(casares, málaga, 1885-sevilla, 1936). Padre de la Patria Andaluza. El andalucismo, movimiento regionalista/nacionalista andaluz, es creado por Blas Infante Pérez, a la vez su principal ideólogo y su personaje fundamental. Intelectual y vitalmente, pertenece a la llamada "generación de 1914". Hijo de Luis Infante Andrade, propietario, de oficio labrador, y Ginesa Pérez Romo, nace en Casares (Málaga) el 5 de julio de 1885 a las 11 de la mañana, concretamente en el número 46 de la calle Carrera. Dos años más tarde, en 1887, viene al mundo su único hermano, Ignacio. En Archidona, entre 1895 y 1900, estudia el bachillerato en el internado de los Escolapios, examinándose en el Instituto de Cabra y, luego, en el de Málaga. En Granada, en donde "descubre" el pasado andaluz, entre junio de 1905 y octubre de 1906 cursa por libre la carrera de Derecho. Simultáneamente, sus viajes por Andalucía le permiten conocer su dramática realidad socioeconómica, quedando marcado por la figura del jornalero.
En el año 1909 gana plaza de notario, que no podrá ocupar hasta 1910, al cumplir 25 años, la edad reglamentaria para poder ejercer este cargo. Ese año toma posesión de la notaría de Cantillana, instalando también vivienda y bufete en Sevilla. Entre los años 1910 y 1915 el encuentro con el georgismo, gracias a Antonio Albendín y a Juan Sánchez Mejías, le impulsará a estudiar y asumir ese pensamiento como fundamento teórico-económico de sus propuestas de transformación de Andalucía; junto a ello, su preocupación por la "cuestión de la tierra" y su relación con los hombres del Ateneo Hispalense y de la revista Bética le llevarán a plantear los principios del andalucismo.
Los debates sobre Andalucía (1911-1915). A principios del XX, Sevilla es el más importante núcleo cultural de Andalucía y su Ateneo un decisivo centro de discusión intelectual, en el que brotarán inquietudes regionalistas. En 1912, y hasta 1915, se abre una fase de debates sobre "la necesidad de la existencia político-regional de Andalucía". En 1912 irrumpe el de la Mancomunidad, en el que tercia Blas Infante, señalando las ventajas de esta organización para fortalecer el sentimiento regional andaluz, pero apuntando los problemas existentes "en particular, la debilidad del "espíritu regional" en Andalucía" que, en la práctica, la hacen aquí inviable. Infante participará, en 1913, en el I Congreso Georgista Hispano-Americano de Ronda y asumirá aquí, en amplia medida, los planteamientos georgistas referentes a la cuestión de la tierra. La aparición, en 1914, del órgano de expresión georgista, El impuesto único , publicado en Ronda, propiciará la penetración de este pensamiento en Andalucía (en especial en Sevilla, Córdoba, Granada y Málaga). Se desarrolla también, con su arranque en 1911, el debate sobre el "ideal andaluz", entendido como la búsqueda de la realidad profunda de Andalucía, para, conocida ésta, construir un proyecto de futuro. Iniciado por José María Izquierdo * , en su libro Divagando por la ciudad de la gracia (1914) propone una "concepción estética" del ideal, centrado en "la ciudad de la gracia" (Sevilla); proseguirá con Alejandro Guichot e Isidoro de las Cagigas, que insistirán en la conformación histórica de Andalucía como pueblo y la necesidad de fundamentar, desde este hecho, un nuevo ideal; culminará con Blas Infante y su libro Ideal Andaluz (1915), que, partiendo del principio de "crear la conciencia de que el pueblo andaluz ha existido" y de que hay que devolverle el conocimiento de su ser en la historia, tiene como objetivo su "emancipación y liberación", despertando "la conciencia colectiva regional, con fines de afirmación política y de reivindicación administrativa". Por último, vinculado a este emerger regionalista, en 1914 y 1915 se delinean dos posiciones divergentes sobre el entendimiento de cómo debe ser el regionalismo andaluz: de un lado, la que lo considera como una preocupación cultural, con su centro en el Ateneo sevillano y su plataforma en la revista Bética ; de otro lado, la que lo plantea como un movimiento social que sirve para transformar Andalucía. Esta segunda, encabezada por Blas Infante, será el punto de partida del andalucismo, que, desde sus inicios, considerará la resolución de "la cuestión agraria" el aspecto medular de su proyecto.
Irrupción y desenvolvimiento del andalucismo (1916-1923). La etapa de 1916 a 1923 es la de configuración plena del andalucismo. En 1916 se crea el Centro Andaluz de Sevilla, plataforma andalucista destinada a difundir su pensamiento, al conocimiento de Andalucía y a la concienciación del pueblo andaluz. En su largo manifiesto fundacional formula las bases de la "política andalucista" y expone qué es el Centro Andaluz, qué pretende y cómo aspira a realizar sus fines: en cuanto a qué es, señala que agrupa a "hombres nuevos", "por encima de la disciplina de los partidos", que reaccionan contra la postración de Andalucía; con respecto a qué pretende, se trata de redimir Andalucía; por último, en lo tocante a cómo aspira a realizar sus fines, se propone "crear un pueblo que no existe", despertando una conciencia en tal sentido. A partir de ahora, se fundarán en Andalucía "y fuera de ella" otros Centros Andaluces, que serán los núcleos aglutinantes de quienes asumen el mismo proyecto, y constituirán la estructura organizativa y de difusión del andalucismo. Su medio de expresión será la revista Andalucía (Sevilla, 1916-1917; Córdoba, 1918-1920), "órgano de relación entre los correligionarios del Centro Andaluz".
Tras esta fase de arranque, Infante impulsa las asambleas regionalistas de Ronda (enero 1918) y de Córdoba (marzo 1919), que permitirán contrastar posiciones, tomar decisiones y fijar planteamientos programáticos, políticos y económicos. En la crucial Asamblea de Ronda se aprobarán los símbolos para Andalucía, propuestos por Infante (la bandera * y el escudo * ; el himno * , cuya letra es compuesta por el Padre de la Patria Andaluza y armonizada por el maestro Castillo, partiendo de antiguos cantos populares, se compone más tarde) y se tomarán acuerdos decisivos: a) de tipo político: asunción de la Constitución de Antequera, de 1883; autonomía municipal y regional; concepción federal (confederal) del Estado; b) de tipo económico: absorción por la comunidad del valor social de la tierra, negando su "propiedad" privada, pero asegurando la "posesión" de las utilidades de las mejoras realizadas; desarrollo industrial y fomento de las obras públicas; c) de tipo social: justicia independiente, instrucción gratuita y política educativa progresista. En la Asamblea de Córdoba, centrada en cuestiones económicas, por un lado, se completan y profundizan determinados aspectos de la de Ronda, cuyas conclusiones se asumen plenamente, y por otro, se ocupa de "la cuestión agraria", proponiendo reformas para su solución. Por último, se diseña un programa de transformación de la realidad socioeconómica andaluza. En conjunto, en ambas asambleas se aprueban las líneas de actuación y las alternativas que plantea el movimiento andalucista. Cabe añadir además que, desde el Manifiesto de Córdoba de 1º de enero de 1919, encabezado por Infante, el andalucismo abandona el calificativo regionalista, para definirse explícitamente como nacionalista, propugnando la abolición del centralismo, la consecución de una "Andalucía Libre" y la formación de una "Federación Hispánica".
En esta etapa de intensa actividad, Infante mantiene un noviazgo en Peñaflor con la que será su futura esposa, María Angustias García Parias. El padre de la novia, don Alejandro García, licenciado en Filosofía y Letras, es buen amigo, cliente y admirador del líder andalucista, quien en 1919 contrae matrimonio en el mencionado municipio sevillano. La ceremonia tiene lugar el 19 de febrero a las dos de la madrugada, en una capilla instalada en la misma casa de la familia de la novia. Mientras tanto, el movimiento andalucista va penetrando en las provincias andaluzas, respaldado por sectores de las clases medias urbanas. La incorporación de Pascual Carrión, en 1917, aportará nuevos planteamientos sobre la "cuestión de la tierra". En 1918 y 1919, Infante participará, sin éxito, en las elecciones, y en 1919 el andalucismo desplegará una importante campaña sobre "el problema agrario en Andalucía". Tras la plenitud andalucista de 1919, reafirma sus principios y propuestas de 1920, a lo que sigue un progresivo repliegue hacia el silencio en los años posteriores. El impulso se truncará con el golpe de Estado de Primo de Rivera.
Isla Cristina. En este tiempo previo al retraimiento de la época dictatorial, el matrimonio Infante fija su residencia en la calle San Pedro Mártir de Sevilla, número 15, donde Blas funda la editorial y biblioteca Avante. Corre el año 1920 y el intelectual casareño desarrolla su dimensión de escritor-pensador, siendo su obra de teatro Motamid, último rey de Sevilla "parábola sobre Andalucía" y su ensayo La Dictadura Pedagógica ""ejercicio intelectual en búsqueda de un nuevo modelo de sociedad"" las muestras más significativas de esta faceta. El matrimonio debe viajar a Madrid, donde muere don Luis Infante. Poco tiempo después se inicia la dictadura de Primo de Rivera e Infante, desmoralizado y temiendo represalias en Sevilla, permuta su notaría de Cantillana por la de Isla Cristina, en la costa de Huelva, donde se instala a finales del año 1923. En determinados círculos sevillanos se rumorea que ha huido a Venezuela.
El 15 de septiembre de 1924 emprende un viaje a Marruecos y se dirige hacia el desierto de Agmat, donde visita la tumba de al-Mutamid de Sevilla. Allí conocerá a los descendientes del rey-poeta. En Tetuán consigue hallar a "un nieto de los nietos" de Boabdil, el último rey de Granada. Esta aventura se reflejará en una mayor interiorización sobre la cultura euro-asiática. El verano de 1925 lo pasa en la playa de Manilva, cerca de Casares, acompañado de su mujer "con la que vive una de las etapas más felices", su madre y la familia de su hermano Ignacio. Al año siguiente será este último y sus primos los Pérez de Vargas y los Salas los que visitarán Isla Cristina. El 28 de mayo de 1928, después de nueve años de matrimonio, María Angustias da a luz a su primera hija, Luisa Ginesa.
En 1929 se desplaza a Galicia, donde entra en contacto con la revista Nos , órgano del nacionalismo gallego. También se acerca al nacionalismo catalán y mantiene correspondencia con el poeta Joaquín Casés-Carbó. Utilizando su vieja multicopista rotary inicia la primera serie de sus Cartas Andalucistas , donde replanteará, de cara al futuro, la línea de acción política de los andalucistas para cuando termine la dictadura, que cae justamente un año más tarde, en 1930. Entonces, Blas Infante contempla la posibilidad de regresar a Sevilla y reorganizar a los elementos dispersos de los antiguos Centros Andaluces. Todavía en Isla Cristina, el 4 de agosto, nace María de los Ángeles, su segunda hija. Consigue destino en Coria del Río, donde ocupará la notaría, y acto seguido, en 1931, fija domicilio en Sevilla.
Blas Infante y la etapa "liberalista" del andalucismo (1931-1936). Se entra, a partir de 1931, tras las etapas regionalista (hasta 1918) y nacionalista, en la fase liberalista-autonomista, en la que Blas Infante y los andalucistas intervendrán en los decisivos procesos nacionales de la época (elecciones, reforma agraria, autonomía). En este sentido, entienden que es el momento crucial de la "lucha por la autonomía andaluza" y se reorganizan en la Junta Liberalista de Andalucía. De un lado, presionarán de inmediato sobre ayuntamientos y diputaciones para reunir una asamblea que elabore un proyecto de Estatuto andaluz. De otro, difundirán sus ideas sobre "la revolución española", el "Estado libre de Andalucía" y los contenidos del estatuto (todo lo cual plantea Infante en su libro, de 1931, La verdad sobre el complot de Tablada y el Estado Libre de Andalucía , en donde cuenta también su fallida experiencia electoral en las constituyentes de 1931). A partir de una concepción confederal del Estado, y de la propia Andalucía, considera Infante que el Estatuto andaluz debe recoger: una auténtica autonomía municipal; libertad de enseñanza; justicia gratuita; y especial atención a las cuestiones de la agricultura, con el principio de la tierra para el cultivador; amplio recurso al sistema cooperativo.
A instancias de los andalucistas, la comisión gestora de la Diputación sevillana convoca una reunión de presidentes de las diputaciones andaluzas para estudiar la conveniencia de redactar un estatuto. El 6 de julio de 1931 se celebra en Sevilla dicha reunión, aceptando la propuesta. Resultado de la misma es que el 26 de febrero de 1932, en Sevilla, las diputaciones acuerdan las bases para un anteproyecto de Estatuto de Andalucía. Al tiempo, convienen en celebrar, en Córdoba, una asamblea regional, en la que estarían representados todos los organismos administrativos, políticos, técnicos, culturales, etc., para elaborar a partir de dichas bases un anteproyecto que, de acuerdo con el título I de la Constitución, sería plebiscitado por los andaluces, antes de someterlo a las Cortes. Antes, el 26 de noviembre de 1931, Blas Infante ve nacer a su único hijo varón, Luis Blas.
La Asamblea de Córdoba, tras varias dilaciones, se desarrolla del 29 al 31 de enero de 1933 para preparar un Anteproyecto de Bases del Estatuto de Andalucía. Hay muchos problemas previos. Surgen rivalidades y diferencias entre las provincias, reticencias por parte de los partidos y trabas desde diversos sectores sociales. La comisión organizadora, presidida por Hermenegildo Casas, presidente de la Diputación de Sevilla, despliega un gran esfuerzo para superar las dificultades, entendiendo que la autonomía puede ser una vía de esperanza. El mismo desarrollo de la asamblea es accidentado y con constantes tensiones. Pero se van venciendo los obstáculos, tarea en la que Blas Infante y los andalucistas desempeñan un papel decisivo, renunciando, incluso, a buena parte de sus planteamientos con tal de alcanzar un anteproyecto consensuado, como así es finalmente.
El anteproyecto de Bases para el Estatuto de Andalucía consta de 31 bases, seis disposiciones transitorias y dos declaraciones finales. En el aspecto político, se hace la siguiente formulación: 1) se constituye "la Región autónoma andaluza dentro del Estado Español. En el territorio andaluz podrán constituirse una o varias regiones autónomas"; 2) el organismo político-administrativo de Andalucía se denominará Cabildo Regional y estará compuesto por: a) el presidente de la Región, elegido por sufragio universal, con capacidad para nombrar y separar a los miembros de la Junta Ejecutiva; b) la Junta Ejecutiva, que tendrá el poder ejecutivo de la Región; c) el Consejo Legislativo Regional, formado por diputados de la Región, que ejercerá la potestad legislativa; 3) se fijan las atribuciones del Cabildo Regional en las diversas materias, deslindando sus competencias y las del Estado. En conjunto se trata de un documento de consenso, alejado de las propuestas andalucistas y de las bases de las diputaciones que diseña para Andalucía una autonomía de relativa amplitud. Se había previsto la difusión del Anteproyecto una vez finalizada la asamblea, para lo que se forma una comisión. Pero tras las elecciones de noviembre de 1933, las últimas en las que participa sin éxito Infante, con la llegada al Gobierno de las fuerzas de centro-derecha en Andalucía queda detenido el proceso del Estatuto. Habrá que esperar a la primavera de 1936 para que vuelva a reactivarse.
Último impulso autonomista. El año 1935 será para Blas Infante muy semejante a su retiro de Isla Cristina, con la diferencia de encontrarse acosado por las circunstancias políticas del momento (desengaño, ataques de la derecha y de la izquierda, y el Estatuto de Autonomía en punto muerto). Sin embargo, viviendo ya en Villa Alegría, entre Coria y Puebla del Río, dedica muchas horas a escribir. Esta casa, una construcción mediana, de cierta nobleza y con un aire más urbano que rural, comienza a construirse en 1931. El lugar elegido para levantarla es un altozano desde el que se domina el lento discurrir del Guadalquivir antes de abrirse en las marismas, camino de su desembocadura en Sanlúcar de Barrameda. En ella quedan plasmados algunos de sus pensamientos sobre la esencia de lo andaluz. El "castillete" sigue las pautas de la arquitectura historicista, recreando elementos arquitectónicos y decorativos de varias épocas históricas de Andalucía. Así, por ejemplo, en el exterior la construcción está rematada por almenas decorativas hispanomusulmanas y algunas de sus ventanas son de inspiración andalusí. Por su parte, el interior del inmueble presenta bellas yeserías inspiradas en los monumentos de al-Ándalus, pinturas de estilo romántico y azulejos y bajorrelieves hechos por encargo sobre temas cristianos, mitológicos y literarios. La familia Infante se instala en Villa Alegría a finales de 1932. De estas fechas son los manuscritos inéditos Parábolas de reelector , unos apuntes titulados El libro y un ensayo, de impresionante título casi profético, Viajar hacia lo último , que deja incompleto, así como un trabajo sobre Solidaridad y separatismo .
El 24 de septiembre de 1935 nace en la Clínica Santa Isabel de Sevilla su hija Alegría. Poco después de esta última paternidad tiene un encuentro con José Antonio Primo de Rivera. Esta entrevista tiene lugar en los altos del café Hernal, como consecuencia de una Carta Andalucista (segunda serie) en la que Infante atacaba duramente la situación republicana y a los partidos, tanto de derechas como izquierdas. El tono de este escrito hace pensar a un grupo de falangistas sevillanos en una posible aproximación entre el pensamiento de José Antonio y de Blas Infante. El resultado de la entrevista es negativo.
Tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936, el 2 de abril la Junta Liberalista de Andalucía difunde, "por todo el País Andaluz", el Anteproyecto de Córdoba. Se retoma la "lucha por la autonomía", ahora en una coyuntura propicia. Se envía el Anteproyecto a municipios, entidades y personalidades para que, en el plazo de dos meses, remitan observaciones y sugerencias; reunida esta información, se convocaría una asamblea en la que, con las opiniones recogidas, se elaboraría el proyecto de Estatuto definitivo, que se sometería al plebiscito del pueblo andaluz, para, una vez refrendado, ser presentado a las Cortes. En este sentido, el 15 de junio Blas Infante publica su último escrito, el manifiesto "A todos los andaluces", en favor de la autonomía, en donde dice: "El Estatuto Andaluz será lo que quieran que sea todos los andaluces; pues a todos ellos les venimos a llamar para que, con la sencillez y, aún, el simplismo que deseen, lleguen a delinear la figura de un Gobierno propio".
En este reabierto proceso autonómico andaluz, los anteriores obstáculos desaparecen, las provincias, las instituciones y los partidos, en general, apoyan ahora la consecución de la autonomía, aunque persisten ciertas reticencias. Sólo Granada y Huelva mantienen sus posiciones, secesionista y abandonista respectivamente; sin embargo, la decantación pro-autonomista de los partidos merma su fuerza. En medio de este nuevo clima, el 5 de julio, en la Diputación de Sevilla, se celebra la Asamblea pro Estatuto de Andalucía. Asisten parlamentarios andaluces, presidentes de las diputaciones y diputados provinciales, representantes de los ayuntamientos y un buen número de andalucistas. Se adoptan los siguientes acuerdos: 1) nombrar a Blas Infante presidente de honor de la Junta Regional organizadora del proceso estatutario, así como a los componentes de la misma; 2) dejar a la consideración de la mesa la designación de las ponencias encargadas de perfilar el Anteproyecto de Córdoba; 3) fijar el último domingo de septiembre como fecha para la asamblea que debe aprobar el proyecto definitivo de Estatuto que se sometería a referéndum. El programa de actuación futura está fijado y, pese a la situación del país, todo indica que el proceso estatutario andaluz quedará concluido en 1936. El 12 de julio hay en Cádiz un acto público pro-autonomía, con intervención de Infante; se iza en el Ayuntamiento "la bandera autonomista"; el 14 se iza en el de Sevilla y se celebra la confianza en la ratificación del Estatuto con un viaje por el Guadalquivir. Tres días después estalla la Guerra Civil y, con ella, desaparecen todas las esperanzas autonomistas.
La Guerra Civil y el asesinato. Ya antes del golpe de estado del 17 de julio, Infante se refiere a la existencia de un "clima de guerra civil". Finalmente ésta estalla. El 18 de julio, día del pronunciamiento de Queipo de Llano en Sevilla, Blas Infante intenta llegar a la capital hispalense, pero se encuentra cerrado el paso. Decide entonces volver a Coria, y allí permanece hasta su detención del 2 de agosto. Ese día, hacia las once de la mañana, el sargento Crespo, de Falange, con otro más ""la casa rodeada"", llaman a la puerta principal de Villa Alegría y se presentan por la lateral al ir a abrirla. La esposa de Blas Infante, Angustias García Parias, en carta a sus hijos para que, cuando fueran mayores, supieran qué ocurrió y cómo ocurrió, lo cuenta de esta manera: "(...) Ya todo siguió quieto hasta el día 2 de agosto de 1936, que a las 11 de la mañana vinieron a registrar la casa y a llevárselo para siempre. También se llevaron la radio y el altavoz, pues dijeron que tenía el pobre una radio clandestina (...) Y le dijeron se fuese sin afeitarse y sin nada. Y que se despidiera de mí y de vosotros. Y que no se preocupase por los papeles de la notaría, que ya vendría otro notario. Detalle de otras groserías no los quiero escribir (...)"
Una vez detenido Infante, pasan por el Ayuntamiento de Coria y prosiguen luego a Sevilla. Llevan orden de que no llegue vivo. Pero la actitud del sargento Crespo y las gestiones de amigos logran salvarle la vida en este primer envite. Una vez en Sevilla, y hasta la noche del 10 de agosto, Infante vive su "itinerario doloroso": está primero en un cuartelillo de Falange; luego pasa a interrogatorio policial; hay después cierta intervención gubernativa y lo trasladan a una prisión improvisada en el cine Jáuregui, en donde permanece hasta su final. Su mujer, sobrina del gobernador civil Parias, y sus amigos, algunos muy cualificados, interceden por él intentando salvarle. Pero es inútil. Su mujer le lleva todos los días la comida que se prepara en la casa. Estas visitas, con la aceptación de la cestilla y la recogida de su ropa, son la señal de que aún vive. Hasta que el 11 de agosto ya no es así. La noche anterior había sido la última de Blas Infante. Se ha narrado de la siguiente manera: "Hacia las once de la noche del día 10 de agosto, junto con algunos detenidos más era conducido en un camión hacia la carretera de Carmona. En la linde de la antigua Huerta de las Clarisas, a la altura del kilómetro 4 (...), dedos anónimos apretaron el gatillo del crimen y caía fusilado sumariamente el líder del andalucismo. Al borde de una cuneta y en el filo de la madrugada del día 11". [ Juan Antonio Lacomba ].
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