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SAN JUAN DE AZNALFARACHE

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(SE). Ciudad de 20.121 h. (2006), en un municipio de 4 km 2 (y, por lo tanto, con una densidad superior a 5.000 h./km 2 ), a 49 m. sobre el nivel del mar y a 5 km. de Sevilla.

Situación y emplazamiento.  Se localiza en el escarpe del Aljarafe, borde occidental del cauce del Guadalquivir, dominando el valle y la capital, resultando su nombre de lo más significativo (Hins o Azn al Faray, en árabe; castillo o monte del Mirador). Esta situación próxima a Sevilla la convierte recientemente en una ciudad dormitorio, prácticamente un gran barrio de la metrópoli, pero tradicionalmente ha sido sobre todo un pequeño pueblo agrario del Aljarafe, relacionado siempre con la capital y formando un solo término municipal  con Tomares hasta finales del XIX.

Historia.  Efectivamente, un breve recorrido por el pasado nos revelará el peso de esas características territoriales y, dada la situación, esta cornisa es poblada desde la prehistoria, habiéndose hallado también restos tartésicos y fenicios. Algunos historiadores sitúan por aquí la Osset de la Bética romana, que llega a acuñar moneda, cuyas figuras (cabeza masculina y racimo de uvas) podrían sugerir un culto al dios Baco. En todo caso debió existir cultivo de vid y exportación de vino a través del Guadalquivir, según restos de ánforas (cuatro de ellas restauradas) encontradas recientemente cerca del actual Ayuntamiento, donde apareció asimismo un trozo de mosaico. Más tarde se sabe que el rey godo Leovigildo persigue hasta Osset a su hijo Hermenegildo para obligarle a adoptar la religión arriana.

Pero es tras la islamización de Andalucía, 711, cuando cobra identidad y nombre propio. Estas tierras pertenecieron a la cora o provincia califal de Isbilya, conociéndose como Hins al-Zair (castillo brillante) o solo Al Faray; a finales del siglo XI se integran en la extensa taifa de los abbasíes sevillanos, construyéndose la fortaleza a finales del XII y convirtiéndose en un bastión defensivo del Aljarafe y vigilante del río Grande a las puertas de Sevilla. A la vez es residencia de los reyes sevillanos, especialmente del monarca poeta Al Mutamid (a la que dedica algunos de sus versos), comenzando el aprovechamiento residencial de verano (también por parte de la aristocracia con fincas de recreo) en un lugar con unos cuantos grados menos de temperatura en el tórrido verano.

Conquistada Sevilla, Aznalfarache se rinde al rey castellano Fernando III, permaneciendo parte de la población y, como ocurre en tantos pueblos y ciudades andaluces, pronto comienzan las donaciones y ventas, empezando por el otorgamiento de Alfonso X a varios jefes militares y al almirante Ramón Bonifaz. El 25 de febrero de 1248 el castillo se regala a la Orden Militar de San Juan, de donde el nombre completo actual, y a principios del XV dicho castillo, ruinoso ya, se cede a la Orden Tercera que funda un convento para esta población y la de Tomares. Ambos pueblos son comprados en 1627 por el Conde duque de Olivares  junto con Aznalcóllar, Zaudín Alto y Bajo. Se sabe que durante los siglos XV al XVIII es una villa agrícola con predominio de olivar en el cerro y vid cerca del río, donde se pescaban sábalos, albures y barbos, obteniendo San Juan algunos privilegios fluviales, pero también es objeto de inundaciones en muchas ocasiones (1434,1481,1485, 1618, 1626, 1648), continuando después en el XVIII y XIX hasta la última de 1951.

Pareciera que la tradición literaria del rey poeta andalusí hubiera tenido continuación de alguna forma. Así Mateo Alemán, hijo de sanjuanera, alaba el pueblo y sus cultivos en la novela de principios del XVII El pícaro Guzmán de Alfarache  (así se conocía el lugar hasta el XVIII), Lope de Vega también elogia la villa, así como otros escritores (Mallara, Belmonte, Ponz?). Es frecuente encontrar en publicaciones diversas alusiones a una tertulia jocosa celebrada en 1606 con asistencia de Ximénez de Enciso, Ruiz de Alarcón, Antonio de Ulloa y el mismo Cervantes. También se relata la pugna entre el Arzobispo de Sevilla y José Chacón, que en 1767 establece aquí una teatro de cómicos y en este siglo XVIII se instala la Bodega de Olmedo. Y, aunque entre San Juan y Tomares sólo se registran 367 habitantes en el censo de 1787, la importancia del lugar, tan cercano en todos los sentidos a Sevilla, explican una serie de imágenes pictóricas y literarias: grabado de Höefnagel (1565) acuarelas del francés Vauzelle, 1800, y pinturas de los sevillanos Joaquín Bécquer y Tomás Barrón a mediados del XIX.

Por otra parte, en el antiguo Alfaray se sitúa la primera parte de Don Álvaro o la fuerza del sino , del Duque de Rivas; probablemente la casa o quinta de Don Juan Tenorio de Zorrilla; algunas escenas de Simón Verde de Fernán Caballero, un capítulo de La Hermana San Sulpicio  de Palacio Valdés y también de los hermanos Quintero. Las menciones y observaciones por parte de viajeros son muchas, desde al-Idrisí a Luis Cernuda.

De mediados del XIX es el Diccionario de Pascual Madoz, que señala dos características principales de Aznalfarache, el clima y la localización de mirador. ?Situado en la falda de un cerro en las márgenes del Guadalquivir, desde donde se ofrece a la vista del viajero el panorama más sorprendente y encantador; de frente la capital, a sus pies el río Guadalquivir, la vega y el campo de Tablada con sus huertas; a la derecha Gelves con sus haciendas y naranjales, y a la izquierda Santiponce, la Algava y otros pueblos con una dilatada llanura. Es un punto de recreo para muchas personas de Sevilla por su hermoso cielo y clima?. Con Tomares tenía 699 h. y contaba con 75 casas en cuatro calles más cuatro caseríos: el Alfaro y Cabaleri, con bastantes olivares, Camarón, con huertas, y Valparaíso, con una hacienda. El aceite y las aceitunas eran la principal producción, pero también trigo y leguminosas, más dos fábricas de aguardiente, una de orozuz (es decir, regaliz, ?cuya planta tiene empleados bastantes jornaleros todo el año en sacarla de la tierra?) y otra de perfumes, ya que en la orilla del río Grande había muchas plantaciones de rosas, más fabricación de loza.

En 1890 se separan Aznalfarache y Tomares en dos municipios, apareciendo San Juan con 832 h. en el censo de 1897, que en 1960 eran 10.669 cuando la economía giraba en torno a los derivados del olivar (especialmente los aderezos de aceituna), molturación de arroz, confitería e industria de abonos. Una media anual aproximada de 16 por mil, que indica alguna inmigración, la cual se eleva considerablemente hasta 1970 en que se duplica la población (20.201) por convertirse en una ciudad dormitorio, llegando al máximo censal de 22.465 en 1981, pero después, prácticamente saturado el término, desciende hasta 19.340 en el 2001 para subir a 20.121 en el 2006.

Plano y monumentos.  El núcleo urbano de San Juan de Aznalfarache se sitúa en el borde de la cornisa del Aljarafe sobre el río Guadalquivir que actúa como límite natural al este por lo que, desde su origen, la expansión de la ciudad se ha dirigido hacia el sur (sobre la autovía de Sevilla-Coria del Río) y el suroeste (sobre la antigua carretera a Mairena del Aljarafe). En el plano urbano actual podemos distinguir tres zonas claramente separadas por el trazado de la citada autovía (A-8087) y su variante a Mairena del Aljarafe (A-8057). Al este, entre al río Guadalquivir y la A-8087, se encuentran El Barrio Bajo y la Barriada de Loreto. El primero corresponde al núcleo originario de población cuya trama urbana se ha desarrollado a lo largo de los caminos que lo enlazaban con otros municipios (Gelves, Tomares, Mairena, Bormujos), que corresponden a las actuales calles Real o de Coria, Cardenal Segura (antigua calle de Arriba hacia Mairena del Aljarafe) o Ramón y Cajal. En esta zona se sitúa el Ayuntamiento y al Sur de la misma destacan los terrenos ocupados por la empresa Arrocerías Herba. Al Norte del Barrio Bajo encontramos la segunda zona, la Barriada de Loreto, que ocupa los antiguos terrenos del castillo-monasterio de San Juan (en el que se haya el monumento al Sagrado Corazón dominando el Paseo del Mirador). Este barrio se construye a mitad del siglo XX para albergar a militares y trabajadores del cuartel de Tablada. Por último, la tercera de las piezas urbanas que conforman el plano de San Juan, es el denominado Barrio Alto, por situarse sobre la ladera de la cornisa de Aljarafe, al oeste del Barrio Bajo entre la A-8087 y la A-8057. Se ha configurado como la zona de expansión y crecimiento natural del núcleo urbano por lo que alberga a la mayoría de la población de San Juan, lo que implica graves problemas de densidad y movilidad. La trama urbana se adapta a la orografía con un dibujo compacto y ortogonal formado por una serie de calles rectas y largas cuyo eje central es la calle 28 de Febrero y Manuel López Farfán-Avenida de Mairena y San Juan de Palomares. Por último, cabe destacar que en el plano urbano tienen una ocupación importante una serie de equipamientos comerciales (Carrefour e Hipercor) y de ocio (Hotel Alcora) que se sitúan al norte de la ciudad, al otro lado de la A-8087 (espacio que también se configura como la nueva zona de expansión).

Aunque la cercanía de la riqueza monumental de Sevilla oscurece los alrededores, San Juan de Aznalfarache cuenta con algunos edificios notables, además de los restos romanos citados. En primer lugar las murallas almohades, de finales del siglo XII, de la fortaleza que manda construir Yacub Almansur en la parte alta para dominar el valle y encerrar una de las almunias o casas de recreo más importantes de Andalucía. Sobre los restos del castillo y las murallas deterioradas (reconstruidas entonces a la vez) se levanta en 1948 la barriada de Loreto y el Monumento a los Sagrados Corazones. De este conjunto (iglesias, conventos, colegios, hospedería, jardines?), ideado por el cardenal Segura, destaca el correspondiente a Cristo (en la parte más alta), se asienta sobre una torre de estilo andaluz y está rodeado de un patio semicircular porticado. Es un símbolo de la ciudad y de un amplio entorno desde el que se divisa muy bien; y también lo es su inauguración en un determinado sentido, coincidiendo con el día de San Fernando, el séptimo centenario de la conquista de Sevilla y con la presencia del general Franco.

La iglesia de los Sagrados Corazones procede del convento franciscano de finales del siglo XIV y data del XVI (primera parroquia de San Juan, aunque muy modificada posteriormente, sobre todo en esas construcciones de los años cuarenta del siglo pasado), conservando un retablo mayor de Miguel Cano, 1638. Del barroco es la capilla del Rosario, en la calle Real, y del siglo XX las iglesias de San Juan Bautista (1929, pero con imágenes del XVI) y de San José Obrero (nueva parroquia del Barrio Alto). Hay rincones dignos de visita, como algunas casas de la calle Betis, el pasaje Marina o la plaza de la Mujer Trabajadora. Cerca del centro se encuentra la hacienda de Valparaíso, probablemente almunia andalusí sobre restos romanos, y de estilo barroco, citada a mediados del XIX por Madoz (?donde se halla la única fuente del término? y ?la efigie de un Cristo crucificado, muy venerada de los pueblos inmediatos?). También es un palacete del XVIII la Hacienda Vista Hermosa, bajo las murallas almohades, mientras la de San José (o Valle de las Damas) cuenta con amplios jardines y fuentes. Los habitantes de San Juan participan de las fiestas de Sevilla, pero poseen las suya propias  de carácter andaluz (feria en junio por las fiestas patronales, Semana Santa, Hermandad del Rocío, Corpus?) y, en enero, la Virgen de la Paz.

Economía y población. El municipio de San Juan de Aznalfarache, en el área metropolitana de Sevilla, cuenta, como se ha dicho, con 20.121 h. en el año 2006, y una alta densidad de población (5.030,2 h./km 2 ). Ésta se ha estancado (y hasta disminuido, en un 6,3% con respecto a 1996), lo que se explica tanto por su dinámica natural, ya que tiene una estructura envejecida (20,8 % de la población es menor de 20 años frente al 14,5% de población mayor de 65 años), aunque su crecimiento natural es positivo; como por el saldo migratorio negativo en tanto hay un alto grado de saturación del espacio y áreas muy deprimidas urbanísticamente. Sin embargo, el número de extranjeros residentes es relativamente alto, casi el 5% de la población total, de los cuales el 17,4% proceden de Ecuador.

En los indicadores socioeconómicos que ofrece el Sistema de Información Multiterritorial de Andalucía (Sima) se muestra claramente que el municipio tiene unos indicadores más negativos que los municipios del entorno, como Tomares y Mairena del Aljarafe, que han atraído población con mayor poder adquisitivo. La tasa de paro es alta y la renta media declarada baja (13.152,8 euros en el año 2003), muy inferior a la que alcanzan los municipios vecinos y menor también que la media andaluza (14.159,6 euros). La economía de San Juan de Aznalfarache se sostiene principalmente en el sector servicios: comercio, reparación de vehículos, motocicletas y ciclomotores y artículos personales y de uso doméstico, actividades inmobiliarias y de alquiler, servicios empresariales, servicios personales,  hostelería, etc. Al tener todo su término municipal urbanizado, no existe producción significativa agrícola ni ganadera. Por el contrario, dada su situación, junto al Guadalquivir y en un nudo de comunicaciones, se han instalado grandes centros comerciales (Carrefour, Hipercor-Corte Inglés, Conforama), que son los que más riqueza aportan. Además está prevista la construcción de un centro de ocio situado en los terrenos aledaños a la futura estación del Metro, que comunicará el Aljarafe con la ciudad de Sevilla, en el Barrio Bajo.

En el sector industrial la única empresa de importancia es Arrocerías Herbás y, por otra parte, en el término se ubica el Centro Europeo de Empresas e Innovación (Eurocei); el primero de este tipo que se crea en Andalucía, en 1989, en el marco del Programa de los Centros Europeos de Empresa e Innovación (CEEI). Esta red facilita a sus miembros apoyo para la apertura de mercados europeos y actúa como un semillero de empresas, dando cobijo y guiando los primeros pasos de nuevas iniciativas empresariales. Eurocei dispone de un parque empresarial que funciona como vivero de empresas, y que consta de un edificio central de 2.120 m 2 , para oficinas y áreas de servicios comunes, y 3.150 m 2 de naves industriales. [ Gabriel Cano / Francisca Ruiz Rodríguez / Ángel Luis Lucendo Monedero ].

 

 
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