(HU). La provincia de Huelva se localiza en el oeste de Andalucía, lindando con Sevilla, Extremadura, Portugal y el Atlántico, con una extensión de 10.148 km 2 y una población (la menor de las ocho) en el 2003 de 472.446 h., esto es, el 11.6% y el 6.2% andaluz, respectivamente. Cuenta con 79 municipios distribuidos en siete comarcas: la de la capital; una al este (Condado-Doñana: Almonte, La Palma, Bollullos ) y otra al oeste (Costa occidental: Lepe, Ayamonte). Dos en el Andévalo, uno Occidental (con escasos y pequeños núcleos), otro Oriental (Valverde del Camino), la Cuenca Minera (Riotinto y Nerva) y la Sierra de Aracena.
Historia. Estas tierras están ligadas al reino de Tartessos (hace 3.000 años), relacionado con una situación geoestratégica excepcional (cerca del Estrecho de Gibraltar y en la ruta hacia la Islas de Casitérides o Británicas, de abundante estaño), y con la abundancia de maderas para barcos y riqueza ganadera y minera, todo ello junto al rico valle agrario del Guadalquivir. Pero como provincia, al igual que las demás de Andalucía, es creada en 1833, según la división del granadino Javier de Burgos, sin que existiesen antecedentes comparables. La cora califal de Labla, Niebla, es lo más parecido, aunque la Sierra de Aracena pertenecía a Sevilla, cosa bastante persistente en la historia y la actualidad, debido a la orientación de los valles. Son herencias de los movimientos hercínicos que condicionan o favorecen las comunicaciones noroeste-sureste.
La Sierra, denominada entonces Curtugana, y la zona litoral en torno al camino Sevilla-Niebla-Algarve, era lo más importante, mientras el Andévalo estaba casi despoblado y la principal producción agraria era de árboles y arbustos (olivos, vid, higueras, frutales, claveles y cártamo), a diferencia de las campiñas cerealistas. Además de Niebla y Cortegana, se citan los núcleos de Onuba (Huelva), Aljabal (tal vez Almonte), Tacuna (Trigueros), Carsta (quizás Cartaya), Lapp (Lepe) y Jabal Uyum (Gibraleón).
Tras la disolución del Califato, la provincia de Niebla se convierte con pocas variaciones en un reino de Taifa, pero dura poco, porque hacia 1086 ya forma parte del potente reino de Sevilla, al igual que durante la época almohade. Tras la conquista castellana sigue perteneciendo al Reino de Sevilla (ya con contenido más administrativo que político), con los otros tres andaluces (Córdoba, Granada y Jaén) y así se mantiene hasta 1833.
Límites. Además de la costa, el Guadiana y el Chanza han sido fronteras frecuentes y estables, si bien hubo sus contenciosos (zona de la Contienda). Moura y Serpa eran de Sevilla a mediados del XIII y la frontera entre los estados portugués y español no es definitiva hasta 1893. La divisoria con Extremadura se retrotrae, pues la Bética llega al Guadiana y en la época musulmana pertenece a Sevilla el sur de Badajoz, lo que se mantiene tras la conquista, perteneciendo al alfoz sevillano Azuaga, Fregenal y Jerez de los Caballeros y desde el XVI hasta 1833 constan como andaluces los municipios de Fregenal, Bodonal e Higuera. Por el contrario, eran de Extremadura (antigua provincia de León) Cañaveral y Arroyomolinos de León, por lo que el ajuste provincial fue mínimo y compensatorio.
La separación Huelva-Sevilla, aun prescindiendo del caso de la Sierra (más ligada históricamente a Sevilla que a Huelva), es bastante artificial. Si bien por el norte sigue un tramo del Rivera de Cala, cuya orientación rectilínea se acerca a Sevilla, o al Guadiamar al menos, por lo que el límite gira al oeste bordeando la Sierra por el Rivera del Jarrama hasta situarse en la cabecera del Tinto, cuya continuación alcanza la Palma, por lo que se amplia la provincia avanzando hacia el este en una división sin apoyo natural ni funcional, porque la delimitación de las atracciones para determinadas ofertas entre Sevilla (de mayor alcance, máxime con la autovía) y Huelva no va más lejos de ésta que la Palma-Bollullos. Más al sur cruza entre Pilas e Hinojos y se introduce en la marisma por el Caño del Guadiamar, que va al Guadalquivir, límite de la parte sur. En perspectiva general y resumiendo, la provincia de Huelva está centrada por las cuencas del Tinto y el Odiel, mineras y marineras, más una parte occidental del Chanza-Múrtiga; otra oriental, tributaria de la marisma y al norte, la Sierra.
Paisajes. Lo dicho antes prefigura un esquema paisajístico sencillo de norte a sur: sierra, penillanura o macizo arrasado, denominado Andévalo, y arenales de la zona costera. Cada uno con su historia geológica, humana y económica, destacando en todas esas variables (también en la geomorfológico) la rapidez del cambio en litoral.
Sierra Morena es el borde meridional de la placa tectónica europea, flexionada bajo la africana, plegada en la era Primaria (movimientos hercínicos), muy erosionada antes del Triásico y elevada, rota y fracturada en los paroxismos alpinos de la Terciaria. Su antigüedad e historia geológica explican la metamorfización y la abundancia de rocas duras con relieves escarpados (fallas y saltos, valles encajados, antiguos karsts), pero también formas muy desgastadas, antiguos pliegues erosionados (appalachienses) y penillanuras. En general, se denomina Sierra de Aracena y los escasos suelos son silíceos y hay fuertes relieves y valles encajados, pero menos que en la parte central y oriental de Sierra Morena. Destacan el Rivera del Huelva que sigue un valle de dirección hercínica (pliegues noroeste-sureste) dirigiéndose al Guadalquivir y posibilitando comunicaciones con el Valle y Sevilla, explicando las relaciones históricas y actuales. A lo abrupto del terreno se une una vegetación de encinas y alcornoques con matorral predominantemente de jaras como corresponde al mediterráneo silíceo, pero también aparece una vegetación oceánica, como los bosques de castaños.
La Sierra de Huelva es en realidad una montaña media, que apenas alcanza los 1.000 metros (Almonaster, 912, Chimorra, 959, Sierra del Viento, 871, las Contiendas, 712, Sierra Pelada, 652), orientada al Sur, aunque lógicamente también tiene laderas de umbría, y expuesta a los vientos dominantes del oeste y Golfo de Cádiz, proporcionando una amplia franja de 600-700 milímetros de lluvias anuales y picos de más de 1.000 m. Esas altitudes y exposición hacen descender unos dos grados solamente la temperatura media anual, respecto al Valle (18ºC) en las partes bajas y hasta cuatro en las superiores. Algo similar ocurre con las medias de los meses más fríos y calurosos, no distanciándose mucho la zona sur de estas montañas y las campiñas en los valores medios de agosto. La Sierra de Huelva supone un importante reservorio hídrico, dando lugar al afluente señalado del Guadalquivir con el embalse de Aracena, pero también en el oeste hacia el Guadiana (Múrtigas, Rivera del Chanza y Peramora) y al sur, con los nacimientos de los ríos Tinto, Odiel y Piedras. Es asiento del parque natural Sierra de Aracena * .
El Andévalo (según algunos del nombre de una divinidad autóctona prerromana) es una penillanura basculada hacia el oeste (de roquedo paleozoico superior, sobre todo cuarcitas y pizarras del devónico) donde sobresalen pequeñas elevaciones, que han resistido el arrasamiento. Especialmente una especie de dorsal que desde la Sierra de Aracena llega a Villanueva de los Castillejos con alturas de 406 metros sobre el nivel del mar en la Virgen de la Peña, 384 en Cabeza del Águila y se prolonga al oeste por la Sierra del Granado, con 322 m. Entre la Sierra norte y esa dorsal discurre la cuenca del Malagón, tributario del Chanza (con un importante embalse, que beneficia regadíos y se está construyendo la presa del Andévalo), y al este la del Odiel, enmarcada a occidente por otra prolongación de Aracena, la Sierra de Alcántara (326 m.), donde se encaja el Tinto.
El clima es mediterráneo-océanico, de transición entre la Sierra y la costa en un terreno intermedio entre la Sierra de Aracena y el curso bajo del río. La vegetación más frecuente, además de algunos eucaliptales de importación, es el matorral mediterráneo con jaras, brezos, romero y tomillos, más la encina y el alcornoque, a veces en dehesas. Pero estas tienden a retroceder ante los cereales, mientras la ganadería tiene épocas de mayor importancia. Al sur de la penillanura del Andévalo se adosan materiales postorogénicos de margas, arcillas y arenas del Mioceno, con arenas posteriores, pliocuaternarias y acumulaciones de piedemonte o glacis, formando las campiñas y tierras llanas con pequeñas alturas (unos 100 m.), cabezos rojizos, colinas tabulares y planicies (Cartaya, Villablanca"). Es una zona predominantemente agraria con cada vez más regadíos y cultivos forzados, surcada por la autovía de los Descubrimientos, antigua carretera que inserta o da acceso a diversos pueblos, de Sevilla a Huelva y de ésta al Algarbe. Finalmente el litoral es bajo, de playas, dunas, marismas, estuarios y flechas, es decir, una gran cantidad de formas en una dinámica sumamente rápida (el caso más espectacular es el crecimiento de la barra de El Rompido). Así, puertos en la época colombina (el más conocido el de Palos) están aterrados y algunas islas (Isla Cristina) han dejado de serlo. Aparte de las marismas protegidas, especialmente la de Doñana, es la sede de urbanizaciones, que, en algunos casos no siguen el modelo más conveniente para preservar el medio y mantener la sostenibilidad.
Ciudades, comarcas y vías. La capital con 144.831 h. concentra el 31% de la población provincial, prácticamente la media andaluza; y, por lo tanto, distante del máximo de Córdoba (41%) y del mínimo gaditano (12%), presentando bastante distancia con el segundo núcleo, Lepe, con 21.223 h. (índice del 6.8%; el de Córdoba-Lucena es casi nueve y el cociente más bajo es el de Cádiz, con el 0.8% con respecto a Jerez ).
La antigua Onuba encabeza una comarca o área urbana, basada en la situación central costera, con puerto de cierta importancia, y de la autovía Sevilla-Algarve, industria, zona de emergente agricultura intensiva y de turismo; más el peso político-administrativo y la función de capital provincial. Sin embargo, de los ocho municipios que se añaden al capitalino, sólo destaca Moguer con 16.000, y tres más (Gibraleón, 11.000 h., Aljaraque y Punta Umbría, 13.000 h.) sobrepasan los 10.000.
La misma autovía de los Descubrimientos atraviesa la comarca de la costa oeste, de pujante agricultura (fresas y cítricos) y crecimiento de urbanizaciones litorales, encabezando Lepe, de rápida subida demográfica, aunque hay otros núcleos importantes (Ayamonte e Isla Cristina). Al este se encuentra la comarca Condado-Doñana con la dualidad que encierra el nombre; de agricultura tradicional y forzada, por un lado, y el Parque de Doñana, por otro, con núcleos como Almonte (18.000 h.), Bollullos (13.000 h.) y la Palma.
El extenso Andévalo está menos poblado y articulado, destacando en la parte oriental Valverde del Camino, núcleo de una importante industria endógena (piel, calzado, madera"), aunque con población estancada en torno a los 12.500, y a orillas de la carretera Huelva-Sierra de Aracena, importante eje de esta provincia. La comarca occidental es una de las menos pobladas de Andalucía "no llega a los 20.000 h." y de menor densidad (10 h/km 2 ), y presenta sólo núcleos que no pasan de los 3.000 (Puebla de Guzmán, Villanueva de los Castillejos, El Almendro), en un área de escasos recursos y con efecto de frontera durante siglos. La desarticulación la marcan muy bien el límite de la carretera Cuenca Minera-Tharsis y, otro eje norte-sur Huelva- Gibraleón-Santa Bárbara.
La Cuenca Minera posee una clara identidad territorial e histórica, pero con problemas económicos por la crisis extractiva, otrora tan floreciente; tiene dos centros de similar población, poco más de 5.000, en descenso, Nerva y Minas de Riotinto. Al norte, la comarca Sierra de Aracena coincide bastante con el parque natural y une a sus valores ecológicos una industria cárnica y cierto atractivo turístico, destacando Aracena (7.000 h.) y Cortegana (5.000 h.). Entre ambos núcleos está el cruce de la carrera transversal de la Sierra, que lleva a Sevilla y la frontera, y el eje norte sur de Extremadura a Huelva.
Población. Esta provincia tiene el menor número de habitantes de las ocho andaluzas (472.446 h. en el 2003), concretamente el 6,2 %, porcentaje que va disminuyendo progresivamente (1930, 7,7%; 1981, 6,5 % ). Sin embargo, contrariamente a otras circunscripciones, como Granada, no desciende en las décadas de las fuertes migraciones andaluzas, aunque pierde efectivos. Así, entre 1950 (369.722 h.) y 1981 (418.584 h.) gana habitantes, pero, comparando con el crecimiento natural (diferencia nacimiento defunciones) el saldo negativo en ese período fue de 75.000, el 20% de la población de mediados de siglo (Granada, el 45,7%, Andalucía el 30%). La población se desplaza a distintos países de Europa, al área metropolitana de Barcelona, Madrid, Valencia, etc. y tiene todas las consecuencias conocidas en pérdida de recursos humanos y envejecimiento.
Es también la provincia menos densa (46,6 h./km 2 ; media andaluza, 86,8 h./km 2 ), aunque no muy lejos de Jaén, 48.3; y sólo tiene un núcleo con más de 20.000 h (Lepe), aparte de la capital que concentra el 30,7% de los efectivos provinciales, mientras suma el 31,5% de habitantes en municipios de 10 a 20.000 (Andalucía, 13,5%). Pero últimamente el incremento (casi 8.000 entre 2002 y 2003) responde al cambio económico (agricultura intensiva, fresas, cítricos, urbanizaciones litorales, turismo"), que aumenta el crecimiento vegetativo con el 2 por mil en el 2003 (Andalucía, 2,7, media estatal, 1,2), cuando en el 2001 era 1.5. La población extranjera crece (casi el 4%, Andalucía, 5%), sin contar los temporeros, sobre todo en la recogida del fresón; y el envejecimiento (15,2% de población con más de 65 años) no es muy acusado (Jaén 18), quedando algo por encima de la media autonómica (14,8%, la estatal 17).
Y, de acuerdo con las cifras del Instituto de Estadística de Andalucía, la clasificación de la población activa en el 2003 mantiene una tasa inferior en punto y medio a la Comunidad Autónoma (54,7, la estatal, 55 sobre la población de 16 y más años), pero por encima de Granada o Jaén, y el índice de paro es similar al promedio. En la clasificación por sectores también aparece la situación económica reciente: algo más de industria y construcción (un punto por encima en cada uno) y sobre todo en agricultura (15 y 10 respectivamente) para disminuir en los servicios (siete puntos menos: 64,5 y 57,5%).
Economía. Esos datos indican un predominio de economía agraria (igualada recientemente a la construcción), si bien con sólo el 23% del territorio cultivado (la mitad de la media andaluza), debido a los condicionantes naturales. Eso resalta la intensificación y el que hoy los porcentajes regados se asemejan al andaluz (13 y 15%), tras la construcción de embalses (Chanza) y explotación de acuíferos.
Así el VAB del sector primario (14,7%) supera el promedio autonómico (10,3%), aunque queda muy lejos del almeriense (24%). El apartado de barbecho y otros (41% de lo cultivado) casi triplica la media andaluza y los tipos de cultivos son más intensivos en general. Si bien entre cereales, leguminosa y tubérculos ocupan el 18.6%, poco inferior al promedio (casi 23%). Y en las hortalizas y frutas las cifras onubenses, con 12.5, sobrepasan dos puntos a las andaluzas, constituyendo además la principal cosecha (600.000 toneladas en 2003), por delante de cualquier otro cultivo. Siguen los cereales (100.000 toneladas), viñedo (65.000) y olivar (67.000), del que existen 30.000 ha, muy por debajo de Jaén, Córdoba o Sevilla, pero por delante de Almería y Cádiz. Ocupa a veces tierras secas, de baja calidad y regadío eventual, si bien es necesario añadir a este propósito que el olivar tiene apreciaciones ecológicas y sociales que aumentan su mero valor económico.
Las condiciones naturales explican que se registre aquí el 10,7% de la cabaña andaluza, cuando la extensión provincial es el 11.6, pero destaca el porcino de la Sierra (más de 300.000 cabezas, segundo lugar tras Sevilla). El VAB y el empleo pesquero se sitúa en torno al 40% de Andalucía, al igual que las toneladas y el precio de los moluscos, mientras los crustáceos (el 30%) y peces (15%) suponen menos monto. En cambio, el porcentaje del VAB industrial (casi 20 de la economía provincial) es el más alto de Andalucía, destacando la industria química y refinera del Polo de Huelva, incluso en el número de establecimientos; un punto porcentual más que la media autonómica, auque se trata de actividades muy concentradas. También sobresalen en ese índice las agroalimenticias (cárnica y del vino), al contrario que las de material eléctrico, electrónico e informático, así como la textil, cuero y madera, a pesar de la importancia y fama de Valverde del Camino.
Como ocurre en las demás provincias, el VAB correspondiente a servicios es con mucho el más importante, suponiendo en Huelva (57%) casi diez puntos menos de la media andaluza, llegando el sector público al 22.4% (Córdoba casi el 30%; promedio 23% y el estatal, 19%) y sin que haya índices sobresalientes en las demás ramas, constituyendo comercio, transportes y comunicaciones la mayoría. No deja de ser significativo que lo considerado sector cuaternario (créditos, seguros, alquiler de inmuebles, servicios avanzados a empresas") esté aun por debajo (16 %) de la media autonómica (18,2%). El producto interior bruto (PIB) se mantiene en la última década sobre el promedio cien andaluz (107), pero no pasa mucho del 70% estatal y la renta familiar disponible de la provincia es algo superior a la media andaluza y por debajo de la española. [ Gabriel Cano ].
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