Ciudad situada a 49 m. sobre el nivel del mar y a 18 km. de Málaga, en un municipio de 20,2 km 2 y con una población en el 2006 de 58.683 h., y, por lo tanto, de fuerte densidad (3.000 h/km 2 )
Situación y emplazamiento. Se sitúa en la Costa del Sol, por lo que su principal activo geográfico, a principios del siglo XXI, son las playas y el clima mediterráneo casi subtropical al abrigo de las sierras. Su temperatura media anual es de 18,5º C (de las más altas de Andalucía), con 300 días de sol al año, inviernos prácticamente inexistentes (12º C enero), veranos secos y calurosos (25,5º C en agosto), aunque menos que en el Valle del Guadalquivir (Sevilla y Córdoba, 28º C), y precipitaciones medias anuales inferiores a 500 milímetros, con máximas en otoño. Pero la actividad turística y todas sus consecuencias (crecimiento de población, expansión urbana, servicios, equipamientos, infraestructuras?) es algo reciente, porque antes de la explosión turística es un pueblo de pescadores y una zona llena de molinos movidos por abundantes aguas procedentes de la Sierra de Mijas, de 1.150 m. de altitud, a cuyos pies se localizan. Se trata de una montaña caliza con circulación kárstica interna, que surge como fuentes en las partes bajas. Si a ello se une una localización de defensa por medio de una torre (nazarí en este caso), se completa la oferta territorial, que en su parte tradicional compone precisamente el nombre de Torre de los Molinos. La Sierra, además de proveedora hídrica, mantiene una vegetación (pinos, encinas, algarrobos...), que supone un atractivo turístico más.
La Bética y al-Ándalus. Existen piezas arqueológicas (vasijas, adornos o hachas) del Neolítico en diversas cuevas del término (Tesoro, Tapada, Tejones) y cráneos de tipo negroide. Después otros pueblos, como griegos y fenicios, llegan a estas costas. De la época romana hay también vestigios de la calzada Gades-Malaka, de algunas villas y factorías de salazones, donde se fabricaba el garum , tan abundante en las costas andaluzas.
Desde el año 711, estas tierras, como toda la Bética, se islamizan, formando parte de la cora califal de Málaga. En el siglo XI se integra, primero, en la taifa de Algeciras-Málaga y, después, en la de los Banu Zirí granadinos. En el XIII pertenece al reino almohade y, luego, al estado nazarí, época en que se construye hacia 1300 una torre de defensa, localizada al final de la actual calle de San Miguel, llamada luego Torre de los Molinos y también de Pimentel (por el Conde de Benavente que aporta 5.000 soldados para la conquista de Málaga, que tiene lugar en 1487, permaneciendo parte de la población autóctona). En época andalusí se aprovecha ya la abundancia de agua para instalar numerosos molinos. Estos eran tan importantes que, en 1497, los Reyes Católicos los ceden, junto con el agua, a la ciudad de Málaga.
Edad Moderna y contemporánea. En el siglo XVI se tienen algunas noticias de piratas y vigías en la torre, así como de incidentes a principios del XVIII en la guerra de Sucesión, con la armada inglesa atraída precisamente por los manantiales citados. Para su defensa se empieza la construcción en 1763 de un castillo (hoy hotel Santa Clara) en la colina de Montemar, con cuarteles, viviendas, almacenes y una batería de cañones, que da nombre a los restos que todavía quedan. En 1842 tenía 785 habitantes y, según el Diccionario de Madoz, contaba con 234 casas, una escuela pública de niños y otra privada de niñas, parroquia de San Miguel y "un abundante nacimiento en las afueras, cuyas aguas sirven para el consumo del vecindario, movimiento de los molinos (14 harineros y uno de papel de estraza) y riego de algunas tierras" -aunque éstas no eran muchas-. En general, se cría trigo, centeno, garbanzos, maíz, aceite, hortalizas y, sobre todo, batatas, que se exportan a Málaga, habiendo algunos vecinos que se dedican a la arriería. También era abundante la pesca.
Posteriormente, Torremolinos apenas cambia, como no sea el progresivo abandono de los molinos, manteniéndose como un pueblo pequeño, que en 1900 rozaba los 3.000 h. Por entonces, sir George Langworthy * compra el castillo de la Batería, convirtiéndolo en residencia con jardines y miradores, y se hace muy popular por sus obras de caridad. En 1918 es nombrado Hijo adoptivo y predilecto de Torremolinos, y en 1990 se inaugura la calle Castillo del Inglés. Un hecho importante es la unión, en junio de 1924, al municipio de Málaga, a petición de los dos tercios de los vecinos (el censo de 1920 era de 3.028), por la elevada deuda al Tesoro, siendo su último alcalde Miguel Fernández Alcauza.
Sin embargo, por esas fechas se van poniendo las bases del posterior desarrollo turístico: en 1930 "el señorito inglés" convierte su finca de Santa Clara en residencia de extranjeros; tres años después Carlota Alessandri restaura su cortijo Cucazorra y abre el Parador de Montemar; en 1942 se inaugura el hotel La Roca, que publicita con folletos (32 pesetas pensión completa); en 1948 comienza en La Carihuela el restaurante y sala de fiestas El Remo; en 1955 abre el hotel Los Nidos; cuatro años más tarde, el primer hotel de lujo, Pez Espada. Así comienza y se desarrolla la expansión turística de la zona, siendo Torremolinos (32 hoteles y 10.000 plazas en los sesenta) pionero mundial y promotor de lo que sería la Costa del Sol, donde se mezcla lo atractivo de las playas y el clima con las fiestas y celebraciones, el flamenco o la gastronomía, convirtiéndose en destino de personas y personajes famosos del cine y el espectáculo (principalmente de Inglaterra y Estados Unidos). A la vez que la oferta de mano de obra es ocupada por emigrados de la comarca y otros lugares de Andalucía, aumenta considerablemente la población. Si bien hasta el censo de 1991 no aparece como municipio con 27.543 h., pues la independencia respecto a Málaga se produce en septiembre de 1988, multiplicando por nueve los efectivos de 1920. En 2001 alcanza 44.772 h., lo que supone nada menos que casi un 50 por mil anual de media.
Plano, monumentos y turismo. El plano de la ciudad de Torremolinos se extiende de forma alargada siguiendo la línea de costa mediterránea. El área urbana va creciendo por el desarrollo turístico desde los años sesenta, a partir del pequeño núcleo original de pescadores compuesto por las barriadas de El Calvario, El Bajondillo y La Carihuela, que dominan la parte central del mapa, en la confluencia de las avenidas Isabel Manoja y Palma de Mallorca con las calles Europa, de la Cruz, Hoyo y Río Mesas. Es el corazón o núcleo central de Torremolinos, en el que destaca especialmente la calle peatonal de San Miguel, que es la zona comercial más importante de toda la ciudad. Se articula en torno a las plazas de la Independencia, Costa del Sol, de Andalucía y, bajando por la calle San Miguel, la plaza y la iglesia del mismo nombre, que conduce hasta la Torre de Pimentel, la Cuesta del Tajo y, por la Calle Peligros, hasta la playa del Bajondillo.
Hacia el suroeste del núcleo original, siguiendo las calles Europa y Rafael Quintana, se encuentra el barrio El Nogal, limitado al noroeste por la avenida Rafael Gómez Sánchez, que es la N-340; y al sureste por el trazado del ferrocarril (Fuengirola-Málaga) y la plaza de La Nogalera, en la que se encuentra la estación de tren de Renfe. En la parte más alta de este barrio encontramos la iglesia de Cristo Resucitado, la casa de cultura, el mercado nunicipal y el Ayuntamiento de Torremolinos, junto a las plazas Federico García Lorca y Blas Infante. Al otro lado de la N-340 se halla el recinto ferial, el auditorio Príncipe Felipe, una gran zona deportiva con diversos equipamientos y una extensa zona arbolada (Los Pinares de los Manantiales).
Al norte, en dirección a Málaga, la ciudad se expande en torno al eje calle de la Cruz-avenida Rafael Gómez Sánchez. Al Oeste, hacia el interior, surge la zona residencial de El Pinar. Mientras que hacia la costa se encuentran los barrios de Las Estrellas, Los Palacios y Playamar, en torno a la avenida de Beyamina, con las playas de La Carihuela, El Bajondillo y Playamar a lo largo del paseo marítimo y más allá de la plaza de las Comunidades Autónomas.
Al sur del núcleo central, en torno a la Plaza del Remo, se localiza el barrio de La Carihuela, una zona urbana con traza ortogonal formada por calles alargadas y paralelas a la línea de costa entre las que destaca la avenida Carlota Alessandri y la carretera de circunvalación (A-386). En este barrio se encuentra la parroquia del Carmen y, hacia el sur, las playas de La Carihuela, Montemar y del Saltillo. Al oeste, al otro lado de la A-386 y de la línea del ferrocarril, se desarrollan las zonas residenciales de El Pinillo y Cerro Toril.
Aparte del Pueblo Blanco, que recrea un barrio andaluz, construido a principio de los setenta; como herencia histórica quedan algunas callejas, la Torre nazarí, la Batería -hoy parque-, la iglesia de San Miguel, el barrio del Calvario y algunos molinos árabes, convertidos en restaurantes, la mayoría. Pero lo que más destaca, desde finales del siglo XX, son ciertos edificios ligados a la expansión turística: el Palacio de Congresos de la Costa del Sol, de estilo vanguardista; la sala de exposiciones de 6.000 m 2 , numerosas salas, oficinas, etc.; el Auditorium municipal, equipado para todo tipo de conciertos, situado en el enorme complejo lúdico-deportivo de 200.000 m 2 ; o el Centro Cultural Picasso, en un edificio rehabilitado de los años treinta. Desde luego, muchos de sus hoteles (50.000 camas) suponen edificios de valores arquitectónicos y los edificios deportivos marcan también el paisaje urbano: Estadio polideportivo municipal, palacio de San Miguel -en la nueva ciudad deportiva de Torremolinos-, piscina olímpica cubierta. Las instalaciones de ocio y espectáculos son variadas, como el parque acuático, baile de caballos andaluces... Cualquier guía destaca la vida diurna y nocturna de Torremolinos: playas (Carihuela, Bajondillo, Montemar...), paseo marítimo, plaza Costa del Sol, calle San Miguel, artesanía, restaurantes, bares de tapas y chiringuitos de la playa (con la gastronomía típica andaluza de pescaíto frito, mariscos, espetones de sardinas, gazpacho ), discotecas, terrazas o tablaos flamencos, aparte de la posibilidad de visitar los alrededores (zona de los Pinares o Cañada del Lobo).
El cosmopolitismo de Torremolinos no conlleva la pérdida de fiestas y celebraciones propias, de marcado ambiente andaluz. Se potencian como parte de su oferta turística y da lugar a algunas derivadas de ésta (días del Turista, del Pescaíto...). Son la Semana Santa, el Corpus, las Cruces de Mayo, Carnavales, peñas flamencas, certamen de Verdiales, Velaílla de San Juan, feria del Carmen, con procesión marinera, y, sobre todo, la Feria y la Romería de San Miguel a los pinares de los Manantiales.
Economía y población. El municipio costero de Torremolinos, en el área metropolitana de Málaga, posee una población de 58.683 h. en el año 2006, lo que supone, por su reducida extensión, una elevada densidad de población (2.934,15 h./km 2 ). La dinámica demográfica es positiva, resultado de un saldo migratorio cuyo origen está en el extranjero, y vinculado directamente a la actividad turística y al empleo que esta genera. La población extranjera residente significa el 26,8% del total, principalmente europeos (franceses, alemanes y sobre todo británicos, que representan el 15,08% de los extranjeros); pero también norteafricanos (la colonia marroquí es la segunda más importante) y asiáticos. Sin embargo, la estructura demográfica tiende claramente al envejecimiento (el 19,54% de la población es menor de 20 años y el 13,43% es mayor de 65 años en el año 2006).
El turismo es el motor de la economía de la localidad, siendo uno de los grandes referentes turísticos mundiales, y cuna de la hoy famosa Costa del Sol. En la actualidad aglutina el 40% del total de la infraestructura hotelera que dispone la Comarca (59 hoteles, predominando los de tres y cuatro estrellas, que cuentan con 19.689 plazas, 28 pensiones que suponen 815 plazas, tres campings, albergue y refugio forestal "Cañada del Lobo", apartamentos, etc.). En 2005 tenía 1.725 establecimientos comerciales, 1.165 de servicios y 259 restaurantes. Este municipio, por sus características geográficas, ofrece una oferta turística variada y de calidad. En los últimos años, mejora sus comunicaciones (accesos por la autovía de la Costa del Sol, la nueva autopista del Sol o por la costa, la antigua carretera nacional 340 y moderna línea de tren de cercanías) y, sobre todo, su infraestructura de ocio y cultural, para complementar la tradicional de sol y playa (casi 7 km.). Estas mejoras, junto con la apuesta por el medio ambiente, consigue recuperar el liderazgo turístico tanto en la Costa del Sol como en el conjunto de Andalucía.
Se crean modernas instalaciones para el deporte, la cultura y el ocio y se llevan a cabo importantes mejoras en el entorno urbano como el paseo marítimo y la conexión entre la playa de Bajondillo y La Carihuela, así como la atención y dotación de su litoral, que es un patrimonio inestimable por la calidad de sus playas. Además, como ya se ha explicado, Torremolinos ofrece al visitante una rica y personalísima gastronomía y fiestas, entre las que poseen especial relevancia y singularidad la Romería de San Miguel, prólogo de la Feria.
Por último, el visitante encuentra también en Torremolinos, a lo largo de todo el año, y especialmente durante la época estival, una generosa oferta cultural. Destacan los conciertos y representaciones encuadradas en la Temporada Lírica o el Ciclo Municipal de Teatro, con la puesta en escena de piezas de ópera, zarzuela o teatro por parte de prestigiosas compañías. [ Gabriel Cano / Francisca Ruiz Rodríguez / Angel Luis Lucendo Monedero ].
|